Mourinho le da un repaso a Lopetegui y manda a Casillas a casa

José Mourinho se libra una semana más del despido, gracias a un buen partido del Chelsea, que le permite llegar a los octavos de final de la Champions League como primero de grupo. El encuentro transcurrió tal y como el entrenador portugués lo había imaginado en la previa y los 'blues' se encontraron todas las facilidades del mundo para regalar el balón a sus rivales y matar a la contra, gracias a que consiguieron adelantarse en una jugada desgraciada para Marcano, que introdujo el balón en su propia portería.El Oporto jugará la Europa League porque el DInamo de Kiev cumplió con su parte.

Sin embargo, no se puede negar que el planteamiento del club luso fue muy pobre, puesto que no llegaron a crear verdadero peligro hasta que no se vieron con dos goles de diferencia. Lopetegui fracasa porque no fue capaz de ganar al Dinamo de Kiev en ninguno de sus dos partidos y los ucranianos serán las cenicientas de la siguiente fase. Además, el resultado de esta noche pudo ser mucho más abultado, si Diego Costa hubiera tenido la noche, puesto que el delantero fue una pesadilla por su velocidad, pero falló más que una escopeta de feria. 'Diegol' también dejó la imagen fea en un lance en el que le dejó la pierna a Iker y discutió con el guardameta.

Por el contrario, Willian fue el jugador más destacado del encuentro y lució en todo lo que hizo, mientras que Oscar también aportó mucha calidad y todos los jugadores 'blues' dieron una exhibición de orden. Hazard fue de menos a más y apareció solo en destellos, pero con eso le valió para demostrar que todavía es uno de los futbolistas más desequilibrantes de la competición. El público de Stamford Bridge no se cansó de cantar a su entrenador en todo el partido.

Mourinho apostó de inicio por un centro del campo potente en el que no entró Cesc, ni tampoco hubo sitio para Pedro en la banda. Por su parte, Lopetegui tampoco confió en Tello, por lo que los únicos españoles en el campo fueron Casillas, Marcano, Costa y Azpilicueta. Sin embargo, el portero y el delantero fueron los grandes protagonistas de la primera parte.

El encuentro empezó con mucha intensidad y desde muy pronto se vio que se iba a jugar con muchísima pelea. El Oporto se adueñó del balón en los primeros minutos, pero los locales estaban muy cómodos agazapados y aprovecharon la primera opción que tuvieron para hacer mucho daño. Diego Costa encontró espacio entre los centrales y encaró a Casillas en el mano a mano, el portero aguantó bien y repelió el balón, pero el rechace chocó en Marcano y entró en la portería.

A partir de ahí, el Chelsea cogió aire y se sintió más cómodo en el partido, hasta el punto de que todas las oportunidades cayeron del mismo lado. En la primera jugada de peligro tras el gol, Oscar reclamó un penalti por un leve contacto dentro del área, pero el brasileño puso mucho de su parte en la caída. Después, el mismo centrocampista firmó una pared preciosa con Willian y disparó a puerta, el balón chocó en un defensa y no entró en la portería de Casillas de rebote por muy poco.

En cambio, en la fase final del primer acto, el partido se enfrió muchísimo y entró en zona de nadie hasta que en el último suspiro Diego Costa se escoró y sacó un disparo cruzado que Casillas tuvo que enviar a córner con la punta de los dedos.

Willian cerró el trabajo

Tras el paso por los vestuarios, el Chelsea salió muchísimo más enchufado y vio que era el momento de apretar para resolver el partido. Willian lo intentó primero con un disparo desde la frontal, pero Iker respondió a las mil maravillas con una buena parada con las manos duras y abajo. Pero el Oporto tenía que exponer algo más y el Chelsea se sentía muy cómodo en ese guion, puesto que las opciones de contra se multiplicaban. De hecho, en una de esas jugadas llegó el segundo de la noche. Diego Costa ejerció de pívot y se la puso de cara a Hazard. El belga la abrió más para Willian, que encontró una autopista por la derecha y fusiló a Casillas por el palo corto.

Quedaba mucho partido, pero el Oporto tenía que escalar el Everest si quería sacar algo positivo del encuentro y por eso Lopetegui agotó dos cambios de golpe para lanzar la ofensiva. Unos minutos más tarde de las sustituciones, Marcano lo probó con un cabezazo que se fue desviado y Brahimi lo intentó con una rosquita que salió muy cerca de la escuedra de Courtois. Pese a todo, el Chelsea seguía en su salsa ya que Hazard, Willian y Diego Costa tenían muchísimo espacio para correr y daba la sensación de que en cualquier momento podía llegar el tercero a la contra.

En una de esas galopadas, Diego Costa se iba a quedar solo, pero Danilo llegó a cargarle y el delantero se fue al suelo antes de entrar en el área. El exatlético reclamó algo más, pero dio la sensación de que el defensor le ganó por pura fuerza, algo que no le suele pasar muchas veces al hispano-brasileño. Asimismo, Oscar lo probó con un remate de tacón en el área pequeña, pero Casillas leyó bien su lanzamiento y la jugada quedó en nada.

Además, Courtois también apareció en escena para desmoralizar a los portugueses, al sacar una mano buenísima ante un ajustado disparo de Tello, que acababa de salir al terreno de juego. Pese a todo el Oporto lo seguía intentando gracias a que Diego Costa perdonaba, puesto que en un contragolpe clarísimo condujo mal el balón y se lo regaló a Casillas. Del mismo modo, Hazard mandó al lateral de la red un balón claro, tras desbordar a los defensas con un movimiento fugaz dentro del área.

Finalmente, Mou mató el partido con los cambios y los jugadores del Oporto le perdieron la fe a la remontada, mientras que solo rezaban porque el Maccabi de Tel Aviv les hiciera un favor y lograse empatar al Dinamo de Kiev, pero ese tanto no llegó jamás y el Oporto se quedó fuera de la Champions. Brahimi pudo hacer el gol de la honra en el descuento con otro disparo con un efecto mágico, pero el balón salió por milímetros, aunque la estirada de Courtois hubiese sido inútil.