La Unidad de Asuntos Internos (UAI) de la Policía Nacional ha detenido a un jefe de Grupo de la Brigada de Extranjería y Fronteras , que responde a las iniciales F. H., por presuntamente agredir a una «potencial» víctima de trata de seres humanos y agresión sexual cuando ésta se encontraba en comisaría para ser identificada. Los investigadores atribuyen al agente delitos de lesiones, torturas y contra la integridad moral. Según el informe policial al que tuvo acceso ABC, las cámaras de seguridad captaron cómo el inspector, quien en el momento de los hechos desarrollaba la labor de jefe de servicio -siendo el agente de más categoría en dependencias policiales-, «agarra por la ropa» a la mujer «para proyectarla con fuerza contra un banco de madera » de la zona de calabozos, «a consecuencia de lo que cae hacia atrás al suelo». «A continuación y de forma consecutiva» -prosigue el oficio- F. H. « repite la acción volviendo a empujarla», hasta que otros dos policías uniformados se interpusieron entre ambos. Los hechos tuvieron lugar el pasado 24 de abril en la comisaría de Torrejón de Ardoz (Madrid) y se puso en conocimiento de la Unidad de Asuntos Internos después de que se abriera un procedimiento administrativo y se concluyera que la presunta agresión podía merecer reproche penal. Según la versión de los agentes que presenciaron la escena, su superior comenzó a discutir con la víctima porque estaba indocumentada y no colaboraba. «O te identificas o te meto un bofetón», le habría dicho F. H. «Pues detenida, al calabozo», siguió. El tono de la conversación, según las declaraciones recogidas en el informe, empezó «a subir, tornándose agresivo » por parte del inspector, asegura un agente, para acto seguido «empujarla» hacia el interior de la sala, «cayendo ésta al suelo», recuerda otro. El atestado revela que, unas horas antes, agentes de tráfico habían encontrado a la joven en el interior de un coche averiado, en el arcén de la A-2, « en estado de somnolencia y desorientación , aturdida y con miedo de bajarse del vehículo». Había sospechas de que pudiera haber sido víctima de algún tipo de sumisión química. Ella manifestó que el hombre que la acompañaba, el conductor, la había «obligado a mantener relaciones sexuales la noche anterior». También expuso que una red de trata de seres humanos, a la que ya había denunciado en el pasado, la tenía sometida. Por miedo a represalias contra su familia, dijo, no quería hablar con la Policía. En el hospital se negó a ser explorada y cambió de versión. Al no llevar su documentación encima, fue trasladada a comisaría. «El inspector F. H. conocía que la víctima (...) se encontraba bajo custodia policial en calidad de trasladada a efectos de identificación y que la misma era una potencial víctima de trata de seres humanos y agresión sexual», destaca el informe. «Es necesario señalar que (la mujer) se encontraba en una situación de especial vulnerabilidad en el momento de recibir la agresión encontrándose ebria y bajo los efectos de sustancias estupefacientes», añade. Cuando semanas después agentes de la UAI le tomaron declaración, ella contó que ese día F. H., «con actitud chulesca», la amenazó con pegarle un guantazo y, después, le propinó un bofetón . Por su parte, el inspector alegó por escrito que lo único que hizo aquel 24 de abril fue coger a la mujer del brazo debido a su «inestabilidad física» con la intención de «ayudarla a sentarse en un banco (...), momento en el que cayó al suelo, ayudándola a levantarse y sentándola para que pudiera recuperarse». Pero sus compañeros, aunque no presenciaron el bofetón que ella asegura haber recibido, sí vieron los empujones. De hecho, dos agentes tuvieron que interponerse entre F. H. y la mujer para que «la cosa no fuera a mayores» y uno de ellos recogió a la víctima del suelo hasta en dos ocasiones. Las imágenes captadas por las cámaras de seguridad no dejan lugar a dudas. El inspector fue detenido el pasado 30 de mayo y puesto en libertad tras prestar declaración ante los investigadores en presencia de su abogado. Las diligencias ya están en manos de un juzgado de instrucción de la misma localidad madrileña.