Una nueva investigación, publicada en la revista 'Science', ha descubierto los orígenes antiguos del mosquito urbano 'Culex pipiens molestus', también conocido como el ' mosquito del metro de Londres ', lo que desmiente la teoría que se mantenía hasta ahora sobre cuándo evolucionó por primera vez. Investigadores de la Universidad de Princeton, el Instituto Wellcome Sanger, el Museo de Historia Natural de Londres y sus colaboradores extrajeron y analizaron cientos de muestras de ADN de mosquitos para rastrear el surgimiento de esta especie de insecto urbano. El resultado del estudio revisa uno de los «ejemplos clásicos» de evolución y adaptación urbana, y tiene importantes implicaciones para la salud pública en lo que respecta a la propagación de enfermedades. Los biólogos evolutivos han creído durante mucho tiempo que el mosquito que pica a los humanos, 'Culex pipiens molestus', evolucionó a partir de la forma que pica a las aves, 'Culex pipiens pipiens', en subterráneos y sótanos del norte de Europa durante los últimos 200 años. Se considera un ejemplo de la capacidad de una especie para adaptarse rápidamente a nuevos entornos y a la urbanización. La evolución de la forma molestus también tiene implicaciones significativas en la propagación de los virus. El virus del Nilo Occidental es un virus aviar que puede propagarse a los humanos cuando un mosquito pica primero a un ave infectada y luego a un humano. Este tipo de contagio es más probable cuando los mosquitos pican a ambos tipos de huéspedes. Los biólogos especializados en mosquitos creen que la transferencia de genes de molestus, que pica a humanos, a pipiens, que pica a aves, mediante hibridación 1, crea estas picaduras indiscriminadas y ha provocado un aumento de la transmisión del virus a los humanos en las últimas dos décadas. En un nuevo estudio dirigido por la Universidad de Princeton, los investigadores buscaron comprender mejor dónde y cuándo ocurrió por primera vez el cruce de los mosquitos molestus y pipiens , y lo hicieron estudiando ambas formas del insecto. Los investigadores trabajaron con aproximadamente 150 organizaciones de todo el mundo para recolectar 12.000 muestras de Culex pipiens que representan la diversidad geográfica y genética. Posteriormente, extrajeron, secuenciaron y analizaron el ADN de 800 de estas muestras para observar la evolución genética de los mosquitos. El equipo refutó la teoría de que la forma Culex pipiens molestus evolucionó en Europa durante los últimos 200 años, rastreandosus orígenes a más de 1.000 años atrás en el Mediterráneo u Oriente Medio. También descubrieron que la hibridación es mucho menos común de lo que se creía, pero ocurre, especialmente en las grandes ciudades, lo que sugiere que la urbanización podría promover la mezcla genética de ambas formas. Por lo tanto, la hipótesis de trabajo es que las personas que viven en grandes ciudades podrían tener un mayor riesgo de contraer el virus del Nilo Occidental. Los investigadores afirman que es necesario profundizar en el estudio de la genética y el comportamiento de picadura de los mosquitos. Un mayor muestreo en zonas urbanas y rurales permitirá comprender mejor la evolución de los mosquitos urbanos y su relación con la propagación de enfermedades en humanos. «Gracias a la rica colección de insectos históricos del Museo de Historia Natural de Londres y a la experiencia de Petra Korlević, miembro del equipo, pudimos aportar datos genómicos de especímenes de Culex recolectados en Londres durante la década de 1900. Estos datos genómicos de especímenes antiguos ayudaron a confirmar que el famoso mosquito del metro de Londres es una especie que evolucionó hace mucho tiempo, mucho antes de que existiera el transporte subterráneo humano», señala la doctora Mara Lawniczak, coautora del trabajo y jefa de grupo del Instituto Wellcome Sanger. Por su parte, el doctor Yuki Haba, primer autor e investigador postdoctoral de la Universidad de Columbia, asegura que los análisis «sugieren firmemente que molestus evolucionó para picar y convivir con los humanos en una sociedad agrícola primitiva hace entre 1.000 y 10.000 años , probablemente en el Antiguo Egipto . Nuestro trabajo abre la puerta a una investigación profunda de los posibles vínculos entre la urbanización, la hibridación y la propagación del virus de las aves a los humanos». «Este enigmático mosquito se hizo famoso durante la Segunda Guerra Mundial en Londres y parecía tan perfectamente adaptado a la vida subterránea que se creía que había evolucionado allí. Se convirtió en un ejemplo clásico de rápida evolución en las ciudades modernas. Pero nuestro análisis de secuencias de ADN de cientos de mosquitos revela una historia muy diferente. Nuestro trabajo proporciona una nueva perspectiva sobre cómo este mosquito varía genéticamente de un lugar a otro; información que creemos que nos ayudará a comprender mejor el papel que desempeña esta especie en la transmisión del virus del Nilo Occidental de las aves a los humanos», concluye Lindy McBride, autora principal y profesora asociada de Ecología, Biología Evolutiva y Neurociencia en la Universidad de Princeton.