La empresa que explota el opio legal en España ha mantenido una acusación 12 años «para asustar» a los 'vampiros'
«Hemos mantenido la acusación todo este tiempo para asustar y hacer fuerza. Estos ataques a las plantaciones hacen mucho daño a la empresa, aunque luego la hemos retirado en la sala después de doce años». La abogada de Alcaliber S.A., Paula Gómez, lo reconoce a ABC esta mañana, nada más acabar el breve juicio en la Audiencia Provincial de Toledo. Ella se refiere a la presencia de los 'vampiros' del opio, viajeros que van buscando la morfina de la adormidera entre marzo y junio en Castilla-La Mancha, la comunidad autónoma que lidera en España la producción de este cultivo, esencial para la industria farmacéutica. La empresa que Paula Gómez representa es la única en el país con licencia para la plantación y la explotación del opio legal, además de liderar la producción mundial de morfina y codeína. En Castilla-La Mancha, lo hace en tierras arrendadas a agricultores de Albacete y Toledo. En esta última provincia, Alcaliber empezó a sembrar la adormidera en 2011 y un año después ocurrieron los hechos juzgados este jueves. La historia se remonta a la noche del 3 de junio de hace doce años en una de sus plantaciones en El Carpio de Tajo, a 40 kilómetros al oeste de Toledo capital. Isis, Mónica, Daniela e Inés llevaban una semana acampadas cerca del cultivo, dentro de unas furgonetas que tenían aparcadas en un camino, según la abogada de Alcaliber. Los vigilantes de la plantación, que habían visto huellas y daños, se encontraron con las cuatro mujeres esa madrugada. Fueron detenidas por la Guardia Civil después por rajar el capuchón de plantas de adormidera para provocar su sangrado y obtener el opio. Causaron daños valorados en 6.588,29 euros en un cultivo de 5.320 metros cuadrados, según el escrito de la fiscal Ángeles de la Blanca, fechado el 9 de octubre de aquel año. Solicitaba una indemnización por ese importe para la empresa farmacéuticas por los desperfectos causados y quince meses de multa, a razón de 12 euros diarios. Sin embargo, la acusación particular añadió el delito contra la salud pública, con la petición de cinco años de prisión. Paula Gómez mantuvo el cargo en el Juzgado de lo Penal número 2 de Toledo en 2014, que dio traslado a la Audiencia provincial al no ser competente. Aunque sólo les separa un kilómetro y medio (veinte minutos andando), el caso no llegó a este órgano judicial hasta el 13 de enero de 2020. Y no se dictó el auto admitiendo la prueba hasta el 18 de febrero de 2022, según el abogado de tres de las acusadas, Ricardo Serrano. Dos años después, solamente Mónica, que está declarada en rebeldía, no se presentó al juicio este jueves. Por tanto, no pudo participar en el abrazo mutuo que Isis, Daniela e Inés se dieron después de acabar la corta vista oral. Porque en la sala la letrada de Alcaliber había retirado el delito contra la salud pública, ya que las procesadas -una de ellas había viajado desde el sur de Francia para el juicio- se comprometieron a pagar cada una indemnización de 1.000 euros. El de daños, en cambio, ya prescribió. «Era el acuerdo alcanzado, a cambio de que la empresa retiraba todo», desveló en el vestíbulo Ricardo Serrano, abogado del turno de oficio. «Fueron cantidades de opio insignificantes y ellas nunca cometieron un delito contra la salud pública», asevera el letrado, quien ha llevado este asunto desde el principio. «Si te pillan dentro de la finca, ¿qué disponibilidad tienes de esa sustancia? No les da tiempo a procesar el opio y tampoco les encuentran utensilios ni dinero de la venta a terceros. Porque no creo que en mitad del campo se pusieran a vender...», ironiza el letrado. «Yo sabía perfectamente que no iba a conseguir una sentencia favorable por un delito contra la salud pública, pero hemos mantenido la acusación para asustar y el boca a boca ha funcionado», asegura la abogada de la empresa. «Nos interesa que se escuche lo que se les pide de condena para que la gente coja miedo». El padre de Paula Gómez ya ganó, en 2013, un juicio en el que la Audiencia de Toledo condenó a dos hombres a un año y ocho meses de prisión, además de 11.000 euros por los daños. «Esa sentencia consiguió que los ataques a las plantaciones de Alcaliber se pararan, y ha funcionado el boca a boca, además del trabajo y los medios empleados por los vigilantes de las plantaciones», resalta la letrada. Desde 2021, parece que la empresa duerme menos intranquila porque no suceden esos asaltos en sus fincas de la provincia de Toledo. Los cultivos no están vallados, aunque sí delimitados, con lo que sus adormideras son fáciles de diferenciar de las silvestres. «Además, éstas no tienen la misma pureza que las que encontramos en nuestros cultivos», puntualiza la letrada. Sin embargo, los 'vampiros', muchos de ellos pakistaníes según Paula Gómez, se han trasladado a la provincia de Albacete, donde Alcaliber también tiene explotaciones de adormideras. «Pero allí se llevan toda la planta para tratarla de alguna manera que desconocemos, y los daños son mayores», subraya la letrada. Precisamente en este mes de marzo comienza a plantarse, para recogerlas a finales de junio y julio, cuando entran las cosechadoras. En Toledo, los 'vampiros' entraban en las fincas a mediados de mayo, porque es cuando la cápsula de la adormidera está más carnosa y pueden sacar mejor la resina de látex. Pero en Albacete se meten en junio, justo dos semanas antes de la recogida, porque prefieren la cápsula más seca, no tan húmeda como en Toledo. Cuestión de gustos, parece.