Así es el alga asiática que invade las costas andaluzas, una especie a la que aún no se sabe cómo controlar

Han pasado casi diez años desde que unos buceadores del Museo del Mar de Ceuta descubrieron por primera vez el alga asiática en las costas españolas. A partir de entonces, la expansión de esta especie invasora “ha sido terrible” y a día de hoy “no se sabe cómo controlarla”, explica la geóloga Lola Yllescas, responsable de comunicación de Ecologistas en Acción en Andalucía.

• En los últimos meses se ha informado de que este organismo se ha acumulado por toneladas en varias playas de Cádiz, Málaga o Granada.
  
• Solo en Ceuta se recogen 15.000 toneladas al año. En Tarifa 5.000, en Algeciras 1.200 y en La Línea de la Concepción, unas 800, cifra Antonio Vegara Jiménez, quien lleva estudiando estos organismos desde 2016 y es el jefe de estudios delegado de la Sección de Educación Permanente Tarifa, un centro donde desarrollan proyectos relacionados con esta alga.

Qué es. Su nombre científico es Rugulopteryx okamurae, pero se la conoce como alga asiática porque es originaria de las costas de Japón, Corea, China, Taiwán y Filipinas. Es de color amarronado y crece principalmente en fondos rocosos. En 2020, el Gobierno español la declaró especie exótica invasora.

Cómo llegó a España. La principal hipótesis es que llegaron en los buques que operan entre el estrecho de Gibraltar y dicha región de Asia, en sus aguas de lastre (las que se introducen en los barcos para mejorar su equilibrio), indica Antonio Vegara.

¿Por qué prolifera el alga asiática? Porque dispone de abundantes nutrientes y no tiene ningún depredador que se la coma.

Los problemas. Ana Aldarias, oceanógrafa y coordinadora de Ecologistas en Acción en Andalucía, enumera varios desafíos:

• Cuando crecen, “van formando una especie de tapón, entonces la luz no pasa. Al estar situadas en una parte bastante superficial, no puede haber otro tipo de alga que sobreviva por debajo si necesita hacer la fotosíntesis”.
  
• “Hace que no haya suficiente oxígeno disponible para todos los animales que deberían vivir en esa columna de agua”.
  
• Además, los tractores que se usan para retirar las algas asiáticas de la playa quitan arena “y luego hay que pagar millonadas para reponerla”. También alteran el ecosistema de organismos que viven en la playa, como pequeños cangrejos.

A esto se suma el daño a la pesca y al turismo, añade Lola Yllescas:

• “Las pequeñas embarcaciones echan sus redes y no sacan nada más que algas”.
  
• “Los ecologistas siempre pedíamos que no se retiren las algas, pero con esta es más cuestionable por cómo se quedan las playas”.

Dónde se encuentra. Antonio Vegara explica que en los últimos años el alga asiática se ha ido expandiendo más allá de las costas andaluzas, donde se concentra en la zona del Estrecho (“desde Conil hasta Estepona”):

• En España también se ha detectado en Alicante, Murcia o en el puerto de Bilbao.
  
• En aguas extraterritoriales se ha encontrado en Palermo (Italia), Marsella (Francia), Portugal (sur, Madeira y Azores), y en el norte de Marruecos.

Qué se está haciendo. 

• Lola Yllescas asegura que aún “no se sabe cómo limitarla” y los esfuerzos de los ayuntamientos son muy “reducidos y artesanales”, con tractores y palas mecánicas: “Estamos esperando que se estabilice, esa es la esperanza”.
  
• Ana Aldarias cree que el alga asiática ya está para quedarse “A lo mejor podemos regular la población, pero quedarse se va a quedar”, apunta.

Iniciativas que se han llevado a cabo. El centro en el que trabaja Antonio Vegara ha desarrollado proyectos para darle una segunda vida a esas algas, como fabricar con ellas productos cosméticos o suelas de zapatos (aunque finalmente el Ministerio para la Transición Ecológica los tumbó), así como fertilizantes.