David de Miranda sueña despierto con la tarde de su vida: del indulto a Barba Verde a la categoría de Fandango
Le dio la alternativa José Tomás, abrió la puerta grande de Las Ventas y le cortó las dos orejas al sublime Tabarro. Los tres hitos de su carrera –junto a la triste voltereta que a punto estuvo de robarle el derecho a caminar–, ahora por debajo de su culmen artístico. El de la encerrona en su plaza, cuando logró torear como jamás había toreado : entregado en una suerte liberación de aquel corsé mental que tanto lo aprisionaba estéticamente. Especialmente lento y reunido en un concepto consolidado sobre un valor descomunal. Читать дальше...