Rajoy insiste en la gran coalición a tres bandas mientras C’s se dispara y Podemos cae
En un escenario político incierto en el plano estatal, en el que algunas voces de su partido han planteado que debería dar un paso atrás y donde también el líder de C's, Albert Rivera, sugirió que, si el actual presidente se iba, "todo sería distinto", Rajoy ha reivindicado este sábado que "lo importante para el PP es mantener la unidad y preservar la independencia". "No podemos olvidar lo que somos, somos el primer partido de España y las decisiones de 800.000 afiliados las toma la organización más grande de España y no las toman otros por nosotros", ha sentenciado en su intervención en el congreso del PP de Pontevedra, donde Alfonso Rueda ha relevado como presidente provincial a Rafael Louzán tras 16 años de mandato. El líder del PP, por cierto, ha estado acompañado por el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, pero no ha dado ni una sola pista sobre si éste repetirá como candidato en las elecciones autonómicas del próximo otoño.
Tras subrayar que los escaños que PSOE y C's no bastan para sacar adelante un nuevo Gobierno, ha repudiado una alternativa que "no quiere" hablar con el partido más votado, y cuyo principal objetivo es enviar al PP "a la oposición", además de "derogar" las reformas "que han servido para que en España haya recuperación económica y empiece la creación de empleo". Ha citado, entre otras, la reforma laboral. "¿Cómo se le puede pedir a un partido que ganó que vote al que ha perdido cuando su programa es echar al que ha ganado y derogar toda su obra? ¡Pero qué broma es esa!", ha manifestado Rajoy, para insistir en que los populares "defenderán" sus posiciones e intentarán "formar gobierno" siempre "respetando" las bases de la democracia.
Su deseo es que "triunfe la razón y el sentido común", los partidos sean "capaces de llegar al entendimiento" y que "todos" sean conscientes "de los verdaderos anhelos de los españoles" antes de que se "convoquen de forma automática" elecciones generales para el 26 de junio. Para ello, ha advertido que será preciso "que algunos olviden el sectarismo, que no conduce a nada y hace daño a todos, incluso al que lo practica", en clara alusión al PSOE y a su rechazo a negociar con el.
Los cierto es que si hubiera que repetir elecciones la situación apenas cambiaría. Algunos partidos mejorarían sus resultados y otros los empeorarían pero seguiría siendo indispensable llegar a algún pacto para formar Gobierno debido a la ausencia de mayorías absolutas, por la que sigue apostando la mayoría de los españoles.
Ciudadanos se convertiría en el tercer partido político más votado de celebrarse hoy las elecciones generales y subiría más de cinco puntos en intención de voto respecto a los comicios del 20-D, en tanto que Podemos caería casi cuatro puntos, según una encuesta que publica este domingo El País. El sondeo, realizado por Metroscopia los días 8 y 9 de marzo pasados a partir de 1.200 entrevistas, refleja que los españoles premian los esfuerzos del partido de Albert Rivera por encontrar una salida al actual bloqueo político y, en cambio, castigan la oposición de la formación morada a facilitar un desenlace que evite la convocatoria de nuevas elecciones.
De hecho, el líder de Ciudadanos es el único político que obtiene una evaluación positiva por parte de los encuestados (32 puntos). Aunque Rajoy sigue siendo el líder peor valorado (con 44 puntos negativos), Pablo Iglesias le pisa los talones con -35 puntos tras su agresividad en el debate de investidura que le llevó a acusar al PSOE de tener el pasado manchado de cal viva. Pedro Sánchez obtiene una nota de -6 puntos.
En cualquier caso, el PP volvería a ser el partido más votado en las elecciones generales con el 26% de los votos, dos puntos por encima de lo que el mismo sondeo le atribuía hace un mes, pero todavía casi tres puntos (2,7%) por debajo del resultado obtenido en las generales de diciembre. Le seguiría el PSOE, con el 23,1%, superior en poco más de un punto al resultado del 20-D.
Ciudadanos lograría en estos momentos el 19,5%, 5,6 puntos porcentuales por encima del resultado que obtuvo el pasado 20-D, que fue un 13,9%. En cuanto a Podemos y sus confluencias, con el 16,8% de apoyos, perdería casi cuatro puntos respecto al 20-D, con lo que saldría de la tercera posición que conquistó en esas elecciones y tendría que renunciar al anhelado sorpasso del PSOE. UP-IU se beneficiaría en parte de esa caída de Podemos con el 5,4% de los votos, 1,7 puntos por encima de los que consiguió el 2º-D, mientras que el 9,2% de los electores votaría en blanco.
La coalición PSOE-Ciudadanos, la preferida por los encuestados
La encuesta dice, además, que una mayoría de los ciudadanos sigue siendo contraria al bipartidismo y favorable a un gobierno de coalición, preferentemente (un 53%) formado por PSOE-Ciudadanos y con el apoyo o la abstención del resto de los partidos. En caso de que esa coalición la formasen PP-PSOE y Ciudadanos, son más los encuestados (un 39%) que preferirían que Albert Rivera presidiera ese hipotético gobierno, frente al 36% que elegirían a Mariano Rajoy para el cargo.
La encuesta refleja además que la mayoría de los votantes de los distintos partidos estarían de acuerdo con que el candidato a la presidencia del Gobierno fuera el mismo que se presentó el 20-D si se repitieran ahora las elecciones. La excepción, sin embargo, la pone el PP, donde menos de la mitad de sus votantes (el 42%) desearían que Rajoy volviese a ser “cabeza de lista” y también en este caso Albert Rivera sería el político favorito para su electorado, pues un 96% apoyaría su candidatura en caso de que hubiera que concurrir de nuevo a las urnas.
El 48% de los encuestados piensan que el PP debería haberse abstenido en la sesión de investidura del pasado 4 de marzo respecto al acuerdo PSOE-Ciudadanos y el 43% de los de Podemos apoyaría también la abstención del partido que lidera Iglesias. Según la encuesta de Metroscopia, el 67% de los votantes españoles prefieren el pluralismo político en el Parlamento al bipartidismo y un 83% opinan que los españoles aun no tienen Gobierno para esta legislatura porque “los líderes políticos anteponen sus intereses personales a lo que pueda ser más beneficioso para España”.
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