Lo que pasó en Génova 13, quieren que se quede en Génova 13
El edificio tiene “instalaciones modestas, pero se corresponde con un partido que es todo esperanza e ideal, y espero que lo siga siendo”. Según recoge la hemeroteca, con estas palabras inauguró Manuel Fraga el 17 de enero de 1983 la sede del PP -entonces Alianza Popular- en la madrileña calle de Génova 13. Treinta y ocho años y un mes después, Pablo Casado explicaba los motivos por los que había decidido abandonar esas mismas instalaciones: “No debemos seguir en un edificio cuya reforma se está investigando esta misma semana en los tribunales”.
Entre una y otra declaración la sede ha sido testigo del mandato de los cuatro presidentes del PP hasta la actualidad, cuando poco queda ya entre sus plantas de la “esperanza” que mentaba Fraga y mucho menos de la modestia referida. Precisamente, modernizar el edificio fue el fin de las reformas que, en estos momentos, la Audiencia Nacional juzga si se pagaron con la ‘caja B’.
Pero antes de llegar a este punto, los populares han vivido en el número 13 de la céntrica calle un sinfín de momentos de todo tipo y condición: desde aplastantes victorias electorales hasta un registro policial, pasando por un intento fallido de explosión y el ya famoso “Pásalo”.
17 de enero de 1983: buenos resultados electorales, mejor sede
En las elecciones generales de octubre de 1982 la candidatura encabezada por Manuel Fraga multiplicó por diez sus representantes en el Congreso (107). Se situó como segunda fuerza del país solo por detrás del PSOE, que ese año consiguió la mayoría absoluta más amplia de la historia (202 diputados), y logró sobreponerse con mucha ventaja a UCD, formación que experimentó una de los mayores debacles electorales de la historia.
Para Alianza Popular, esta medalla de plata supo, por tanto, a oro y decidió trasladar su sede a un enclave a la altura de la formación en todos los sentidos, también el arquitectónico. Eligieron, así, el número 13 de la calle Génova y se instalaron en un edificio de siete plantas.
13 de marzo de 2004: el “Pásalo” tras los atentados del 11-M
Veinte años después, la sede del PP en Génova 13 protagonizó los informativos de toda España en un fin de semana electoral, pero no de la forma que podría haberse imaginado solo una semana antes. Si los comicios se celebraban el 14 de marzo, el jueves 11 el país sufrió el mayor atentado de su historia: una serie de bombas estallaron en la red de cercanías de Madrid, cobrándose la vida de 193 personas e hiriendo a más de 1.800.
En esos momentos, era el PP de José María Aznar y del candidato Mariano Rajoy el que se encontraba en el Gobierno, desde donde siguió una política de comunicación sobre la masacre no compartida por muchos. Sus detractores la consideraban electoralista y decidieron mostrar su rechazo durante la jornada de reflexión en una protesta ante la sede del PP movilizada a golpe de SMS: el ya famoso “pásalo”.
11 de febrero de 2009: la rueda de prensa sobre la Gürtel que más hemerotecas acumularía
En 2009 explotó la trama Gürtel. Tras una investigación del entonces juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón y de la Fiscalía Anticorrupción, se detuvo el 7 de febrero a Franscico Correa y Pablo Crespo en el marco de una operación para desarticular una trama de amaño de contratos públicos en administraciones dirigidas por el PP.
A los pocos días y de forma inédita, Mariano Rajoy compareció en la sala de prensa de Génova 13 rodeado de la mayoría de los integrantes del Comité Ejecutivo Nacional con un fin claro: defenderse frente a lo que -aseguró-no era “una trama del PP sino contra el PP”.
“Esto no es una trama del PP como algunos pretenden, esto es una trama contra el Partido Popular, que es una cosa muy distinta (…) Por si alguien tiene alguna duda, vuelvo a reafirmar ante todos ustedes lo que dice el lunes pasado: todas las contrataciones de esta casa se han hecho en el marco de la legalidad, todas sin excepción figuran en el Tribunal de Cuentas, y de ninguna hemos recibido dinero alguno. Y quiero dejar claro que el Partido no ha recibido ni un solo euro de las personas implicadas en el asunto que nos ocupa”
Intervención de Mariano Rajoy
20 de noviembre de 2011: aplastante victoria electoral del PP
Los populares perdieron las elecciones que se celebraron a los pocos días de los atentados del 11-M y se sumieron en una especie de viaje por el desierto que a punto estuvo de costarle la presidencia del partido a Mariano Rajoy en el fatídico congreso de Valencia en 2008.
Sin embargo, como en otras ocasiones, el dirigente gallego consiguió zafarse de sus críticos y retomar el control de la situación a nivel interno. De puertas para afuera, el inicio de la crisis económica y su negación por parte del Gobierno socialista le llevó a encabezar una oposición frontal contra José Luis Rodríguez Zapatero que culminaría el 20 de noviembre de 2011 con una victoria aplastante en las urnas.
Ese día el PP recibió el apoyo de 10,8 millones de españoles, obtuvo 186 escaños en el Congreso de los Diputados y se aseguró gobernar la legislatura con la tranquilidad que da tener el control de la mayoría absoluta de la Cámara. Y más si, como se preveía, iba a ser necesario tomar medidas impopulares para mitigar el impacto de la crisis.
