La ropa de hospitales tendrá un chip de control de su trazabilidad

Decenas de hospitales públicos se reparten por la geografía madrileña, y todos ellos tienen algo en común: sábanas, mantas, colchas y toallas, pijamas y camisones, y uniformes para el personal. Todas estas prendas las adquiere el Gobierno regional mediante contratos públicos . El último de ellos acaba de ser aprobado por el consejo de Gobierno, y presenta una novedad: las prendas estarán dotadas de un chip que permitirá el control de su trazabilidad: de dónde sale y por dónde pasa, hasta que regresa a su centro, esa prenda. El contrato se va a licitar por dos años, este y el próximo, y la posibilidad de prorrogarlo por otros dos. Tiene un valor de 15,7 millones de euros. Cuesta imaginar la cantidad de sábanas, fundas de almohadas y otras prendas que se pueden adquirir con semejante cifra. Pero es que también son muchos –más de 35– los hospitales públicos repartidos por la región, y algunos se acercan a las 2.000 camas. Cada día hay que cambiarlas, lavarlas, desinfectarlas con productos muy potentes, plancharlas y devolverlas a los centros. Un trajín que sin duda repercute en el tiempo de vida de estos elementos. En el contrato cuya licitación acaba de aprobarse aporta una novedad reseñable: chips de localización en las prendas, de manera que se pueda trazar siempre el recorrido de las mismas. Según fuentes de la Consejería de Sanidad, uno de los objetivos del nuevo contrato es que «los recintos asistenciales de la sanidad pública madrileña dispongan en todo momento de las cantidades que necesiten de elementos como pijamas o camisones para su utilización por parte de los pacientes, la uniformidad de los profesionales que los atienden, incluida la que se usa en los quirófanos, o la ropa de cama (sábanas, fundas de almohadas, mantas y colchas) y toallas». El chip permitirá su control tanto en las lavanderías como en los distintos complejos del Servicio Madrileño de Salud. Todas estas prendas cumplirán con los parámetros del proyecto de unificación de la ropa de uso en entornos públicos sanitarios, lo que significa que han de tener el logotipo de la imagen corporativa de la Consejería de Sanidad (SaludMadrid), y estar homogeneizados en todos los dispositivos los catálogos de tallas, tamaños, calidades y colores. En la extensísima red sanitaria pública madrileña hay 38 hospitales del SERMAS, a los que se añaden 266 centros de salud y 163 consultorios locales. Cuesta incluso imaginar qué cifras sumarán las jeringuillas, gasas, sábanas, vacunas, medicamentos de todo tipo o aparatos que deben comprarse periódicamente para dar servicio a todos estos centros. El Gobierno regional quiere que este proceso sea más coordinado, y por eso va a centralizar todas las compras en la Agencia de Contratación Sanitaria, que se pondrá en marcha antes del 1 de enero de 2025 y centralizará la adquisición de suministros, bienes y servicios para la red centros de la sanidad pública madrileña. Los responsables sanitarios madrileños esperan conseguir, a través de ella, ahorros de entre el 10 y el 20 por ciento. El consejo de Gobierno también aprobó recientemente el estatuto que regulará el funcionamiento de esta Agencia de Contratación Sanitaria, que va a suponer ahorros de hasta el 10 por ciento en precios, y también en costes, del 15 por ciento. Continuará habiendo unos remanentes en los hospitales para compras menores, pero las grandes adquisiciones se realizarán a través de este instrumento, explican en la Consejería. El objetivo: ser más eficientes y potenciar los ahorros. Otro objetivo declarado es el de garantizar a los proveedores un «escenario estable y transparente en su relación con la Administración autonómica», y más garantista. Parece claro que tratar con un único cliente, y no con cada responsable de compras en los distintos hospitales y centros, ayudará en este punto. Además, aseguran en Sanidad que se optimizarán las compras, aprovechando las sinergias. La Agencia tendrá un plan anual de contratación, en el que se racionalice el gasto público y la toma de decisiones, se identificarán las necesidades y se mejorará la concurrencia a las licitaciones. Para casos de urgencia –cuando haga falta algún producto de forma extraordinaria se contará con un mecanismo específico. La Agencia comprará material, fármacos y también tecnología sanitaria.