¿Qué sucede en la mente cuando nos sentimos vulnerables ante la presión externa? ¿Por qué tantas personas acaban rotas cuando están en la cumbre del éxito, a pesar de estar viviendo lo que sería un sueño para millones de personas? Tres de cada cuatro deportistas de élite sufren problemas de salud mental, según explica la psicóloga Alba Valle, especializada en mindfulness, que además señala que esto es algo que se puede extrapolar a los miles de profesionales que se encuentran en la cumbre del éxito. «Ya sea una carrera deportiva, un proceso de oposiciones, un emprendimiento, un alto cargo en una empresa o una persona que vive una continua exposición en las redes sociales, todas estas situaciones tienen en común llevar a nuestro sistema nervioso al límite , abriéndose a situaciones donde nos sentimos muy vulnerables y que no están bajo control «, revela Valle. La cuestión es que ante estos escenarios puede haber personas que se crecen, desarrollen nuevas capacidades y mantengan una actitud que les ayude a lograr lo que se proponen. Pero también puede darse el caso de aquellas personas que caigan en las arenas movedizas de la mente presos de una autocrítica que se disfraza de necesaria pero que en realidad solo daña la salud mental. «En estos casos lo que muchas veces sucede es que aunque consigan avanzar hacia los objetivos que se han marcado lo hacen estando cada vez peor», explica la psicóloga. Encontrarse en el primer o en el segundo supuesto depende del proceso interno que se viva, de cómo se hable a sí misma esa persona, de su capacidad para comprenderse y afrontar lo que está ocurriendo, de su relación con sus emociones y de sus actuaciones antes las dificultades. «Cuando algo sale mal la autocrítica es la tendencia mayoritaria en los entornos de alto rendimiento, caracterizados por esa presión de avanzar y lograr cosas«, comenta. De hecho la psicóloga asegura que esto no solo sucede en los entornos deportivos, sino también en contextos de empresa o incluso en los casos de preparación de oposiciones. La mente se vuelve cruel en las situaciones de presión y estrés ante las dificultades y se enfoca en pensamientos que señalan, humillan o incluso suponen una falta de respeto a uno mismo. «Esto provoca un importante daño en la persona que a la larga acaba generando los problemas mentales», aclara Valle. Por ello la experta considera imprescindible la figura de un profesional que sepa animar , inspirar y motivar , así como comprender y empujar amablemente y con cariño hacia el camino, respetando procesos y dando lo que se necesita en cada momento. Así, la psicóloga plantea que la mejor estrategia para avanzar no es «automachacarse» con la autocrítica sino conectar con lo que queremos, visualizarlo, sentirlo, y movernos desde la inspiración y el deseo hacia aquello que queremos. «Desde el automachaque avanzamos por temor a sentirnos mal, a criticarnos más, a defraudar o a defraudarnos. Con la autocompasión , avanzamos por el propio deseo y satisfacción de avanzar y lograr siendo esto un sentido en sí mismo satisfactorio, que nos hace crecer, abrir límites y tener un óptimo rendimiento acompañado de un gran bienestar mental«, recuerda. Por tanto, lo más efectivo es abrazar la autocompasión, esa habilidad psicológica que nos ayuda a tratarnos bien en los momentos difíciles que, según asegura la psicóloga, ayuda a mejorar el rendimiento porque disuelve obstáculos internos y genera autoconfianza , lo que es fundamental para lograr objetivos. No en vano, diferentes investigaciones científicas han demostrado que las personas con autocompasión son más capaces de tomar distancia de sus discursos internos, tener menos pena por uno mismo, rumiar menos el malestar y por lo tanto gozar de una mejor salud mental y mayor resiliencia . También demuestran que las personas con más autocompasión pueden hacer frente mejor a situaciones adversas como la presión.