España se fríe en mayo, ¿ola de calor temprana, cambio climático o nueva normalidad?

España se planta en temperaturas con un calor propio de julio o agosto en pleno mayo. El sur peninsular se enfrenta a los 40ºC en algunos puntos del interior, especialmente del valle del Guadalquivir. A esto se suma un nuevo episodio de calima (polvo arcilloso del desierto). El ‘Sáhara’ se adentra en España con aires calientes del sur, de los que apenas se librarán en Canarias y parte de la cornisa cantábrica. ¿Estamos ante la primera ola de calor del año?

Técnicamente, la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) habla de ‘episodio de calor’. Popularmente, se está llamando ‘sartén ibérica’. Se considera ‘ola de calor’ un episodio de al menos tres días consecutivos. Como mínimo, una de cada 10 estaciones de medición tienen que dar máximas muy altas (por encima del percentil del 95%) en las temperaturas históricas de julio y agosto del siglo XX, desde 1971. Pero esta vez se pulverizan los termómetros históricos de mayo, calor extremo a un mes del inicio del verano astronómico.

No ha habido un mayo tan cálido en al menos 20 años. Y sólo desde 1999 se dan picos de más de 40ºC en mayo.

Al tenerse en cuenta las temperaturas medias de julio y agosto para definir ‘ola de calor’ resulta difícil aplicar este término a lo ocurrido en mayo. Pero la anomalía es clara. Hasta 15ºC por encima de lo normal en algunos puntos. “Son temperaturas diurnas –el viernes y sábado– que puntualmente en el norte podrían estar incluso por encima de esos 15ºC de anomalía”, explica a Newtral.es el portavoz de AEMET Rubén del Campo.

No ha habido un mayo de tanto calor (de media) desde hace al menos 20 años. A la entrada de aire del norte de África se suma la estabilidad anticiclónica que ha encontrado en la península ibérica. “En verano ya las calificaríamos de temperaturas muy altas. Es extraordinario”, dice sin dudar Del Campo.

Sin ser ‘ola de calor’ climatológica, ”los primeros calores fuertes del año suelen poner en problemas a personas delicadas de salud, más que los que ocurren bien entrado el verano”.

Calor extremo en mayo, la marca de la emergencia climática

Que haya un día muchísimo calor no es cambio climático. Es ‘el tiempo‘. Que durante muchos años esta situación se repita, sí define el clima. Y, si hay una variación en su patrón, hablamos de cambio climático. Así pues, ¿el calor extraordinario de este mayo es consecuencia del calentamiento global al que los humanos sometemos al planeta?

“Tendríamos que hacer un estudio de atribución al acabar este episodio –dice Del Campo–, pero sin recurrir a él, podríamos decir que este tipo de situaciones tan extremas es probable que tengan la huella del cambio climático. Quizás no podemos decir que lo haya originado, pero sí que es mucho más probable que haya ocurrido por la existencia de ese cambio climático”.

“Estas situaciones es probable que tengan la huella del cambio climático. Que se repitan lleva su marca. Es como tener dos Filomenas en siete años”

Rubén del Campo, AEMET

Hasta 1999 nunca se había registrado una marca de más de 40 grados en el mes de mayo en España. Esta sería la cuarta ocasión en que se alcanzan durante este mes. En 2015 también se vivió un episodio extraordinario, sobre todo en Sevilla y Córdoba y puntos de la Comunitat Valenciana, donde se llegó a 44ºC. “Creíamos que era algo insólito; no han pasado ni siete años y ya estamos en otro episodio excepcional”, dice el meteorólogo. “Que se haya repetido lleva la marca del cambio climático. Es como tener dos Filomenas en siete años”.

La corriente en chorro parece que se está alterando desde hace años, haciéndonos tener cambios bruscos de tiempo.

Desde eltiempo.es, el geógrafo Roberto Granda Maestre precisa que van a caer numerosos récords, “tanto por intensidad como por persistencia. Llevamos un mes de mayo con bastante calor en general”. Pero no hay nada en la atmósfera particularmente llamativo durante estas semanas. “Nos encontramos en una situación de pantano barométrico en superficie, mientras en altura estamos dominados por la potente dorsal subtropical“, precisa de manera más técnica.

Lo que sí es llamativo es que estamos aún en mayo y “la dorsal subtropical se muestra muy fuerte. Esto en parte responde al hecho de que la corriente en chorro, o jet, se encuentra bastante debilitada y desconfigurada”.

Esa corriente en chorro es un flujo de aire a unos 9 km de altura que circula de oeste a este. Es bien conocida y se sirven de ella los aviones para ahorrar combustible. Pero en los últimos años está cambiando y, aunque no hay pruebas concluyentes, parece que la emergencia climática podría estar tras esa alteración.

Tan pronto nos mete aire polar como, una semana después, por ejemplo, empuja aire desde el Sáhara, como ocurre estos días. Por así decirlo, ese chorro se ha retorcido demasiado, haciendo enormes meandros, como explicábamos en 2021 en este vídeo (sí, el año pasado ya pensábamos que el tiempo estaba loco):

Un mayo de noches de calor tropical

Además de las máximas diurnas, las temperaturas mínimas estarán también entre 5 y 10 grados por encima de lo que es normal para mayo, precisan desde AEMET. Se consideran ‘noches tropicales’ o tórridas aquellas en que no se baja de los 20ºC.

Los estudios de atribución sí han dejado claro que cada vez lo tenemos peor para conciliar en sueño sin la ayuda de ventiladores o aires acondicionados en España. Sobre todo, en la costa mediterránea.

Es probable que ya el sábado 21 se inicie un descenso de temperaturas en el extremo suroeste peninsular, que se extenderá de forma clara al resto de la vertiente atlántica a partir del domingo 22. Con el acercamiento de una baja atlántica, la masa de aire cálido se irá retirando hacia el este y también se inestabilizará la atmósfera, comenzando por el noroeste peninsular con algunos chubascos y tormentas.

El verano 2022 parece que será sofocante y seco

El Servicio de Cambio Climático de Copernicus publicó hace poco su pronóstico estacional en el que señalan que es muy probable que haya un tiempo más cálido y seco, más allá de mayo, en las regiones agrícolas clave de la Unión Europea.

Las personas expertas han calculado que hay una probabilidad del 70% al 100% de que las temperaturas en el noreste de EE.UU., España, Francia e Italia estén muy por encima del promedio de junio a agosto. 

En España, todo apunta a que tendremos un verano más cálido y seco de lo normal, aunque aún sea algo pronto para aquilatar las primeras predicciones en desarrollo. Con todo, “las previsiones están mostrando una fuerte señal, lo que quiere decir que están bastante seguras de lo que prevén”, dice Granda. “Así que la perspectiva no es buena”.