Iratxe García y Manfred Weber reunidos a solas en una sala del Parlamento Europeo, sede de Estrasburgo. Pasan unos minutos de las once de la mañana. En el hemiciclo se acaba de constituir la Cámara tras las elecciones del 9 de junio. La primera decisión importante de los 720 eurodiputados es elegir a la presidenta de la Eurocámara . ¿720? No: 719, porque hay uno que no puede votar. Es español y se llama Toni Comín , el subalterno de Carles Puigdemont, que observa la sesión desde tribuna rodeado de periodistas y explicando su enredadera judicial. Dos candidatas, aunque solo una tiene opciones: Roberta Metsola , que ocupa el cargo desde el 18 de enero de 2022 tras el fallecimiento de su compañero David Sassoli. El nombramiento de Metsola, maltesa con fama de moderada, concita el apoyo de populares, socialistas, verdes y liberales. No se sabe qué hará el grupo de la italiana Giorgia Meloni (ECR) después de que haya surgido el nuevo grupo de Viktor Orbán al que se ha ido Vox (Patriotas). Cuando Weber, presidente del Grupo Popular europeo, e Iratxe García, presidenta de los Socialistas & Demócratas, están reunidos, los eurodiputados ya han votado y se está procediendo al recuento. Si ya se ha votado, ¿de qué están hablando? No es de esta votación, aunque tiene algo que ver: lo que Weber le dice a García es que Metsola no dejará la Presidencia del Parlamento a un socialista a mitad de legislatura, como reclama el PSE acogiéndose a un pacto histórico que a veces se cumple, a veces no. La respuesta de García es clara: en ese caso, los suyos tal vez no voten el jueves a la candidata del PP para presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen . Eso un problema serio para el PP, porque ella no concita grandes consensos y necesita a los socialistas. García lo sabe. El PP también. Mucho cuidado con los órdagos. Metsola ha pronunciado un discurso institucional en el que ha hablado de su pasión por el proyecto europeo, y lo ha hecho después de que un cuarteto de cuerda haya interpretado el 'Himno de la Alegría' con gran parte del hemiciclo puesto en pie, aunque no todos: en Estrasburgo también hay anti-europeístas. «Éste debe ser un Parlamento fuerte, en una Unión fuerte », dice Metsola. Después de ella, ha sido el momento de la otra candidata, la española Irene Montero (La Izquierda), que sabedora de que no tiene ninguna opción de ser elegida, pronuncia un mitin ideológico que concita el aplauso de la izquierda radical y el abucheo de los de enfrente. Mientras, media hora antes y en Bruselas, su otrora compañera en el Gobierno de España y en Podemos y hoy rival, Yolanda Díaz, ha sorprendido a la prensa anunciando un acuerdo con el PSOE para derogar la Ley se Seguridad Ciudadana, que los gobiernos de coalición de Sánchez no solo no han querido derogar, sino que la han aplicado con gran efectividad a pesar de despreciarla con el nombre de Ley mordaza. Y, además, fue avalada por el Tribunal Constitucional. Pero Yolanda necesita foco . Son las 12.20. Manfred Weber e Iratxe García entran en el hemiciclo. Resultado de la votación: Metsola, 562 votos, Irene Montero; 61 . Metsola besa a Weber mientras el hemiciclo aplaude, incluida la derrotada Montero. ¿Haría lo mismo en el Congreso de los diputados? Elegida Metsola, ¿todo está resuelto? No, aunque parece que todo va bien porque la nueva versión de la gran coalición se ha unido en torno a Metsola: PPE, PSE, liberales (Renew) y Verdes. Nadie puede cantar victoria, porque lo más importante será el jueves, cuando el Parlamento vote a la presidenta de la Comisión. Ahí todo está más ajustado, pero la votación de Metsola permite sacar algunas conclusiones: de los 719 eurodiputados con derecho a voto, 20 no lo han ejercido y 60 lo han hecho en blanco. Eso quiere decir que los de Meloni (ECR) probablemente han votado sí y también alguno del grupo de Vox (Patriotas). ¿Y Alvise Perez, el antisistema español que consiguió 800.000 votos y tres escaños? Se le ha visto en el Parlamento, pero no ha querido llamar la atención. Saluda educadamente a eurodiputados españoles y apuesta por un perfil bajo , probablemente por lo que dijo al llegar al hemiciclo: «En cuanto se convoquen elecciones generales dimitiré como eurodiputado y me presentaré a los comicios». De nuevo Europa como puerta de entrada a España (como Podemos y Ciudadanos en 2014). Ya por la tarde dos españoles son elegidos vicepresidentes del Parlamento Europeo, y eso es importante. Dos de catorce. Lógico si tenemos en cuenta que el PP y el PSOE son los segundos partidos más fuertes de los dos grupos principales: en los populares, el primero es la CDU alemana, y en los socialistas, a la cabeza están los italianos. Después, los dos partidos españoles, fuertes en esta legislatura europea. Los nuevos vicepresidentes son Esteban González Pons (PP) y Javier López (PSC) , dos políticos que tienen dos cosas importantes en común, y más aún en una legislatura que se presenta abrupta: ambos tienen experiencia en Bruselas y ambos son perfiles dialogantes. El acuerdo PPE-S&D es para cinco cargos: presidenta y vicepresidentes del Parlamento (cumplido), presidentes de la Comisión y del Consejo Europeo, Alto Representante de Política Exterior y Banco Central. En dos años y medio se revisa todo, pero desde el PP recuerdan que tienen 188 diputados y trece gobiernos y el PSE 136 y solo cinco. ¿Y qué pasa si ellos pierden más gobiernos en este tiempo ? «La batidora vuelve a funcionar en dos años y medio, unos entran y otros salen», explica un eurodiputado español. En la primera sesión del nuevo Europarlamento todo ha discurrido según lo previsto, pero hay una pregunta en el ambiente: ¿hasta dónde va a llegar el cordón sanitario a la ultraderecha? El tiempo lo dirá. Entre tanto, hay que esperar a l jueves para confirmar la reelección de Von der Leyen, enemiga pública de Patriotas y, a tenor del discurso de Irene Montero, también de La Izquierda. Empieza una nueva legislatura. La candidata de Weber (y de García) ha pronunciado un discurso que debe interpretarse como un mensaje de continuidad. Metsola: «Europa es la esperanza, viva Europa. A trabajar».
