El plato que enamoró a María Pombo
Un escenario gastronómico vasco con nombre propio
Ubicado en Igeldo Pasalekua 54, en la ciudad de Donostia‑San Sebastián, el restaurante Rekondo se encuentra en un enclave privilegiado, entre tradición y sofisticación. El chef Iñaki Arrieta dirige los fogones desde hace dos décadas, impulsando una carta que homenajea la cocina vasca a través de productos de proximidad y una técnica muy depurada. Según su web, el restaurante se define por “hacer de la mejor materia prima de la zona la base de nuestros platos”, sin intermediarios.
Desde su creación, Rekondo ha logrado posicionarse como un referente tanto para gourmets como para quienes buscan una experiencia especial de gastronomía vasca. Lo ha hecho con una bodega extensa, platos como el chuletón o el bacalao al pil‑pil, y una carta donde destaca el uso del “producto perfecto” para comensales exigentes.
El motivo de su fama reciente
Una de las claves recientes del restaurante ha sido su protagonismo en medios y redes. La influencer María Pombo ha señalado Rekondo como su restaurante favorito en San Sebastián, reforzando el interés de quienes buscan combinar turismo, estilo y alta cocina.
Uno de los platos que más ha llamado la atención es el txangurro al horno, preparado con auténtico cangrejo del bajío. Rekondo lo incluye en su carta desde unos 32 euros, siendo destacado en el artículo de referencia.
Producto estrella: el txangurro al horno
El txangurro —rica fuente de sabor marino dentro de la cocina vasca— se prepara al horno en este restaurante con meticulosidad. Según la nota, se trata del “mejor changurro al horno de Euskadi” a un precio de unos 42 euros por ración en el momento de la publicación.
La combinación de su espléndida materia prima, el horno como técnica de cocción y el entorno gastronómico elevan el plato a una experiencia gastronómica que va más allá del simple consumo.
Ambiente, servicio y entorno
Rekondo combina un entorno elegante con una atención detallista. Su ubicación ofrece vistas atractivas y un ambiente adaptado tanto a celebraciones como a comidas más relajadas. En su carta, además del txangurro, figuran kokotxas de merluza, chipirones en su tinta, almejas en salsa verde, raviolis de morcilla de Urt y otros platos que reflejan la riqueza del mar y la tierra vascas.
En cuanto al servicio, el restaurante pone especial atención en que cada detalle —desde la elección del proveedor hasta la presentación del plato— contribuye a la experiencia global del comensal.
Razones para reservar una mesa
- Producto vasco de calidad, sin intermediarios, garantizando frescura y sabor.
- Fusión entre tradición culinaria y atención contemporánea al comensal.
- Un plato estrella —el txangurro al horno— que actúa como imán gastronómico.
- Ubicación privilegiada en Donostia, ciudad reconocida por su excelencia gastronómica.
- Reconocimiento por parte de personalidades del estilo y la comida que aumentan su visibilidad.
Aspectos prácticos para visitantes
| Aspecto | Detalle |
|---|---|
| Dirección | Igeldo Pasalekua 54, Donostia‑San Sebastián |
| Plato recomendado | Txangurro al horno (~42 € al momento de publicación) |
| Carta | Alta cocina vasca con mariscos y carnes selectas |
| Ideal para | Comidas especiales, turismo gastronómico, amantes de la cocina vasca |
Qué aporta a la gastronomía vasca
Más allá de su propuesta concreta, el restaurante actúa como embajador de la cocina vasca. La fórmula aplicada por el chef Arrieta refuerza el valor del territorio, del mar y del producto local. Esa coherencia es lo que permite que un plato como el txangurro trascienda y se convierta en símbolo.
En un contexto donde la gastronomía del País Vasco goza de reconocimiento internacional, este restaurante suma por nuestra capacidad de combinar herencia y modernidad. Y aporta, además, una experiencia que puede entenderse como turismo de sabor, un ámbito en el que la ciudad de Donostia y Euskadi tienen mucho que decir.
Conclusión implícita
Por producto, entorno y reconocimiento, Rekondo figura entre los destinos gastronómicos de referencia en Donostia. La mención de una figura pública potencia su visibilidad, pero lo que sustenta el interés es que cumple con los requisitos de calidad, sabor y experiencia. Para quienes buscan un “plato de bandera” de la cocina vasca, este es uno de ellos.
