Álvaro Martín: "La retirada es un duelo, hay que preparase para no decir: "¿Y ahora quién soy yo?"
Álvaro Martín (Llerena, 31 años) cerró el círculo con su oro olímpico en París 2024 en el relevo mixto de la marcha (más el bronce en 20 kilómetros individuales). Ya había sido doble campeón del mundo y doble campeón de Europa. Poco después de su gran éxito, anunció que se retiraba, pese a que todavía es relativamente joven para el deporte. Durante su carrera también estudió políticas y derecho, y le salió una oportunidad que no quiso rechazar. Ha hecho un máster en derecho mercantil y quiere hacerlo en derecho deportivo. Ha cambiado el chándal por el traje y está haciendo las prácticas en Cazorla Abogados, pero sigue llevando su pulsera con la bandera de Extremadura. Esta entrevista se divide en dos partes. En esta primera, aborda los desafíos del deportista para afrontar la retirada y cómo es su nueva vida. En la segunda, habla de temas del deporte por los que luchó y que no ha dejado de lado: el dopaje, la Seguridad Social de los deportistas o incluso el reconocimiento que se merecen atletas como María Pérez.
Hace poco más de un año que anuncia la retirada. ¿Cómo ha sido ese tiempo hasta llegar aquí?
Yo, principalmente, anuncio mi retirada porque había sido admitido en el Centro de Estudios Garrigues para hacer un doble máster y debido a la exigencia, no iba a poder entrenar al alto nivel. Una vez he hecho los dos másters, ahora estoy en la práctica del máster de acceso a la abogacía, que tenía que haber empezado en septiembre, pero yo lo adelanté porque ya quería entrar a trabajar. Llevo desde julio en Cazorla Abogados.
¿Y es un cambio muy radical de vida?
Es un cambio muy radical, ya no sólo en la forma de pensar, sino en la forma de vivir, en el sentido de que mi día a día anteriormente era con chándal, y ahora tengo que llevar traje y corbata, y la noche anterior estoy planchando la camisa y no estoy pensando en el entrenamiento que tengo que hacer el día siguiente.
¿Se prepara al deportista para este cambio?
Sí, es que hay que prepararlo. La retirada es algo muy personal de cada deportista. Yo he tenido compañeros y compañeras que no han podido, digamos, tener la suerte de elegir cuándo retirarse, puesto que la retirada puede ser por motivos externos, por una lesión. Yo lo pude elegir, y también hay que prepararse para ello. Yo tuve un trabajo psicológico de un año para ir preparándome poco a poco para que cuando anunciase la retirada y llegue ese cambio tan radical en tu vida, pues tú ya has hecho una transición paulatina, poco a poco, para que no tengas los problemas acarreados a esa falta de identidad que tiene uno porque se ha retirado de la alta competición y dice: “Bueno, ¿y ahora quién soy yo?”
Ha habido casos muy dramáticos de acabar la carrera siendo personas jóvenes y...
Y no saber qué hacer, y qué hacemos. También por eso, aparte de esta preparación psicológica, pues también la formación es clave para el día de mañana, para encontrar un puesto de trabajo o simplemente saber qué hacer con tu día a día y no que seas deportista de alto nivel y al día siguiente estés sentado en el sofá sin saber qué hacer.
¿Eso es algo que tiene que ser individual o tienen que apoyar las instituciones?
A ver, primero, esto es muy subjetivo, en el sentido de que uno necesitará más recursos que otro, necesitará prepararse de una manera u otra porque al final la retirada es un duelo que hay que afrontar y entonces es muy personal cómo lo vive cada uno. Ahora bien, es verdad que a día de hoy hay recursos o digamos programas especializados para la retirada del deportista y su encaje en el mundo laboral mucho mejores que hace 20 años. Estoy hablando, por ejemplo, del Programa de Atención al Deportista, que es un programa del Consejo Superior de Deportes, pero también en Extremadura hay un programa parecido para los deportistas extremeños, y otras comunidades tienen figuras similares, precisamente para ir concienciando al deportista de que hay un punto final que en el mejor de los casos lo puedes decidir tú, y en el peor, no; para que el día que llegue estés preparado para continuar porque al final nos retiramos siendo personas muy jóvenes, como muy tarde nos podemos retirar con 30 y largos, lo normal es que te quede todavía mucha vida por recorrer y tengas que hacer algo más.
¿La decisión se madura o llega un día un flashazo?
