El delegado del Gobierno, Nicanor Sen, restó ayer importancia al incidente registrado ayer mañana en el centro de acogida de migrantes mayores de edad ubicado en el antiguo Chalé Pozo, en Villarrodrigo de las Regueras (municipio de Villaquilambre, León) donde a las 08.45 de la mañana, cuando se servía el desayuno , se produjo una pelea entre dos residentes y uno de ellos atacó al otro con un cuchillo causándole lesiones leves en el rostro. Los hecho se saldaron con la detención de uno de ellos por un supuesto delito de amenazas con arma blanca y otro ha sido investigado por uno de lesiones. «Es una circunstancia menor. Ha sido una única incidencia y no hay que darle más importancia», subrayaba el leonés después de recordar que el centro acoge a 180 personas que acumulan muchos días de convivencia por lo que, dijo, «puede surgir un roce como ocurre en la sociedad». La pelea entre dos de los extranjeros realojados en las instalaciones de lo que antes era un hotel y ahora gestión la Fundación San Juan de Dios se produjo, según pudo confirmar la Agencia Ical a través de fuentes oficiales, en la cola del desayuno del citado centro. Después de ser agredido uno de los implicados, éste intentó responder a la agresión con un cuchillo de desayuno, algo que no pudo llevar a cabo finalmente gracias a la intervención de terceras personas. Tras recibir la alerta, al lugar acudieron tres patrullas de la Guardia Civil además de una ambulancia con personal sanitario. Sen aprovechó la ocasión para agradecer a los vecinos del municipio «la excelente acogida, con todo cariño a estas personas» y destacó que muchos de ellos se incorporarán en breve al mercado laboral, después de que, según destacó, varias empresas hayan mostrado interés en contratarlos. Las palabras de Sen llegan un día después de que el subdelegado del Gobierno en Valladolid, Jacinto Canales, sí atendiera a la «preocupación» del alcalde de Medina del Campo, Guzmán Sánchez, sobre los habituales incidentes que han protagonizado en las últimas semanas varios de los foráneos que residen la localidad vallisoletana. El propio Canales señaló que en el último mes se ha reforzado la vigilancia policial ante el incremento de altercados y peleas provocados por población inmigrante, con el envío de efectivos de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR), que se desplazan desde Valladolid y que se activan durante la tarde-noche y la madrugada. Canales admitió este incremento de los conflictos, que llegó a vincular con que «ingieren más alcohol que el que deben». En todo caso, hizo un llamamiento a la tranquilidad y recalcó que Medina es una ciudad segura, al tiempo que también señalaba que los problemas aumentan en verano como consecuencia de la llegada de temporeros «que necesitamos para el campo». Al respecto, el secretario general del PSOE de Castilla y León, Luis Tudanca, se limitó ayer a ceñir la situación a que pueden existir «problemas puntuales de seguridad» que, a su juicio, «nada tienen que ver con la inmigración», ni tampoco uno «generalizado» derivado de la llegada de personas de otros países. Tudanca, que no entró a valorar las medidas adoptadas por Canales, insistió en que Castilla y León es una de las comunidades «más seguras» de España y Europa. «Basta ya de alentar todo tipo de miedos y odios. Ya basta. Pero ni con la inmigración ni con otro colectivo», incidió, además de apuntar que si existen «problemas puntuales, refuércese» esa seguridad, «como con el repunte de accidentes de tráfico, con una banda...».