La Pasión del Señor según Sevilla

Cada primavera en Sevilla, como si fuera un reloj magnético, surge suavemente el alma del sevillano, con esa fuerza vital, luz limpia y transparente, con el olor a incienso, a azahar, con la vuelta de los vencejos y de las golondrinas. Y aparece, casi súbitamente, la Cuaresma, con el leve y corto sonido de la rampa del Salvador, preparándose poco a poco para cumplir su misión, o las colas en las tiendas especializadas en ropas del nazareno, las exposiciones de los estrenos de las hermandades, bordados, talleres de cristos con barroco tallado, palios genuinamente sevillanos, dolorosas con rostrillo, pechería, toca, saya manos abiertas, marchas dedicadas a los titulares de cada hermandad, acordes, instrumentos…Y los bares tomando el pulso de la... Ver Más