Culpa compartida, voto consciente
Las consecuencias del problema de la vivienda no son nuevas ni repentinas. No aparecieron de la nada, como algunos quieren hacer creer. Sus raíces se hunden en 1975, cuando ya empezaban a faltar viviendas y el acceso a un hogar digno se convertía, poco a poco, en un privilegio. Desde entonces, han pasado gobiernos de todos los colores, promesas de todos los tamaños y reformas que, en la práctica, no reformaron nada.
