Mapa del sector bancario: las crisis fomentan una mayor concentración del mercado
Desde 2007 el número de bancos se ha reducido de 70 a 52, mientras que Cajas de Ahorro solo quedan dos de las 46 que había
El sector bancario en España ha evolucionado en los últimos años, pasando de un gran número de cajas de ahorros y bancos a una concentración mayor del mercado. La crisis financiera de 2008 empujó al Estado a rescatar varias entidades que llevaron a cabo fusiones y absorciones para sobrevivir en el nuevo escenario que trajo la recesión.
Ahora, los cinco bancos principales del IBEX-35, se alzan cada vez con más parte del mercado, copando «casi el 90%», según explican algunos expertos a Newtral.es. En un nuevo escenario de dificultad para las entidades con los bajos intereses y la crisis económica provocada por el coronavirus, el foco se vuelve a poner sobre las fusiones bancarias —como la anunciada la semana pasada por CaixaBank y Bankia— que se cree será la dirección que seguirá el sector.
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Los siete grandes bancos de antes se transforman en dos de ahora
BBVA, Bankinter, Sabadell, Santander, y, tras la anunciada fusión la semana pasada, Caixabank junto a Bankia. Estos son los seis grandes bancos que cotizan en la actualidad en el IBEX-35 y que suponen la mayor parte del mercado bancario.
Estas entidades son diferentes a los siete grandes bancos de la transición —Central, Hispano, Banesto, Santander, Bilbao, Vizcaya y Popular—, y son fruto de varias absorciones, fusiones y adquisiciones.
Banco Central y Banco Hispano Americano se fusionaron en 1991, mientras que Santander compró Banesto en 1998. Tras esto, un año después, Santander se fusionó con el Banco Central Hispano, resultante de la fusión de 1991, y en 2017 compró el Popular. Por su parte, Banco de Vizcaya y Banco de Bilbao se habían fusionado en los 80 y en el 2000 crearon el BBVA tras fusionarse con Argentaria. Es decir, los 7 bancos han pasado a ser solo dos de los actuales.
«Si en España tenemos bancos potentes es porque ha habido una historia de fusiones detrás», explica el presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), José María Roldán, a Newtral.es, que cree que «sobran entidades en Europa». Aunque antes de la crisis financiera en España ya había fusiones, fue a raíz de la misma cuando estas se impulsaron.
Solo quedan «12 o 13» bancos al uso
Así, según los datos recogidos por el Banco de España, en 2007 había en el país 70 bancos supervisados por el organismo regulador. En 2019 solo hay 52. No obstante, para Ricardo Zion, profesor de Banca en EAE Business School, quedan muchos menos: «unos 12 o 13 bancos», según explica a Newtral.es.
Esto se explica, según el experto, porque en las 52 entidades que contabiliza el Banco de España se incluyen «banca privada, de inversión, financieras y gestores de fondos«. «Entran entidades financieras de crédito que no son bancos como tal», comenta Zion. En cuanto a los motivos de la «desaparición» de muchas entidades, el profesor de EAE Business School cree que se debe a la «baja rentabilidad» y, en el caso de las cajas de ahorro, por el sector inmobiliario.
Lo mismo comenta a Newtral.es Santiago Carbó, director de Estudios Financieros de Funcas, que explica que comparado con el de 2007 el mapa bancario ahora «es muy distinto». «Apenas hay 10 entidades con alguna presencia importante. Muchas de ellas, eso sí, han ganado tamaño de forma considerable al absorber a muchas otras», aclara.
Carbó explica que muchas de ellas «más que desaparecer» fueron absorbidas «por las circunstancias de la crisis y el deterioro de los balances de muchas de ellas con tamaño generalmente reducido y dificultades de acceso al mercado».
