Jorge Flores es el fundador y director de PantallasAmigas , entidad que desde hace 20 años vela por un uso seguro y saludable de internet , redes sociales, móviles y videojuegos. Y es que, pese a que muchos hayan entrado recientemente en pánico por el mal uso de las nuevas tecnologías, especialmente por parte de los menores, la realidad es que él, al igual que otras muchas entidades, vienen defendiendo desde hace tiempo que, aunque sea difícil, es posible hacer un uso saludable de la tecnología. Ahora que en verano los menores pasan más tiempo con las pantallas, jugando a los videojuegos , etc. hablamos con el experto acerca de cómo gestionar esta nueva situación sin alarmismos. De hecho, la entidad ha lanzado recientemente la ' Guía Control Parental de Videojuegos ' con un enfoque práctico que presenta de forma sencilla los diferentes escenarios y herramientas en los que el control parental puede ser utilizado. -Ahora en verano, los menores dedican mucho más tiempo a los videojuegos. ¿Qué suponen para los niños y para los adultos? Las personas adultas tienen diferentes percepciones según su experiencia vital, su implicación en la crianza y el uso que de los videojuegos hagan sus hijos. Hay algunas familias que los evitan por desconocimiento y recelo: los consideran una pérdida de tiempo o un riesgo de acceso a contenidos nocivos o a personas agresivas. La mayoría de las familias tratan de gestionarlos como puede y unas pocas simplemente los asumen e ignoran. En general, hay bastante desconocimiento e implicación insuficiente . Para los menores son juego, diversión, entretenimiento y lugar de encuentro con otras personas. También son una experiencia en la que afrontar retos y ganar autoestima. Para algunos, con dificultades de integración o que sufren acoso, son una oportunidad única para la inclusión y la socialización. -¿Cómo acercar esas posturas? Como en muchas cuestiones en la vida, especialmente en las que implican una relación y un consenso, empatizar es clave. Eso implica escuchar, conocer, compartir y dedicar tiempo. Por desgracia, el tiempo es un problema como lo es también que los videojuegos han evolucionado de forma extraordinaria y se hacen complejos de entender y disfrutar para las personas adultas. La mediación parental debe estar presente en este entorno tan importante. Ello supone implicarse en todas las fases: desde la elección del videojuego y sus características a la gestión de las opciones de control parental entre las que se pueden citar, por ejemplo, la cantidad de tiempo y los momentos de uso, los contactos con terceras personas y la gestión de los micropagos, por ejemplo. Desde PantallasAmigas recomendamos encarecidamente que los padres jueguen con sus hijos en las edades tempranas. Se obtienen muchos beneficios entre los que destacaría la creación de un vínculo y puente positivo con su vida digital futura. -¿Cómo saber que un videojuego es adecuado para 'mi hijo'?¿Qué claves han de conocer los adultos? Por un lado, y en primer lugar, la palabra adecuado significa descartar aspectos potencialmente problemáticos. En esto hay tres cuestiones a considerar de forma necesaria: la adecuación a la edad , las funcionalidades sensibles y las opciones de control parental . La edad condicionaría básicamente los contenidos que el videojuego pueda llegar a mostrar. Para esta discriminación, el código PEGI es una gran ayuda, pero no es infalible. Las funcionalidades sensibles son aquellas que pueden llegar a comprometer la seguridad o el bienestar. En este grupo podemos incluir, por ejemplo, la comunicación con personas desconocidas o la presencia de dinámicas de apuestas o juegos de azar que pueden ayudar a normalizar este tipo de actividad como parte de su ocio en edades tempranas. Por último, el control parental es una ayuda que nos permite gestionar restricciones de forma que potenciales retos como el acoso, el uso abusivo o el gasto dejen de ser una amenaza en un determinado juego. Por otro lado, la palabra adecuado también debe referirse a los derechos y el bienestar de la infancia más allá de la ausencia de retos o peligros potenciales. Así, una adecuación plena debe incluir el enriquecimiento o crecimiento personal que se pueda obtener al tiempo que su disfrute. -¿Se suelen olvidar las familias de que los videojuegos no sólo son retos (o peligros), sino también oportunidades? Sí, y es una lástima. Los videojuegos pueden aportar muchísimos beneficios y, por desgracia, la mayoría de las familias no parecen conocerlos ni potenciar su aprovechamiento. Se quedan, si acaso, en la parte de control y gestión de riesgos. Podríamos expresarlo, haciendo un símil