De casta le viene al galgo. Esta expresión tan española bien puede servir para ilustrar la todavía corta vida y obra de Jesús David Alcolea Medina o Jesús Malaño (Socuéllamos, Ciudad Real, 1998) , por el apodo con el que conocen en su pueblo a su familia y ahora a sus creaciones. Es allí, en plena comarca manchega, donde este joven de 26 años se crió entre viñas y ahora ha convertido su sueño en realidad con una bodega propia y más de 150 hectáreas de viñedo de no menos de 25 años, siendo la quinta generación de una saga de viticultores. Y, como la cosa va de refranes, lo de Jesús ha sido llegar y besar el santo porque, pese a llevar sólo un año con su proyecto familiar, Inn Wine Bodegas y Viñedos , que así es como se llama, empieza a recoger frutos en forma de reconocimientos. Algo que este alquimista de los vinos ha conseguido, sobre todo, sublimando la uva Airén, la autóctona de La Mancha. Prueba de ello, por ejemplo, son los 94 puntos logrados recientemente por su vino Airén Asoleado en la prestigiosa Guía Peñín , una puntuación tan alta que nunca antes había alcanzado un vino elaborado con esa variedad. Todo esto no es flor de un día -echando mano de nuevo del refranero-, pues Jesús, a pesar de su corta edad, cuenta con una amplia experiencia. En 2014 comenzaba sus estudios hasta conseguir en 2022 su título de enólogo en la Universidad de Cádiz y, tras elaborar vinos en denominaciones de origen tan dispares como Ribeiro, Ribera del Júcar y La Mancha , en 2023 sacó su primera añada de vinos embotellados con el nombre rompedor de 'Malaño' como homenaje a las cinco generaciones de su familia que han trabajado la tierra. «Malos años, buenos vinos». Esta es otra expresión que, aparte de dar nombre a su familia y a sus vinos, según explica David a ABC, es «una muestra de respeto a nuestros orígenes, al pasado y a la tradición, tan importantes para nosotros, que se han convertido en la base de la filosofía con la que hoy elaboramos todos nuestros vinos». Algo que hacen « con la más mínima intervención «, destaca el joven enólogo, que dice que su objetivo es evitar el uso de cualquier producto exógeno -ácidos, enzimas, nutrientes u otros-, además de técnicas enológicas como los desfangados dinámicos, centrifugaciones o filtraciones que puedan diluir o desnaturalizar la esencia propia de la uva. «Es decir, aplicamos la 'enología consciente' propia de su filosofía Inn Wine, un término que hemos creado para generar conciencia de que se pueden elaborar grandes vinos partiendo de la base del conocimiento y dejando a un lado lo superfluo y prescindible «, afirma. Y, una vez entra la uva mimada y seleccionada hasta el más mínimo detalle, con catas constantes, es donde llega la alquimia de Jesús. Este precoz maestro del vino deja volar su imaginación realizando elaboraciones que van desde maceraciones prefermentativas de hasta 96 horas, post-fermentativas de una o varias semanas, fermentaciones en barrica abierta, crianza sobre lías en barrica, la apuesta por el roble español, asoleos de más de 30 días, maceraciones carbónicas, crianzas en botas envinadas con vinos de Jerez, … Una técnica, esta última, que se trajo de su experiencia gaditana y que le llevó el año pasado a adquirir esas botas de Jerez que han contenido vino amontillado durante más de 50 años, y que proceden de la solera centenaria de Bodegas Fundador , donde él actualmente también ejerce las funciones de enólogo en la destilería con la que cuentan en Tomelloso. Con todos esos mimbres es con los que el responsable de esta bodega socuellamina quiere quitar a La Mancha el sambenito de ser una tierra de vinos de poca calidad y grandes producciones. Algo que quiere conseguir poniendo también en el lugar que se merece a la uva Airén, variedad manchega por antonomasia, aunque también trabajen con otras variedades tanto blancas como tintas. «La Airén es una variedad neutra y, partiendo de ahí, no le podemos pedir que tenga mucha fruta tropical ni ciertos aromas, pero sí es verdad que se deja llevar muy bien en todas las elaboraciones que hagas con ella. Es decir, es como un diario de lo que tú has hecho en bodega y, además, tiene un grandísimo potencial enológico aún sin explotar», destaca Jesús Malaño. Habrá que hacerle caso.
