Ubicado en el centro de Manhattan, en la Avenida Madison, está uno de los hoteles más emblemáticos de la ciudad, el Lotte New York , un complejo de puro lujo que representa la quinta esencia de la experiencia neoyorquina. El origen de este edificio está en 1882, año en el que el financiero Henry Villard encargó al estudio de arquitectura McKim, Mead & White la creación de seis casas privadas adosadas de piedra rojiza alrededor de un patio con estilo renacentista neo-italiano a las que se conoció como The Villard House. Posteriormente, pasaría a ser, gracias al desarrollador Harry Helmsley, un hotel de 55 pisos, el primero de lujo de Nueva York. En 1992 se hizo con él el sultán de Brunéi quien lo restauró y reformó. Finalmente, en 2015 Lotte Hotels & Resorts compró este emblemático complejo para ofrecer una experiencia de estilo de vida icónico. El alojamiento dispone de diferentes tipos de categorías: las habitaciones The Palace , donde la elegancia atemporal se combina con el lujo moderno, The Towers, un conjunto de lujosas estancias ubicadas entre los pisos 41 y 55 que ofrecen amenities superiores y las mejores vistas, las Suites , que presentan un diseño clásico y un confort insuperable, y las Royal Suite Collection , que disponen de servicios únicos, camas Hästens, productos de baño Molton Brown y servicio de automóvil Mercedes GL350 o Maybach, entre otras cosas. El apartado gastronómico del hotel cuenta con auténticas joyas, como Pomme Palais, una pastelería que parece sacada de una esquina de París, Trouble's Trust , el espacio perfecto para disfrutar de un cóctel de autor, o Villard , donde saborear los mejores desayunos de Manhattan. Además, cuenta con un gimnasio de última generación y casi 3.000 metros cuadrados de espacio para reuniones y eventos. Por otro lado está, el ILA Spa, un espacio que pone a disposición de los clientes una alta gama de tratamientos para aliviar el estrés elaborados con ingredientes orgánicos cultivados en granjas. Este templo del bienestar incluye un estudio de yoga privado y siete salas que ofrecen experiencias de curación del sonido de última generación. Pero eso no es todo. La empresa de robótica Aescape se ha unido al hotel Lotte New York Palace para crear la primera experiencia de masaje con IA totalmente automatizada. Más que un robot con aspecto humano se trata de una camilla de masajes con brazos robóticos que puede trabajar en contracturas y nudos sin problema creando, previamente, un modelo computacional tridimensional de cada cliente, lo que brinda un masaje personalizado y adaptado a su cuerpo. Además, se puede elegir la fuerza con la que se recibe, así como una lista de música a escuchar. Para hacerse una idea, los primeros masajes robóticos personalizados han tenido un coste de 75 dólares por 30 minutos , mientras que los que realiza el personal tienen un coste de unos 260 dólares por una hora, lo que supone, también, un ahorro para el huésped.
