Las claves del choque entre Consumo y Agricultura que bloquea el decreto para regular la publicidad infantil de alimentos insanos

Las tensiones en el Gobierno de coalición por la aprobación de algunas leyes se han ido evidenciando en los últimos meses. La última, a cuenta del decreto para limitar la publicidad infantil de alimentos insanos que anunció el Ministerio de Consumo a finales de 2021. 

A falta de un mes para que se cumpla un año desde que el ministerio publicó el borrador, la tramitación del texto sigue bloqueada y aún no ha pasado al Consejo de Ministros. De hecho, no parece que lo vaya a hacer antes de que acabe la legislatura, ya que el Plan Normativo Anual del Gobierno para 2023 no hace ni una sola mención al decreto.

En cualquier caso, su aprobación definitiva dependerá del acuerdo entre Agricultura y Consumo, que mantienen posturas enfrentadas acerca de la regulación de este tipo de anuncios. Te lo explicamos.

Casi un año de bloqueo de un decreto que no aparece en el Plan Normativo Anual del Gobierno para 2023

En marzo de 2023 se cumplirá un año desde que el ministerio publicó el borrador del decreto ley que regula la publicidad de alimentos y bebidas no saludables dirigida a niños y adolescentes. La norma incluye medidas como limitar la publicidad orientada a menores de 16 años de productos como el chocolate, los pasteles, las galletas, los zumos o los helados, es decir, los alimentos con alto contenido en sodio, azúcares, edulcorantes, grasas y ácidos grasos saturados.

Desde entonces, la norma sigue paralizada. Tanto es así, que el Gobierno ni siquiera la ha incluido en el Plan Normativo Anual de 2023, que recoge las leyes que irán al Consejo de Ministros, como denuncia la Alianza por una Alimentación Saludable.

Desde el Ministerio de Consumo, aseguran a Newtral.es que llevan meses “pidiendo una reunión con Agricultura” que “sigue sin producirse y es clave para desbloquear el asunto”, ya que “es lo que impide que avance la tramitación regular de la normativa”.

También restan importancia al hecho de que esta regulación no aparezca en el Plan Normativo Anual del Gobierno, aunque señalan al ala socialista: “Moncloa podría explicar mejor cuáles han sido los criterios que han utilizado para decidir qué normas sí se incluyen y qué normas no. Pero el hecho de que se publiquen o no ahí no es condición sine qua non para aprobarse”.

Estas mismas fuentes reconocen que las negociaciones encallaron tras la publicación de un informe de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) sobre el real decreto de Consumo en el que recomendaba optar por la autorregulación “para lograr los fines perseguidos por la norma” que pretende aprobar desde el departamento de Garzón.

Desde Newtral.es nos hemos puesto en contacto con el departamento de Agricultura para preguntarles por estas discrepancias, pero no hemos obtenido respuesta de momento.

Agricultura, a favor de la “autorregulación”

En ese sentido, el choque entre Consumo y Agricultura por la dilatación de este decreto también se hizo evidente el pasado 9 de febrero, cuando el ministro Luis Planas apostó en su visita a Asturias por mantener el actual sistema de autorregulación que rige el sector: “La norma está en curso, estamos en un proceso de intercambio interno de puntos de vista entre departamentos. Yo soy partidario, siempre que cada uno asuma su responsabilidad, de la autorregulación; la prefiero a los mecanismos prescriptivos, sobre todo en el ámbito de la alimentación”.

Ahora mismo, la publicidad de alimentos dirigida a menores se regula a través de lo que se conoce como el Código PAOS, un mecanismo que incluye una serie de normas éticas que las compañías de la industria alimentaria deben cumplir en lo relativo a la difusión de sus productos.

Por su parte, el departamento dirigido por Alberto Garzón cree que esta autorregulación que impera ahora mismo en el sector es “insuficiente”, de ahí la necesidad de regular la publicidad de este tipo de alimentos y bebidas “no saludables”.

¿Por qué no se ha aprobado todavía el decreto? Las asociaciones del sector apuntan a “presiones de la industria alimentaria”

El mismo día que comparecía Planas, la Alianza por una Alimentación Saludable, un grupo de organizaciones en defensa de los consumidores, instaba al Gobierno a pisar el acelerador y aprobar “con urgencia el real decreto que regula la publicidad alimentaria”, una medida, aseguran, “imprescindible para proteger la salud infantil”.

En su comunicado, la organización Justicia Alimentaria, que forma parte de esta alianza, denuncia que “la presión de la industria alimentaria ha conseguido que el real decreto haya sido fulminado del Plan Anual Normativo de 2023”, ya que este “lobby” tiene “en la venta masiva de alimentos insanos una de sus principales fuentes de ingresos y beneficios”.

Otras organizaciones de consumidores como la OCU también han pedido esta semana al Gobierno que “acabe con la desprotección de los menores frente a la ingente publicidad de alimentos no saludables”, lamentando, a su vez, “las presiones ejercidas desde diferentes sectores que han entorpecido la tramitación de la norma defendiendo los intereses de la industria alimentaria frente a la protección de la salud de consumidores vulnerables”.

En un estudio publicado en abril de 2021, la organización concluyó que “nueve de cada diez anuncios de alimentos [en televisión] dirigidos a niños” eran “de productos no saludables”. Se trataba, fundamentalmente, de “anuncios de chocolates, galletas, bollería industrial, comida rápida y cereales de desayuno”.

Otros ejemplos de regulación de la publicidad de alimentos insanos en Europa: el caso de Reino Unido, Noruega y Portugal

¿Cómo se regula este tipo de publicidad en otros países? En Noruega, por ejemplo, está vigente una prohibición autorregulada de toda la comercialización de alimentos y bebidas poco saludables a los menores de 13 años, que afecta también a las plataformas digitales. aunque las organizaciones de consumidores del país creen que es insuficiente, como te contamos en Newtral.es.

Por su parte, Portugal prohibió en 2019 la publicidad de alimentos con grandes cantidades de sal, azúcar y grasas saturadas en espacios frecuentados por menores y Reino Unido endureció también su regulación a mediados de 2021 para limitar este tipo de anuncios dirigidos a menores de edad.