Los coches híbridos enchufables presentan en la práctica unas cifras de consumo real y emisiones 3,5 veces mayores que las indicadas en sus fichas técnicas. Así lo refleja un informe de la Comisión Europea que compara el comportamiento real de varios tipos de vehículos con las cifras teóricas de consumo y emisiones anunciadas por los fabricantes.
¿Por qué se da esta diferencia? Según la Comisión Europea, el consumo real y las emisiones de los híbridos enchufables dependen en gran medida del tiempo que circulen en modo eléctrico, que a su vez depende de los patrones de uso y recarga de cada conductor. El informe indica que “la gran discrepancia entre los valores reales y los valores WLTP muestra que los híbridos se cargan y se conducen en modo eléctrico mucho menos de lo esperado, y que los supuestos utilizados para calcular los valores WLTP no se cumplen en condiciones reales”.
¿Qué se ha comparado? Las cifras teóricas corresponden al estándar WLTP (Worldwide Harmonised Light Vehicles Test Procedure), de uso obligatorio para los fabricantes en la Unión Europea desde 2017. Por otro lado, los fabricantes proporcionan los datos reales de consumo y emisiones a la UE a partir de los dispositivos de medición instalados en los vehículos. Para el estudio se han utilizado datos de 617.194 coches y 6.667 furgonetas, matriculados en 2021.
En todos los casos, el consumo real supera al teórico que marca el estándar WLTP, pero la desviación es más pronunciada en los híbridos enchufables, que consumen un 239% más en los híbridos de gasolina y un 312% más en los híbridos de diésel. De hecho, el consumo real de un híbrido diésel es el mismo que se anuncia para un diésel normal.
El consumo también se refleja en las emisiones de CO2, que de nuevo son mayores en la práctica que en las fichas técnicas. En concreto, las emisiones reales de un híbrido con motor diésel son cuatro veces mayores que las que se recogen en la WLTP, y se acercan a las de un coche de gasolina normal.
Fuentes
Comisión Europea: Commission report on the evolution of the real-world CO2 emissions gap for passenger cars and light commercial vehicles
