No hay pruebas pero tampoco dudas de que la piña es la fruta más vendida en los últimos días. Tanto es así que muchos supermercados -especialmente Mercadona - tienen desabastecimiento. Esto se debe, como ya sabrás, a que quienes quieren ligar deben ponerla boca abajo en el carrito de la compra; significará que buscas «un rollito» o algo más. Este reto que ya es viral en todo el país ha hecho que esta fruta, una de las menos calóricas, esté en numerosos hogares. Sin embargo, con tanta bromita con Mercadona, el carrito y la piña , es de esperar que haya quien la ha comprado sin más objetivo que encontrar un ligue en el supermercado, y ahora esta fruta tropical se encuentre en la esquina de la encimera sin saber muy bien qué hacer con ella. ¿Qué se puede hacer con la piña más allá de trocearla y tomarla en el postre? Muchas, muchas recetas. La piña es una fruta versátil pero rara vez brilla en la cocina tanto como se merece. Más allá de la disputa de si hay que añadirla a la pizza o no, la piña es todavía una gran desconocida pese a ser una de las frutas menos calóricas. Con 50 calorías en 100 gramos, se trata de una fruta altamente saciante por su alto contenido en agua y su aporte de fibra, lo que favorece el tránsito intestinal y ayuda a mantener el equilibrio hídrico en el organismo. Además, la piña es fuente de ácido fólico, esencial para el sistema inmune por lo que ayuda a las defensas a la vez que sus propiedades anticoagulantes mejoran la circulación. Rica en antioxidantes, la 'Ananas comosus' es una planta perenne de la familia de las bromeliáceas y es precisamente su contenido en enzima bromelia lo que la hace tan interesante porque facilita la digestión de las proteínas. Tal como indica Ana Colomer, dietista-nutricionista, «su gran hablado poder digestivo viene de su enzima bromelina que tiene un poder proteolíticos (rompe moléculas, sobre todo proteínas). Esto favorece muchísimo las digestiones y ayuda a nuestro sistema gastrointestinal». Por tanto, la piña es utilizada a nivel de tratamiento digestivo en numerosos casos, como en las dietas bajas en fodmaps. Si esta fruta es de tus favoritas y la consumes a diario, Catalina Prieto tiene algún truco para que la piña que escojas en el supermercado esté en perfecto estado y sabrosa: «Te recomiendo que rechaces cualquier ejemplar de piña en el que los azúcares hayan fermentado (el aroma es inconfundible) y te vayas a por una piña firme pero en cuyo extremo inferior puedas apreciar su olor característico y cuyas hojas centrales se desprendan sin mucho esfuerzo». Sabemos que la piña es una fruta pesada cuya piel no es nada comestible - estas frutas sí puedes comerlas con piel - y gracias, de nuevo, a las redes sociales, hemos aprendido a cómo cortar la piña sin perder tiempo ni desesperarse. 1. Corta y quita la parte superior e inferior de la piña. 2. Parte por la mitad la piña. 3. Coge uno de los trozos y ve partiendo siguiendo las líneas de la piel. 4. Ahora hazlo en el sentido contrario. 5. ¡Ya tienes taquitos de piña para comer y desechar la piel! Siempre controvertida sobre la pizza y es la fruta por excelencia en Navidad, la piña tiene infinitamente más que ofrecer. No solo es susceptible de aparecer en ensaladas y macedonias, también en pasteles y bizcochos. Descubre a continuación las mejores recetas con piña: - ½ piña mediana madura - AOVE al gusto - Sal y pimienta al gusto - Albahaca o hierbabuena al gusto Se pela la piña y se corta en bastones alargados. Partimos los bastones por la mitad procurando que todos sean de un tamaño similar. Ponemos a calentar un poco de aceite de oliva virgen extra en la sartén (añadimos muy poco porque no buscamos que se frían, sino que se doren). Una vez que la sartén esté caliente vamos marcando los bastones de piña dándole la vuelta para que queden dorados pero sin que se quemen Los sacamos de la sartén y les vamos insertando palillos pequeños de brocheta. Una vez emplatados aliñamos con sal, pimienta y con albahaca fresca. La receta completa puedes verla aquí . - 200 gramos de boniato - 200 