Potes ya vive su primer gran día en un fin de semana de escalada . La capital lebaniega acoge desde primera hora las series de las categorías menores en la Copa de España de bloque. Y sobre las once comenzó la Copa Urbana de Escalada. Una fiesta popular para los amantes de este deporte. Los escaladores de la categoría sub-19 en la modalidad de bloque eran los encargados de abrir el fin de semana. Por entonces, a las nueve de la mañana, ya había un buen gentío en la carpa instalada en el recinto de La Serna de la capital lebaniega. E iba a más según pasaban los minutos. Los inscritos en la Copa Urbana iban a recoger su dorsal y las localizaciones donde se iba a escalar. La cola que se formaba ya era considerable. Llegaron las once de la mañana y ya todo el mundo tuvo el material necesario. Siete localizaciones, muy cercanas todas al epicentro de La Serna, eran las que acogían a los escaladores urbanos. La primera bien cerca, a unos pocos metros. En la fachada del restaurante La Estación y que sirve como terminal de autobuses de la localidad. Los escaladores tenían que recorrer uno de los arcos del edificio y tocar el 'top' , una tablilla de madera, situada en la parte baja del otro extremo. El gallego Álex Barca venía de La Coruña. A sus 36 años, hace cinco se animó con esto de la escalada, un deporte en el que hay «muy buen rollo». «Tengo más años, pero estoy mejor que nunca», señalaba por los beneficios que le ha traído la escalada. A Potes venía por primera vez, pero con muchos amigos. «Venimos siete», señalaba entre risas. Y la capital lebaniega le maravilló desde el amanecer. «Me desperté y daba la luz en todos los Picos de Europa», afirmaba. No había otro propósito en este sábado que «pasarlo bien con amigos». «Llevaré unos 20 años. Es un deporte muy social, dinámico, activo... Te superas a ti mismo». El madrileño (46 años) Ismael José calentaba para afrontar el primer reto de la mañana. Está en parte en Potes por trabajo —viene con la empresa Ecoclimb, una de las patrocinadoras del evento del fin de semana— y también a escalar. La escalada le sirve para limpiar la mente. «Es una meditación en movimiento. No piensas en nada». El buen rollo que señalaba Álex lo corroboraba Ismael. «Le dices a alguien dónde tiene que poner un pie y ya tienes un amigo para ir a tomar unas cañas». El grupo que iniciaba ese primer punto del día demostraba que ese compañerismo es más que sincero. Todos pendientes del que escala, todos animando, todos con sus brazos para sujetar en una caída —aunque hay un gran número de colchonetas— y la altura no fuese mucha. En ese primer recorrido de la mañana, el arco se atragantó a casi todos . Solo el asturiano, aunque residente en Galicia, Poli Junquera, fue capaz de tocar el 'top'. Quizá fue el estar algo fríos, porque el primero del segundo grupo voló para tocar la tablilla. «Primer intento, y lo he logrado». El madrileño —de Alcorcón— Nicolás Amador , de 17 años, despachó el arco sin miramientos. Aunque lo suyo tenía algo de truco. «Vengo de competir en la Copa de España de bloque. Esa se me ha dado mal», apuntaba. Sus objetivos estaban puestos en esa fiesta popular de la escalada que estaba programada para la jornada en Potes. «Esta quiero que se me dé bien». Vocento y El Diario Montañés, con B3 Sportainment, organizan el evento de la mano de la FEDME (Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada), con el apoyo de Fundación Camino Lebaniego, Turismo y Deportes de Cantabria, Ayuntamiento de Potes y Grupo de Acción Local Liébana; y el patrocinio de Leapmotor, el aeropuerto de Santander (AENA), Banco Santander, Quality y EcoClimb.