« Turismo sí pero no así ». Palma se ha vuelto a convertir este domingo en el epicentro de las protestas contra el turismo de masas y se ha declarado «harta» de la masificación y de los efectos negativos derivados del actual modelo turístico, principal motor económico de Baleares . Apenas dos meses después de la primera y gran manifestación en mayo al grito de « Mallorca no se vende«, que supuso una llamada de atención hacia los países emisores, unas 20.000 personas salieron a la calle este domingo y reclamaron «medidas concretas» para poner «punto y final» a esta situación. La cita dobló, según la policía, la primera convocatoria celebrada a finales de mayo cuando se reunieron en torno 10.000 -según la Policía- y 25.000 según los convocantes. Muchos jóvenes portaban pancartas que hacían referencia al encarecimiento de los precios del alquiler residencial provocado por el auge del alquiler turístico, que dificulta que los residentes no puedan acceder a una vivienda «digna». Otros lemas atacaban directamente a los turistas con proclamas como «Fuera turistas» o «No vengáis, ya os diremos cosas» . También había banderas de corte político como las 'esteladas' o la bandera de Palestina. Entre los manifestantes, se ha visto a los principales dirigentes del PSOE y los nacionalistas de Més, partidos que han gobernado en las dos anteriores legislaturas la comunidad autónoma y las principales instituciones de la Isla. Iago Negueruela, la diputada Mercedes Garrido; la líder del PSOE en Mallorca, Cati Cladera y el ex presidente de la cámara regional Vicenç Tomàs, entre otros. Precisamente fue durante su mandato de izquierdas cuando se alcanzaron cifras turísticas de récord y se ampliaron las plazas turísticas. Una de las fotos escogidas por Negueruela en su cuenta de X aludía directamente a la presidenta de Baleares, Marga Prohens (PP): « Prohens, repite: decrecimiento, decrecimiento, decrecimiento », rezaba una pancarta difundida por el socialista, que fue consejero de Turismo en la etapa de Armengol. Por su parte, los promotores de la protesta, liderada la plataforma 'Menys turisme, més vida' (Menos turismo, más vida), llamaron a «poner punto y final al crecimiento» después de «más de dos años de récords turísticos», lo que abarca precisamente el gobierno de izquierdas de Armengol. Su portavoz, Pere Joan Femenia, reconoció que aunque llevan años «haciendo acciones» contra el modelo turístico«, no ha sido hasta ahora -bajo el ejecutivo del PP- cuando se han movilizado »con más fuerza« para salir a la calle, impulsados también por la gran manifestación en las Islas Canarias. En declaraciones a los medios de comunicación, los promotores explicaron que «el objetivo de la manifestación de este domingo era cambiar el rumbo» y alertó de que «la población está harta de un modelo económico que no tiene en cuenta las problemáticas que genera en los residentes y sólo piensa en seguir creciendo». Lamentaron que «la riqueza no se está distribuyendo«, sino que »se está acumulando en los grandes capitales«. »Tenemos un 21% de población que está en riesgo de pobreza y, cada vez, la situación es más insostenible, por ello, este domingo, la población sale a manifestarse«, indicaron en declaraciones recogidas por Europa Press. Femenia señaló que «las últimas cifras del año pasado ya cifraban en unas 12 o 13 personas que venían a visitar Mallorca por cada residente». «Incluso ahora ya se está llegando a unas 15 personas por residente que quieren visitar Baleares» y «estamos llegando a cifras récord nunca vistas y más de 20 millones de turistas que quieren visitar Baleares«, ha destacado. La manifestación se produce dos meses después de que la presidenta del Gobierno balear, Marga Prohens, anunciara que había que poner «límites» y convocara un encuentro multitudinario con más de un centenar de entidades para estudiar medidas encaminadas hacia un cambio de modelo a largo plazo. El Ejecutivo autonómico ya ha empezado a reunir mesas de trabajo para consensuar medidas contra la saturación. La plataforma, no obstante, acusa a los políticos de no «mover ficha para establecer una relación con la ciudadanía« y hacer frente a esta situación. Las principales medidas que demanda son decrecer en número de turistas, regular y limitar la entrada de cruceros y aviones que lleguen a Baleares, poner una moratoria, que vaya decreciendo el número de plazas turísticas que tiene la isla, controlar la compraventa de no residentes y la entrada de coches de alquiler que acceden a Baleares, y hacer un estudio de capacidad de carga, de acuerdo con la capacidad que tienen las Islas de acoger una masa de población cada vez más insostenible.