A medio o largo plazo se va a volver a reducir el mapa bancario
Por su parte, Ricardo Zion defiende que «las fusiones se vieron forzadas para salvar el sistema bancario«.»En España hablamos del FROB (el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria) que rescató a Bankia, pero el rescate del Estado a los bancos ha sido pequeño comparado con otros países europeos, como Bélgica o Alemania», alega Zion.
El rescate bancario supuso unos 65.000 millones de euros según los datos del Banco de España, de los cuales alrededor de 20.000 fueron por parte del Fondo de Garantía de Depósitos de Entidades de Crédito (FGDEC) y el resto fue financiado por dinero público.
Además, afirma que en España el proceso fue «algo distinto» porque los bancos grandes «han ido absorbiendo a los pequeños». «En España el proceso de concentración bancario ha sido mucho más rápido y más eficaz que en el resto de Europa», también impulsado con el beneplácito del Banco de España y Banco Central Europeo (BCE) que en numerosas ocasiones han abogado por llevar a cabo fusiones. «En Alemania aún hay 1000 entidades, en Francia hay más de 500…», recuerda.
El profesor de EAE Business School apuesta que «a medio largo plazo» se vuelva a reducir el mapa bancario. «Está clarísimo que va a haber más concentración. Se vuelve a escuchar sobre Unicaja y Liberbank, que intentaron unirse en el pasado; también Sabadell está en las quinielas y seguramente será absorbido», adelanta Zion.
Solo 2 cajas de ahorros han sobrevivido a las fusiones
Si en el caso de los Bancos se refleja una gran reducción, en el de las cajas de ahorro esta es mucho mayor, al ser de las más afectadas por la crisis bancaria de 2008. Se trataba de un modelo de entidades que, según el director de Estudios Financieros de Funcas, «reportaba muchos beneficios porque tenían un gran arraigo territorial y social».
Según los datos del Banco de España, en el país solo han sobrevivido 2 cajas de ahorros, de las 46 que había en 2007. Estas son Caixa Ontinyent, originaria de Valencia y Caixa Pollença, de Mallorca.
El resto principalmente se fusionaron para crear nuevos bancos o fueron absorbidas por entidades más grandes. Por ejemplo, Caja de Jaén y España Duero (formada por Caja España y Caja Duero) formaron Unicaja Banco. «Que las cajas no pudieran captar capital al comienzo de la crisis financiera fue un problema importante para que algunas de ellas resolvieran los desafíos de solvencia que impuso la crisis. Algunas de las más señeras, sin embargo, resistieron bien», recuerda Carbó.
«Los bancos grandes, Caixa, Santander, BBVA y Bankia incluida, se han ido quedando con muchas de estas entidades. El Gobierno les fue empujando a que compraran cajas de ahorro y las fueran integrando en su estructura«, explica Zion.
Así, la desaparición de las cajas de ahorros se explica por los cambios regulatorios. «Por el año 2012 se favoreció que algunas cajas de ahorro se convirtieran en bancos, y lo que se hacían era segregar la actividad bancaria de la parte de la obra social, convirtiendo está última en fundación», explican a Newtral.es fuentes de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA).
No obstante, Alberto Aza portavoz de CECA asegura que «la esencia de lo que era la caja de ahorros se sigue manteniendo: entidades que están muy arraigadas al territorio y la obra social«. «Este cambio ha supuesto un fortalecimiento de lo que eran las antiguas cajas de ahorro y que se viene desarrollando en los últimos años, en parte por un proceso de consolidación, por una regulación y una gestión del riesgo mucho más exigente».
Reducción de personal y sucursales
Esto también ha llevado a una reducción de las plantillas de los bancos. Según un estudio realizado por Comisiones Obreras con datos del Banco de España, desde el momento previo a la crisis económica en 2008 hasta finales de 2018, el sector bancario español dio salida —la mayor parte a través de EREs y prejubilaciones pactadas— a 112.150 empleados, lo que supone un 41% del total de las 270.855 personas que empleaba el sector.
No obstante, en el mismo periodo de 10 años la banca contrató a 23.294 trabajadores, por lo que el recorte de empleo neto alcanzaría los 88.856 trabajos, es decir, el 32,8% del total.
