Los bulos sobre las políticas climáticas de la UE: de “comer insectos” a la “ciudad de los 15 minutos”

“Te obligarán a ducharte en agua fría” o “meten escarabajo del estiércol en tu comida sin que te des cuenta” son algunos de los bulos que circulan desde hace años sobre la Unión Europea (UE) y sus políticas para luchar contra el cambio climático. Según esta narrativa desinformadora, la UE usaría la crisis climática como “excusa” para llevar a cabo su supuesto objetivo final: decir a la población qué comer, cómo moverse y cómo vivir.

Según explica a Newtral.es Samuel Sosa, experto en comunicación y cambio climático, existen teorías de conspiración emergentes en las que las políticas climáticas que promueven los gobiernos serían una “herramienta de control de la población”. 

• “Hay ramas de esta narrativa que dicen que el calentamiento global no existe, sino que es un plan para coartar la libertad de los ciudadanos. Otras ramas admiten que es real, pero que ha sido creado por los gobiernos para ese mismo objetivo, como la teoría de conspiración de los chemtrails”, señala Sosa. 
• Sin embargo, subraya que los defensores de esta narrativa no explican “qué supuesto beneficio tendrían las instituciones con este control”. 

Una narrativa “antiglobalista”. El especialista también señala que esta es una narrativa común en la desinformación “antiglobalista y anti-Agenda 2030”, que suele referirse a las Naciones Unidas o al Foro Económico Mundial (FEM) como supuestos agentes de control. Por ejemplo, un bulo que circuló en 2022 aseguraba que el FEM habría pedido abolir los vehículos privados en nombre de la lucha contra el calentamiento global. 

Pero este tipo de bulos también se difunden sobre la UE y sus políticas climáticas. Por ejemplo, en 2023 se viralizó que la Unión Europea pedía a la población “que descartase el desayuno” para preservar el planeta. Sin embargo, la propia Comisión Europea desmintió que esto fuera real. 

El gran bulo de las ciudades de 15 minutos. Otra de las grandes narrativas de desinformación fueron las publicaciones sobre las “ciudades de los 15 minutos”. Esta iniciativa, que se debatió en varias localidades en Europa, plantea reorganizar los barrios para que cualquier ciudadano pueda acceder a los servicios básicos sin necesidad de desplazarse más de 15 minutos desde su casa, andando o en bicicleta. 

• Pero las publicaciones en redes sociales afirmaban falsamente que serían “confinamientos climáticos” para no contaminar, y que los planes urbanos, supuestamente fomentados por la UE, dividirían la ciudad en zonas con “barreras electrónicas” que obligarían a los ciudadanos a moverse solo dentro de un radio determinado. 
• La realidad es que en ninguna de las ciudades donde se debatió esta medida se contemplaron fronteras físicas entre los barrios ni normativas para prohibir a los ciudadanos moverse. 

Otra de las supuestas estrategias de control de la población, según esta narrativa de desinformación, sería obligar a consumir insectos “en nombre de la lucha climática”. Así, cuando la UE autorizó la comercialización de larvas de escarabajos del estiércol, circularon mensajes que afirmaban que meterían este invertebrado en los alimentos “sin darnos cuenta” para eliminar la carne de la dieta.

Sin embargo, como confirmó la propia Comisión Europea, el consumo de estos insectos es voluntario y, si se añaden a alimentos, irán etiquetados como cualquier otro alimento o aditivo cuya comercialización esté autorizada en Europa.