Las enfermeras podrán recetar antibióticos para tratar la infección de orina en mujeres

La infección de orina es una de las afectaciones más frecuentes que se ven en la Atención Primaria. Se calcula que afecta al 50% de las mujeres al menos una vez en su vida y su incidencia aumenta con la edad, la comorbilidad y la institucionalización. A partir de ahora, no será necesario que sea un médico el que trate estas dolencias, pues el Boletín Oficial del Estado (BOE) ha publicado este lunes la guía por la que las enfermeras pueden hacerlo, lo que implica que podrán prescribir el antibiótico necesario para su tratamiento. Las infecciones del tracto urinario (ITU), tal como explica la citada guía, incluyen tanto la cistitis (la infección de la vejiga o tracto urinario inferior) y la pielonefritis, la infección del tracto urinario superior que afecta al riñón. Los síntomas incluyen disuria (dolor al orinar), polaquiuria (necesidad de orinar con más frecuencia de lo normal), urgencia urinaria, dolor suprapúbico o hematuria (sangre en la orina), entre otros. Su tratamiento se basa en el inicio temprano de medicación con antibiótico , para aliviar los síntomas y erradicar la infección de manera rápida y eficaz. Ahora, tras la publicación de esta guía las enfermeras serán las encargadas de indicar y administrar la medicación necesaria para mujeres mayores de 14 años que no presenten una infección del tracto urinario que se considere complicada. Quedan excluidos casos complejos que requieran de valoración médica, como infecciones recurrentes, uso de sonda vesical o inmunosupresión. Tampoco podrán tratar las enfermeras las infecciones que se consideren complicadas, que son, según se indica en la citada guía, aquellas que afectan a embarazadas, sondados, ancianos o diabéticos, entre otros grupos. Las comunidades autónomas y resto de entidades gestores de los centros que prestan servicios en el sistema de salud, continúa la guía, serán los encargados de desarrollar los protocolos de actuación basándose en estas indicaciones. Tendrán así que definir la población sobre la que se aplicará, los medicamentos autorizados para ello o el tipo de intervenciones que realizarán los profesionales de la Enfermería (la modificación de la pauta o la interrupción temporal, por ejemplo), entre otras. Así, la enfermera podrá dar inicio al tratamiento, interrumpirlo temporalmente por causas justificadas como la aparición de efectos adversos o poner fin al mismo. Se trata de la novena guía destinada a la indicación de medicamentos por parte de las enfermeras. Ya están publicadas las referentes a deshabituación tabáquica, anestésicos locales, fiebre, anticoagulación oral, tratamiento de heridas, hipertensión, diabetes tipo 1 y tipo 2, quemaduras y ostomías.