con la alimentación, diciendo que nos preocupamos de no darles comida basura pero no ponemos atención suficiente en que la dieta sea equilibrada y adecuada para cada caso. Hay videojuegos muy nutritivos y con buen sabor adecuados a cada necesidad y gusto. -Una herramienta muy útil para controlar el uso de los videojuegos es el control parental. Para quienes no lo conozcan, ¿qué es? Y, en segundo lugar, ¿es suficiente? ¿Podemos estar tranquilos con sólo poner el control parental? Hay que distinguir la mediación parental de las herramientas de control parental que pueden ser usadas como instrumentos en la estrategia de esa mediación. Como tales instrumentos su alcance es limitado, deben estar alineados con el objetivo e ir readaptándose, reconfigurándose, para seguir aportando valor según cambian las condiciones en la mediación: edad, videojuegos, intereses y necesidades concretas. En general, las opciones de control parental tienden a facilitar la supervisión (informes de uso, notificaciones si se dan ciertas condiciones…), hacer efectivos determinados límites (tiempo total u horarios de juego, gasto máximo…) y, por último, impedir el acceso efectivo a ciertas opciones (comunicación con otras personas, micropagos…). El control parental es complejo en el ámbito de los videojuegos porque pueden darse hasta tres capas donde las funciones pueden configurarse: el videojuego, el dispositivo y la plataforma online. Es una ayuda cuya eficacia disminuye según aumenta la edad de nuestros hijos . En todo caso, a cualquier edad es insuficiente en sí mismo y debe acompañarse de otras acciones de mediación y de educación. -Jorge, tenemos pendiente de aprobar la nueva ley de protección de menores. Las familias, colegios, pediatras y demás profesionales demandaban algo así. ¿Ayudará esta ley? ¿Las familias pueden ya cruzarse de brazos porque hay una ley que solucionará todos los problemas o tienen trabajo que hacer? La nueva ley ayudará en varios frentes, pero la implicación de las familias seguirá siendo fundamental, empezando por el buen ejemplo y la implicación en la crianza digital. No les va a ahorrar el trabajo de mediación que ahora tienen, pero sí hará que se reduzcan determinados riesgos tanto y sus consecuencias. -A tu juicio, ¿cómo hemos llegado a esta situación con los menores? ¿Se les ha dejado solos ante la tecnología? ¿Ha faltado acompañamiento? ¿Se ha hecho todo lo que se ha podido? Bueno, ha sido un gran cambio, una gran disrupción que ha afectado todos los aspectos de nuestra vida, pero eso no disculpa que no hayamos estado a la altura; estamos hablando de personas menores. Todos los agentes intervinientes (empresas tecnológicas, administraciones públicas, sociedad y familias) lo teníamos que haber hecho mejor poniendo sobre la mesa el principio del interés superior del menor y los derechos de la infancia . También he de decir que las familias en algunos casos no han hecho su papel. Si el sistema falla y mientras se le pone remedio, la familia debe ser el lugar más seguro. -¿Y cómo ves el futuro? En PantallasAmigas estamos celebrando nuestro vigésimo aniversario y, a pesar del camino recorrido y la experiencia, para nuestra organización el futuro de este ecosistema digital y vital sigue teniendo un alto grado de incertidumbre. Podemos, no obstante, identificar dos características del nuevo escenario: estará gobernado por las posibilidades de la inteligencia artificial y nuestra vida será todavía más digital con la aplicación y generalización de la realidad virtual. Respecto a los retos del acompañamiento de niñas, niños y adolescentes entendemos que, en esencia, serán los mismos: legislación adecuada a los tiempos, capacidad de adaptación a los cambios, mayor compromiso ético y transparencia por parte de las compañías y, por último, el ejemplo y acompañamiento familiar. Cabe señalar, ya en tono más optimista, que esperamos también un mayor grado de concienciación y compromiso social no solo para evitar riesgos, sino para estimular el aprovechamiento de las oportunidades. -Hay quienes ven imposible que se haga un uso saludable de la tecnología porque siempre queremos más, tanto adultos como menores. ¿Es posible? ¿Cómo? Confiamos en el uso saludable de la tecnología, forma parte de nuestro objetivo y eslogan desde 2004. Es posible y hay una conciencia creciente de su necesidad, lo cual es condición necesaria. A partir de ahí, para las personas de cualquier edad la clave está en que el uso de la tecnología sea consciente (qué hacemos, cómo, con quién lo hacemos…) y crítico (por qué, para qué, cómo nos sienta…). No es fácil, pero sí es posible y debemos hacerlo posible.