La alegría esa noche en la sede del PP en el número 13 de la calle Génova era considerable, tal y como reflejó una imagen que ya forma parte de la historia popular: los saltos de Mariano Rajoy en el famoso balcón de las noches electorales. Ni en 2015 ni en 2016 botó con el ímpetu de entonces… tampoco en 1996 y 2000 cuando subió para acompañar a José María Aznar en la celebración de la victoria en las urnas.
2 de febrero de 2013: el plasma que nunca se olvidará
Un rebote, pero de otro tipo, fue lo que se cogieron los periodistas que el 2 de febrero de 2013 cubrían el comité extraordinario convocado por el líder popular tras la publicación de los ‘Papeles de Bárcenas’. La indignación fue unánime cuando, tras seguir el discurso de Mariano Rajoy desde un monitor instalado por el partido, se les hizo saber que el dirigente no aceptaría preguntas de la prensa. Y todo, tras haber estado un buen rato oyéndole hablar de “transparencia” y rendición de cuentas.
La historia se repetiría no una ni dos veces y le hizo valerse una fama que le acompañaría hasta su salida de la Moncloa y que contó con un fuerte rechazo social.
20 de diciembre de 2013: la UDEF registra la sede del PP
Como refleja el caso anterior, desde el 2009 se fue sucediendo un goteo de supuestas tramas de corrupción vinculadas a dirigentes del PP con las que el partido intentaba marcar todas las distancias posibles.
Sin embargo, pocos argumentos se pudieron sostener después de la noche en que la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía Nacional registró el la sede del PP de Génova 13 con un fin claro: buscar documentación que probara el pago de parte de la reforma de la sede con la ‘caja B’ de la hablaba el extesorero Luis Bárcenas.
Siete años más tarde, la Audiencia Nacional está juzgando precisamente esto y ha sido el motivo que Pablo Casado ha dado para abandonar la emblemática sede.
19 de diciembre de 2014: el kamikaze que intentó volar la sede del PP
Fue a finales de 2014 cuando más se temió por la infraestructura de la sede popular en un sentido literal. El 14 de diciembre un hombre estrelló su coche contra la entrada del edificio con la intención de hacer explotar las dos bombonas de gas que, según recogía El País, llevaba en el interior del vehículo.
Interior facilita esta imagen del coche que se ha estrellado hoy en la sede del PP, en Génova http://t.co/tADSQMWUYy pic.twitter.com/pSpNldU9Fc
— El Confidencial (@elconfidencial) December 19, 2014
Cuando fue detenido, el sujeto señaló al PP -entonces en el Gobierno- como el causante de los problemas económicos que padecía y la razón por lo que lo había perdido todo. Dos años después fue condenado a cinco años de cárcel.
5 de junio de 2018: Rajoy anuncia que deja la política tras la moción de censura
Cuatro años más tarde, el PP sufrió otro derrumbe, pero esta vez de carácter institucional: el 1 de junio de 2018, Mariano Rajoy fue desalojado de la presidencia del Gobierno tras triunfar la moción de censura presentada por Pedro Sánchez tras conocerse la sentencia del ‘caso Gürtel’.
En ella, se condenaba a la formación como responsable civil a título lucrativo, lo que el PSOE y los partidos que apoyaron la iniciativa consideraban inaceptable en términos de regeneración democrática.
Así, en el mismo lugar donde en 2009 el líder popular negó la existencia de esa trama de corrupción, el 5 de junio de 2018 anunciaba su dimisión como presidente de la formación: “Es lo mejor para mi y para el PP. Es lo mejor para el PP y para mí. Y creo que también para España. Y lo demás no importa nada”.
???? @marianorajoy ???? "He tenido el honor de presidir el PP durante 14 años, la mejor organización política. Agradezco vuestro apoyo en toda clase de circunstancias; seguiré con vosotros porque no imagino mi vida fuera del Partido Popular y porque esto es mi vida". #GraciasRajoy pic.twitter.com/aSe8LPQLln
— Partido Popular (@populares) June 5, 2018
5 de julio de 2018: sucesión de Rajoy
La marcha de Rajoy desencadenó un proceso de sucesión en el que, por primera vez en la historia, los militantes populares tendrían voz, aunque no definitiva. En una primera vuelta, se pronunciarían sobre los precandidatos pero serían los compromisarios los que tendrían que desequilibrar la balanza entre los dos más votados.
Esta ambivalencia provocó que quien finalmente fue elegido presidente del partido no fuera la misma persona a la que las bases habían apoyado en mayor medida en las urnas. El 5 de julio de 2018 se anunció en una rueda de prensa desde la sede del PP que la exvicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría había sido la aspirante más apoyada por los militantes, pero semanas más tarde Pablo Casado se convertiría en el nuevo líder popular tras un acuerdo con el resto de candidatos.
Todo un quiebro como el protagonizado por el propio presidente popular respecto a la sede de su partido en la actualidad. Precisamente fue durante la campaña de este proceso interno cuando Pablo Casado desechó la posibilidad introducida por Sáenz de Santamaría de mudarse del número 13 de la calle Génova: “Soy un candidato que no reniego del pasado. Creo que el problema del PP no es qué sede tiene, ni un logotipo, ni un himno, ni un nombre. El problema que tenemos es de fondo. Lo que nos va a hacer reconectar con el electorado no es pintar el logotipo de otro color o cambiarnos al edificio de enfrente”.
Ahora, en 2021, reniega de su pasado y se cambia de sede.