¿ Qué tienen en común un joven que caminó kilómetros para encontrar una conexión a internet en la India, una estudiante argentina que diseñó unas gafas inteligentes para personas sordas y un adolescente que coescribió una ley en su país antes de terminar la secundaria? Este 2025, el Global Student Prize reconoció un presente imbatible , hecho de madrugadas sin quejas y un hambre que no se sacia con diplomas. Para Gastón Díaz, Daniela Barrios y el ganador Adarsh Kumar , la educación dejó de ser un concepto abstracto y se convirtió en un acto de persistencia y de visión. Desde un rincón de la India llamado Champaran , donde no hay bancos, ni baños, ni maestros suficientes, Adarsh Kumar, con solo 18 años, fraguó el proyecto con el que ganó el Global Student Prize 2025. Kumar explica cómo su madre, que trabajaba limpiando casas, fue la piedra angular de su educación. «Ver a mi madre luchando para darme una buena educación y hacer que tenga buena comida, eso me ha realmente formado en muchos sentidos». A los 14 años, viajó más de mil kilómetros con un ordenador usado para formarse de manera autodidacta. Sin recursos para pagar una academia, aprovechó bibliotecas y conexiones gratuitas a wifi. «Creo que el éxito no está solo en el esfuerzo, sino que necesitas poner un 10% extra en todas las horas. Así que tengo ese enfoque, necesito empujarme un poco más, trabajar un poco más cada día para asegurarme de que tengo lo que necesito», señala. Su experiencia personal lo motivó a crear Skillzo, una plataforma que conecta a jóvenes de bajos recursos con mentores y oportunidades, que ya alcanza a 20.000 estudiantes. Además, lideró proyectos comunitarios como Mission Badlao, que logró la apertura de una escuela pública, y campañas de vacunación y reforestación. También es asesor juvenil de Google y director de marketing del Bihar Chhatra Sansad, coordinando campañas estudiantiles con impacto social. «Mi pasión por la gente, por la educación, y los problemas y desafíos que he enfrentado en mi vida durante estos años es lo que me impulsa». Aunque autodidacta, sabe que la colaboración es clave : «Estar rodeado de un equipo que realmente comprenda esa motivación y de amigos a los que también puedes pedir ayuda es realmente importante». Admite que ha tenido momentos de duda, pero que siempre vuelve a su motivación principal porque «tu visión importa», aunque al principio nadie te apoye. Su inspiración es su mentor Ayush Periwal -«lo veo cada día, haciendo todo lo que tiene tiempo, no se toma vacaciones», explica-, Kumar quiere usar el dinero del premio- (85.410 euros)-para expandir Skillzo con inteligencia artificial y lanzar un programa global para jóvenes innovadores. Dedica su premio «a cada joven de todo el mundo, cada estudiante, cada mentor que está tratando de cambiar este mundo con el poder de la educación ». Su historia es un testimonio de cómo la educación puede transformar vidas, incluso en las condiciones más adversas. A 15.000 kilómetros de distancia, e n Lanús, Argentina, Gastón Díaz también entendió que la educación no espera a que la inviten a cambiar. Fue uno de los 10 nominados a mejores estudiantes del mundo según Global Student Prize. A sus 17 años ya ha creado una app, Cresify, avalada por Microsoft y Amazon, redactado una ley de alfabetización digital que ya se implementa en más de 70 ciudades argentinas, ganado medallas de matemática, enseñado a otros y liderado proyectos tecnológicos y sociales de escala nacional. Pero lo más notable no es lo que hizo, sino por qué lo hace: «Creo que hay un eje central, y ese eje es que no me conformo con lo que sé ni con lo que hago». Su historia no ha estado exenta de obstáculos. «Al principio las matemáticas fueron algo muy difícil... me acuerdo que en primer grado contaba del 1 al 14 y saltaba directo al 21». Aprendió que el error no es un obstáculo, sino un entrenamiento: « Acostumbrarme a fracasar fue lo importante... hay que fracasar mucho para poder construir soluciones que sirvan». Una frase que me gusta mucho es que todo es perfectible hasta la Capilla Sixtina». Y con esa mentalidad, desafía incluso al sistema: «Deberíamos avanzar hacia curriculares mucho más abiertos, personalizados para cada escuela... hay que dejar espacio a la innovación». Logra compatibilizarlo todo, pero también reconoce que a veces se pone mucha presión, «hay que tener equilibrio, salir un poco, hacer deporte». Su disciplina incluye levantarse a las 5 de la mañana para estudiar antes de ir al colegio , lo que le ha permitido adelantarse en exámenes internacionales y mantener un ritmo que muchos considerarían inalcanzable. Proyecta estudiar ciencias de la Computación, con interés en inteligencia artificial, y aplicar en universidades como Stanford . Y respecto a su futuro, apunta alto: «Me encantaría ser un emprendedor de alto impacto que cree soluciones masivas» . Su consejo a los jóvenes es claro: «Buscar impactar y mejorar la vida de al menos una persona. Ya con eso estamos hechos». Desde Corrientes, en Argentina, hasta Georgetown, Daniela Barrios, de 17 años , se convirtió en una de las estudiantes más destacadas del mundo. Nominada al Global Student Prize, un galardón que reconoce a jóvenes de entre decenas de miles de postulaciones de más de 140 países. Fundó un club de ajedrez en una escuela nueva. Se metió sola en las olimpiadas de matemáticas. Inventó unas gafas que proyectan subtítulos en tiempo real para personas sordas, Ciby. En resumen, no esperó a que su entorno le ofreciera caminos. Sobre el origen de su proyecto, su tía fue el disparador : «Ella me contó sobre unos alumnos que por sus problemas de audición se les dificultaba un poco el día a día en las clases... Entonces hice mi propia investigación, solo por interés...». «Me encanta crear nuevas cosas y lograr un impacto en mi comunidad», dice, sin vueltas. Y cuando el tiempo no alcanza, lo estira: « Hay veces que me voy a dormir a las 12 y me levanto a las 3 para que me dé el tiempo» . Cree que el sistema educativo debería ofrecer «más opciones que despierten vocaciones y pasiones. No solamente estudiar por obligación». No siempre le fue fácil y confiesa que tiene momentos difíciles: «Ahora mismo estoy como en un bloqueo de seguir adelante que me está costando un poco». Pero ahí es donde aparece su resiliencia: «A pesar de que no estoy motivada, trato de tener una rutina diaria... eso también me hace avanzar». En cuanto al futuro, dice con seguridad: «Dentro de 10 años me veo tal vez recorriendo el mundo... posiblemente dedicándome a algo relacionado a finanzas en EE.UU.». Y deja un mensaje para quienes quieran seguir sus pasos: « Que tome la iniciativa , que dé ese primer paso a ese proyecto... porque muchas veces pensamos que al ser jóvenes no podemos hacer mucho, pero en realidad es posible». Ni Gastón, ni Daniela, ni Kumar son excepcionales por azar, sino por decisión. El valor no está en sus logros individuales, sino en cómo aprenden a rediseñar el mundo con otros.