gramos de piña - Un puñado de rúcula - Medio aguacate - 1 huevo cocido - 1 tomate pelado - Sal, pimienta, aove, cebollino al gusto - 2 cucharaditas de AOVE - Una cucharadita de mostaza - Un chorrito de limón Comenzaremos cortando un boniato en dados pequeños, ponemos un chorrito de aceite de oliva virgen extra, sal y pimienta y lo metemos en el horno a 20 minutos a 180ºC con aire. Añadimos en el plato un puñado de rúcula, el boniato, la piña, un huevo cocido, medio aguacate, un tomate pequeño, el aliño de mostaza (que se hace con mostaza, limón y aove), podemos unas hierbas y ya tendríamos lista nuestra ensalada (bien mezclada). La receta completa puedes verla aquí . - 1 piña mediana - 1 limón pequeño - 1 vaina de vainilla - 30 gramos de mantequilla sin sal Para la cobertura : - 1 cucharada de canela molida - 25 gramos de harina de avena integral - 50 gramos de almendras laminadas o almendras con piel en trozos - 30 gramos de copos de avena enteros - 30 gramos de coco rallado - Lima para rallar - Helado de coco, nata o limón para acompañar Precalentar el horno a 200°C y activar el ventilador si lo tenemos disponible. Calentar una sartén grande apta para horno a fuego medio y derretir 15 g de mantequilla con la rama de canela, la vaina de vainilla y unas gotas de zumo de limón. Cuando empiece a burbujear, añadiremos la piña que cortaremos como más nos guste, en trozos pequeños o gajos más grandes. Cocinar durante 3-4 minutos hasta que empiece a caramelizar. En un bol mezclar los ingredientes del crumble y la restante mantequilla derretida. Podemos proceder de dos formas diferentes: podemos hornear la piña caramelizada con el crumble por encima durante unos 15 minutos hasta que se dore y esté crujiente. O bien podemos servir la piña dorada en la sartén con el crumble horneado por separado. Servimos con una bola de helado, si lo deseamos, y rallamos lima por encima. La receta completa puedes verla aquí . - Un brick de leche de coco ligera - 170 gramos de yogur vegetal de coco o natural (o bien griego sin grasa) - 225 gramos de piña fresca madura cortada en pequeños trozos y congelada - Una cucharadita de extracto de vainilla - El zumo de medio limón - Una pizca de sal - Media cucharadita de canela molida Partiremos de piña troceada bien madura que habremos congelado previamente en pequeños trozos. La añadimos al robot de cocina junto a la leche de coco, el yogur, la sal, la vainilla, el limón y la canela. Podemos opcionalmente incorporar la leche de coco en forma de cubitos que habremos congelado previamente. Combinamos todos los ingredientes en una licuadora hasta obtener una crema suave. Verter la mezcla en los moldes de paletas, tapar e insertar los palitos. Congelar las paletas durante la noche antes de comerlas. Notas : para hacer las paletas de yogur es mejor utilizar piña fresca o congelada. No recomiendo la piña enlatada. Estas paletas de yogur son la combinación perfecta de crema y hielo y el sabor es perfecto. La receta completa puedes verla aquí . - 2 tazas de arroz cocido (mejor del día anterior) - 1 piña pequeña o 1/2 grande - 250 gramos de tofu - 1 cebolla picada - 1 diente de ajo rallado - 1 trozo de jengibre fresco rallado - 1 puñado de anacardos - 1 puñado de pasas - 1 cucharada de curry en polvo - 2-3 cucharadas de salsa de soja - Aceite de oliva - Cilantro o perejil picado Parte la piña por la mitad, haz varios cortes para vaciarlas con la ayuda de una cuchara. Lo que hemos conseguido de la piña pícalo y reserva. Pica también la cebolla, el diente de ajo y ralla un trozo de jengibre fresco. Echa un chorro de aceite en la sartén y vas a sofreír estos ingredientes junto con un poco de sal. Desmenuza el tofu con las manos hasta que quede desmigado y échalo en la sartén. Remueve y agrega una cucharadita de curry en polvo, un chorrito de soja y cocina un par de minutos. Agrega la piña, un puñado de pasas y anacardos tostados y remueve. Pon el arroz que sobró de la noche anterior y añade un poco de perejil o de cilantro y ya solo queda servirlo en la piña, que hace de recipiente.