Bueno, yo sabía que París 2024 podían ser mis últimos Juegos Olímpicos. Hay que tirar un año atrás, a 2023. Justo al terminar el Mundial de Budapest, donde conseguí dos medallas de oro, hice la prueba de acceso en el Centro de Estudios Garrigues para hacer este doble máster y me cogieron. Y me cogieron también porque era deportista, porque a lo mejor por sus criterios de selección no daba la nota para poder acceder. Eso sí que ya me marcó, como decir: “Vale, pues si me han aceptado, ya después de París no voy a poder continuar en el alto nivel”. ¿Podría seguir entrenando? Sí. ¿A alto nivel? No. Entonces tienes que ponerlo en una balanza: ¿me compensa seguir entrenando pero llegando a las grandes competiciones no en mi mejor estado de forma, porque no he podido? Pues a lo mejor no, porque yo sí que tenía claro que quería hacer algo más que ser deportista y en este caso era la abogacía.
"Quería demostrarme que podía ser bueno, a lo mejor no tanto como en mi nivel deportivo, pero ser bueno en otras facetas en el mundo laboral"
El atletismo es uno de los deportes en los que parece que se tiene más en cuenta lo del futuro...
Bueno, sí que se está generalizando. A lo mejor esta misma conversación la estamos teniendo hace 20 años y el raro era el que estudiaba y aparte entrenaba. Eso ha cambiado, ya no es porque tengas que vivir una situación dramática, en mi caso quería demostrarme que yo podía ser bueno, a lo mejor no tanto como en mi nivel deportivo, pero ser bueno en otras facetas en el mundo laboral. Es verdad que habrá otros deportes que son más sensibles a este tema. En atletismo tenemos raras avis, lo normal es que un deportista dentro que lo que cabe estudie algo relacionado con el deporte, pero en atletismo estamos hablando de gente que ha estudiado ingeniería, que ha estudiado medicina, que son carreras bastante difíciles. Eso lo que nos quiere decir es que dentro de las dificultades que hay evidentemente para compaginar esa carrera dual, se puede lograr. Hay otros deportes que digamos no están tan sensibles con este tema, pues tendrán que ponerse las pilas porque al final todos nos retiramos el día de mañana.
¿Y la experiencia como deportista sirve de algo?
Bueno, aquí en Cazorla Abogados, independientemente de que yo haya sido deportista, ellos también llevan muchas cosas de derecho deportivo. Tenemos a Don Luis Cazorla, que es de las primeras personas que ha hablado de derecho deportivo; tenemos al socio director que es el hijo, Luis Cazorla, que le gusta mucho el deporte y junto a su hermano Pablo Cazorla también hace mucho deporte, pero es que además su hijo ahora mismo está en la selección española sub 18 de hockey sobre hierba, o sea que al final también ven el deporte en casa, no sólo en el despacho. Y eso ha hecho o han visto que a la hora de seleccionarme a mí frente a otros candidatos que también había para hacer las prácticas aquí, y Dios sabe si quedarme, pues que tenía unos valores como deportista que a ellos les encajaban a la hora de lo que se vive en el despacho.
¿Se va a especializar en derecho deportivo?
Bueno, yo ahora mismo he hecho el máster de Derecho Mercantil, el derecho de la empresa, que es lo que me gusta, pero no descarto evidentemente formarme también en Derecho Deportivo porque estamos tocando cosas de Derecho Deportivo y yo lo sé por experiencia, pero no sé la teoría, y me gustaría saberla porque al final el Derecho Deportivo está creciendo mucho, no ya sólo en el fútbol, también en la complejidad que hay dentro del mundo federativo. Así que, bueno, eso es evidentemente algo que he vivido, y sí que me gustaría especializarme, pero no sé cuándo voy a sacar el tiempo para poder hacer otro máster.
"¿Le harías la misma pregunta, por ejemplo, a un médico? Le dirías, ¿salvarías a un asesino?"
Una pregunta un poco a lo mejor infantil. Usted ha sido muy reivindicativo siempre. ¿Defendería a un culpable?
¿Le harías la misma pregunta, por ejemplo, a un médico? Le dirías, ¿salvarías a un asesino? Pues esa es la respuesta. A nivel deontológico creo que te he respondido.
Vuelvo un poco a la retirada. La prueba de París para el resto podía parecer muy importante, sí, pero una carrera más para Álvaro, pero usted sabía que era la última...
