El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha recibido en el Palacio de la Moncloa a familiares del periodista canario Miguel Moreno , que fue detenido el pasado mes de junio al interceptar Venezuela el barco de exploración marina en el que viajaba, dedicado a buscar pecios de buques hundidos durante la II Guerra Mundial, alegando un comportamiento «muy sospechoso». Moreno Dapena se había embarcado en el N35, un barco de exploración marina con bandera panameña, capitán neerlandés y operado por la empresa belga Seatec. La embarcación operaba en aguas del Caribe y de la costa oriental de Venezuela cuando fue interceptada por la Fuerza Armada Nacional Bolivariana el pasado 13 de junio, tras 12 días de seguimiento. La tripulación del N35, que está compuesta por nueve personas de diferentes nacionalidades, incluido el canario, fue conducida el 15 de junio al puerto de Guamache, en Isla Margarita, bajo custodia preventiva. Cinco días después, el ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino, acusaba al barco de realizar «investigaciones científicas» con un comportamiento «sospechoso» en la zona económica exclusiva del país, cerca del delta del Orinoco. Fue el día 19 de junio cuando supieron de él por última vez en una comunicación vía Whatsapp, desde la que su familia trata de desbloquear el arresto por todos los medios. En este encuentro en Moncloa, la familia de Moreno Dapena ha estado acompañada de los familiares de otros ciudadanos españoles detenidos en Venezuela «sin base legal». El Ejecutivo ha asegurado que va a seguir haciendo gestiones «a todos los niveles» para lograr su liberación y repatriación. El Gobierno ha informado de este encuentro en un breve comunicado acompañado de fotografías y un video de este encuentro, al que también ha asistido el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares. También han participado los familiares de José María Basoa y Andrés Martínez Adasme, dos bilbaínos detenidos por el Gobierno venezolano el 14 de septiembre de 2024 en medio de una escalada de tensión con España tras la llegada a Madrid del dirigente opositor Edmundo González acusados de estar implicados en una supuesta operación con fines «terroristas», entre otros el de asesinar al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.