DECENAS de miles de personas salieron a la calle hace una semana para protestar contra la sobreexplotación del turismo en Canarias. Se trata del primer movimiento masivo de rechazo a un modelo económico y social cuyo desordenado crecimiento avanza de forma imparable en numerosas regiones y ciudades de España. No son nuevos ‘luditas’ manifestándose contra el progreso industrial sino portavoces de una creciente inquietud ciudadana: la de los pobladores autóctonos que empiezan a considerar la afluencia multitudinaria de visitantes como una amenaza contra el equilibrio funcional de la vida urbana. Y hay dos maneras de afrontar esta cuestión ciertamente antipática: cerrar los ojos ante un estado de opinión que va a ir a más o tomar en serio la necesidad... Ver Más