Rusia arresta a un biólogo ucraniano por apoyar restricciones a la pesca de krill en la Antártida
El científico marino Leonid Pshenichnov, de 70 años, fue arrestado por las autoridades rusas en Crimea bajo cargos de alta traición, según informó The Guardian. Pshenichnov, experto en ecosistemas antárticos, ha representado a Ucrania durante décadas en la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCAMLR). Su detención se produjo días antes de su participación prevista en una conferencia internacional en Hobart, Australia, donde se discutirían límites a la pesca industrial de krill en el océano Austral.
El embajador de Ucrania en Australia, Vasyl Myroshnychenko, denunció públicamente la detención de Pshenichnov durante la apertura de la cumbre de la CCAMLR en Hobart. “La agresión rusa sigue afectando gravemente la participación científica de Ucrania en la Antártida”, declaró ante los delegados. La comunidad científica internacional ha expresado preocupación por el uso de cargos penales para silenciar voces críticas sobre la explotación de recursos marinos.
Las autoridades rusas alegan que Pshenichnov apoyó públicamente restricciones internacionales a la pesca de krill, lo que consideran una amenaza a sus intereses económicos. El krill antártico, un crustáceo clave en la cadena alimentaria marina, ha sido objeto de creciente presión comercial por parte de flotas rusas y chinas. Pshenichnov ha defendido la creación de áreas marinas protegidas y la reducción de cuotas de captura, lo que habría motivado su persecución.
Pshenichnov ha trabajado en instituciones marinas de Crimea, Berdyansk y Kyiv, y ha sido delegado ucraniano ante la CCAMLR desde 1996. Su investigación se ha centrado en la sostenibilidad de los recursos del océano Austral y en el impacto de la pesca industrial sobre especies clave. La comunidad científica lo considera una figura respetada en el ámbito de la conservación marina.
El gobierno australiano ha manifestado su inquietud por la detención de Pshenichnov, calificándola como un acto que “socava la cooperación científica internacional”. La ministra de Medio Ambiente de Australia instó a Rusia a liberar al investigador y permitir su participación en la cumbre de Hobart. Organizaciones científicas han iniciado campañas para exigir garantías legales y médicas para el científico, cuya salud se considera frágil