Sí, además la última competición como tal fue el relevo mixto junto con María Pérez y me acuerdo que en mi último relevo antes de dárselo a María, se me escapa Pintado, que había sido una semana antes el campeón olímpico de 20 kilómetros, o sea que en teoría estaba más fuerte que yo que había sido tercero, pero hubo un algo por dentro, justo cuando yo iba sufriendo mucho y se estaba separando de mí y estaba haciendo un pequeño hueco, y dije: “Tío es la última carrera, te tienes que entregar en todas al cien por cien, pero más ahora”. Entonces supe sacar ese pequeño esfuerzo de llegar a alcanzarle e incluso sacarle unos metros. Ojalá hubiera tenido también esa fuerza antes en los 20 kilómetros individuales, pero bueno, por lo menos me quedó ese sabor de boca de que en los últimos metros del relevo le gané al campeón olímpico en ese momento.
¿Se enteró de que María estaba regular, vomitando…?
Sí, me lo comentaron, me lo comentaron justo antes de salir a mi segundo relevo que estaba mal y que tenía que intentar hacer todo posible.
Ella trataba de esconderse para que no la viera...
Bueno, pero María es mucha María como se está demostrando y ha estaba en situaciones peores y las ha podido dar la vuelta. Yo sabía que eso no iba a suponer nada para ella, como se demostró.
¿Es fácil decir adiós en lo más alto?
Yo tomé la decisión un año antes. Sabía que independientemente de lo que pasase en París no iba a cambiar de opinión. Es verdad que una vez pasa lo que pasa allí y se cumplen esas expectativas, es tentador seguir ya más por una cuestión del reconocimiento, porque vas a tener los patrocinios, tu vida deportiva también va a mejorar, va a dar un salto cualitativo porque podrás ser campeón de Europa y campeón del mundo, pero como conseguir una medalla en unos Juegos Olímpicos no hay nada. Esas pequeñas dudas se disiparon en el sentido de que no podía echarme para atrás. Yo lo había propuesto así, lo había vivido así, me había preparado así a nivel psicológico. También había hablado con mi entrenador de que independientemente de lo que pasase me iba a retirar y quise cumplir mi palabra.
El dinero por la medalla es suyo. Pero, ¿y la beca ADO?
Yo dije que no, evidentemente. Pero luego el Consejo Superior de Deportes, más adelante, sacó las Becas Transición. Es decir, ¿qué hacemos con ese dinero que le correspondería a los que se retiran? No sólo es mi caso, hay más compañeros. Vale, pues si a lo mejor a mí me corresponderían cuatro años, pues me van a dar dos años. Te damos la mitad, es una forma de hacer esa transición. Porque en principio, y yo eso lo tenía claro, renunciaba a todo porque es lógico, no me puedes dar a mí una beca para prepararme para el Mundial de este año de septiembre, si no voy a competir. La beca es para prepararse, no es un premio. Aquí creo que a nivel conceptual hay que saber diferenciar: me han dado el premio de la medalla, pero la beca no me correspondía. Me alegro de que hayan sacado esta Beca de Transición y que sea la mitad, porque daba por hecho que no me iba a llevar nada y era lo correcto. Hay otros compañeros y compañeras, que no vamos a decir sus nombres, que lo que intentaban en estos casos es estar retirados extraoficialmente, pero oficialmente pues no competir o dejarse ir para estar cobrando esas ayudas. Que a lo mejor no es tanto el problema de ellos, sino cómo estaba formado el sistema, te obligaba a hacer eso si querías cobrar.
"Mi relación con Carrillo es mucho más que atleta-entrenador. Pasé más tiempo con él que con mi pareja, mis padres..."
¿Tiene tiempo para hacer algo de marcha ahora?
No, no. Salgo a correr, voy al gimnasio, pero marcha como tal, no. Estuve este año ayudando a mi club, al CAPEX, en dos jornadas de liga, pero ya está, porque la prioridad es el despacho. Ya si puedo sacar algo de tiempo para entrenar, genial, pero la prioridad es esto. Antes era totalmente al contrario.
¿Y con Carrillo [su entrenador] habla?
Sí, sí, mantengo conversaciones con él. Él se ha jubilado ahora en agosto, pero sigue entrenando gente. Al final el vínculo que tenemos no es sólo entrenador-atleta, sino que es un mucho más cercano. Yo lo veo como un padre, él me ve como un hijo, porque yo he estado mucho más tiempo con él que con mi pareja, mis padres, mis amigos. Y él ha estado mucho más tiempo conmigo que con su mujer y sus hijas o sus nietas.