«Del 2008 hasta ahora, de las 250.000 personas que trabajaban en banca solo quedan 150.000, osea, que se han destruido unos 100.00 puestos de trabajo en este periodo», asegura Zión que explica: «Al final, la rentabilidad de la banca sufre con unos tipos de interés negativos y una red de sucursales tan amplia, solo puede sobrevivir vía reducción de costes: reducir personal y reducir el número de sucursales.»
En 2019, según los datos del Banco de España, se destruyeron 5.161 empleos solo en la banca, es decir, sin tener en cuenta otros 457 empleos perdidos en los establecimientos financieros de crédito. Solo en el primer semestre de 2020 la gran banca recortó 1.400 empleos y cerró 271 oficinas en España.
Así, al cierre de junio los seis bancos del IBEX-35 (BBVA, Santander, Caixabank, Bankinter, Bankia y Sabadell) tenían un total de 124.552 empleados en España, 1.456 menos que al cierre de 2019, es decir, un descenso del 1,16%.
El gran problema al que se enfrentarán los bancos será competir con empresas como Google, Amazon o Apple
La misma tendencia llevan las sucursales: «Desde 2008 el número de sucursales ha bajado de 46.000 a 23.000, es decir, a la mitad», asegura Zion, que añade que «la banca tiene que seguir por esa vía». «Y de hecho ya lo están haciendo», afirma el profesor de EAE Business School.
Por su parte, Santiago Carbó recuerda que el mercado bancario y su infraestructura «están sobredimensionados» y «la única forma de seguir adelante es apostando por grandes cantidades y por mucho tamaño pero con una infraestructura física más ‘ligera‘».
Esto se debe, comenta Carbó, a que el sector bancario es vulnerable en todo el mundo porque el entorno de tipos de interés muy reducidos, lo que dificulta la actividad de intermediación financiera (captar fondos a corto plazo y prestarlos a largo), algo que han castigado los mercados.
También para Zion el «gran problema» al que se enfrentarán los bancos será «competir contra las fintech, que son entidades financieras que no tienen la losa que tienen los bancos de las sucursales». «Tendrán que luchar con empresas como Google, Amazon o Apple, que tendrán sus propias formas de financiación». Por su parte, Carbó sentencia: «Vamos hacia menos entidades financieras y a que se parezcan cada vez más a plataformas con canales digitales«.
Los efectos de la concentración bancaria en los clientes
Las asociación de consumidores como Facua han alertado de los efectos nocivos que puede tener para los consumidores la concentración bancaria. En concreto, aseguran que la operación como la de CaixaBank y Bankia puede redundar en comisiones más elevadas y en un mayor cierre de oficinas y por tanto perjudicar al empleo y a la calidad de atención a los usuarios.
Por el contrario, Santiago Carbó cree que «es un error asociar directamente mayor concentración bancaria a menos competencia». «En banca, cada vez son menos entidades pero compiten más ferozmente entre ellas y más aún en un contexto de tipos de interés tan reducidos», señala.
El experto de Funcas cree que en cuanto a las condiciones para los clientes «algunas cosas cambiarán porque hay servicios que tienen su precio», pero que «la competencia y la creciente presión de la regulación de defensa del consumidor parece garantizar que no habrá consecuencias negativas por ese lado«.
Por su parte, Ricardo Zion reconoce que «el consumidor final va a tener menos dónde elegir«, pero cree que «más que los particulares, los más afectados van a ser las empresas, al necesitar más financiación».
«Aún así, sigue habiendo bancos suficientes para que haya competencia», afirma el profesor que añade que «de todas formas, esto se soluciona con las fintech, que entran a competir». «Si los bancos pretenden subir comisiones o precios, están muertos, porque el mercado va hacia la tendencia contraria», sentencia Zion.
[Imagen: Olaf Speier (Sutterstock)]