La vida profesional de José Antonio Oteo está ligada a un animal diminuto que no mide más de 8 milímetros. Médico y especialista en Enfermedades Infecciosas, empezó a investigar las patologías transmitidas por garrapatas de manera casual. Estaba en su segundo año de residencia en el hospital Virgen del Camino de Pamplona cuando se topó con un caso extraño: un paciente con meningitis y parálisis facial. El joven Oteo sospechó que podría tratarse de la enfermedad de Lyme y su diagnóstico se convirtió en el primero de España . Aquel acierto solo fue el inicio de una carrera exitosa que le ha convertido en una referencia internacional. En La Rioja dirige el Centro de Investigación Biomédica que aloja el Centro de Rickettsiosis y Enfermedades Transmitidas por Artrópodos Vectores, donde acuden a formarse especialistas de todo el mundo. «Antes éramos cuatro locos los que estudiábamos a las garrapatas. En los congresos me llamaban 'el de las garrapatas', como diciendo 'ya se podía dedicar a otra cosa...', sin embargo, ahora hay un interés creciente en todos los países», reconoce. Ese interés no es solo por el puro conocimiento de estudiar infecciones cada vez menos exóticas. Las garrapatas se han convertido en un parásito peligroso , la última amenaza que puede provocar nuevas epidemias. Aunque en el sentido estricto no inoculan ningún veneno con su mordedura, son transmisores de infecciones que hacen estragos en la salud e incluso ser letales. La enfermedad de Lyme, generadora de meningitis o de afectaciones al corazón entre otros problemas, no es la única. La lista es larga. Desde fiebre botonosa mediterránea el síndrome de alfa-gal que te vuelve sensible a la carne roja , encefalitis o la temida fiebre hemorrágica Crimea-Congo . «En España hemos contabilizado hasta catorce enfermedades causadas por garrapatas y en su identificación ha participado siempre mi equipo», cuenta Oteo sin disimular orgullo. Siempre que hay un sospecha de infección vinculada a este artrópodo, se suele acudir al centro de La Rioja. La lista de especies de garrapatas también es extensa y no todas contagian las mismas infecciones. En España existen más de una treintena, pero hay una especialmente peligrosa del género 'Hyalomma' que transmite el virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo. La infección cursa asintomática o con síntomas leves en la mayoría de los afectados, pero también puede ser mortal. El virus se propaga entre las garrapatas y otros animales hospedadores (aves, conejos, ratones, jabalíes, ciervos...) hasta llegar al ser humano. En nuestro país el virus de Crimea-Congo no era motivo de preocupación hasta que en 2016 se notificó la muerte de un hombre de 62 años al que le había picado una garrapata en un pueblo de Ávila. Tras aquel contagio una enfermera que le atendió también resultó infectada. En ese momento saltaron las alarmas. Era el primer caso de esta enfermedad en España, aunque a posteriori se diagnosticó otra infección ocurrida en 2013 en Salamanca. Desde entonces se han diagnosticado 16 casos en España , en los que en siete pacientes el desenlace ha sido fatal. Los datos de esta serie indicarían una tasa de mortalidad del 43,75%. Sin un tratamiento específico eficaz, la muerte sobreviene por hemorragias y fallo multiorgánico. Este verano están siendo especialmente accidentado los encuentros con las 'Hyalomma' en España. Es el año con más casos y más fallecidos desde 2013. Se han notificado cuatro casos (Cáceres, Córdoba, Salamanca y Toledo) y en estas dos últimas provincias, la enfermedad ha provocado la muerte de los dos pacientes. «No creo que este sea un año más peligroso que otros para que nos pique una garrapata, pero estamos más sensibilizados y diagnosticamos más. Lo que no se busca no se encuentra y ahora, al menos, buscamos», insiste. Por eso, ahora reconoce «estar más tranquilo que hace años, porque empezamos a tomarnos este problema en serio». Muestra de ello es el plan nacional de vectores que ha impulsado este año el Ministerio de Sanidad. «Llega tarde, pero más vale tarde que nunca. Bienvenido sea. Se están haciendo planes contra vectores en todas las comunidades autónomas. Necesitamos un abordaje multidisciplinar: los artrópodos se alimentan de animales y provocan zoonosis que sufrimos los humanos». En el medio rural siempre ha habido garrapatas, «aunque ahora hay más que nunca y están por toda España». Influyen muchos factores, advierte este especialista: «El aumento de temperaturas provocado por el cambio climático permite que algunos artrópodos se reproduzcan de manera más eficiente. Los inviernos son más suaves, con lo que su mortalidad desciende, y nosotros pasamos más tiempo al aire libre y más expuestos a su picadura». Tampoco ayuda el abandono de los montes. «Hay un exceso de animales silvestres y en nuestro país tenemos una plaga de jabalíes y conejos , dos especies que actúan como animales amplificadores de las garrapatas que provocan la infección». No es un problema exclusivo de España ni de los países mediterráneos. Las garrapatas están presentes en todo el mundo y son un problema global y creciente. El peligro no está solo en el campo, también en las ciudades, en la hierba de sus parques urbanos y periurbanos. «Entran los conejos silvestres a los parques y con ellos las garrapatas. Parece idílico, pero el riesgo no es cero. Ya se ha detectado 'Hyalomma' en parques urbanos; afortunadamente todavía no hemos encontrado garrapatas infectadas», tranquiliza. Frente al virus del Nilo , el dengue o el zika que tienen como vector al mosquito, el control de las garrapatas es más difícil. «Se puede fumigar y actuar en zonas pequeñas, pero ¿cómo actúas en todo el monte?. En mi opinión, la investigación debería centrarse en vacunas para proteger al ganado. Así podríamos disminuir la población», opina este especialista. Y mientras, la mejor prevención es la protección. Oteo desgrana casi de carrerilla las medidas preventivas más fáciles y útiles: «En casa la hierba debe estar bien cortada y es necesario mantener a raya la presencia de roedores silvestres. Al salir al campo, hay que salir protegido con prendas largas, usar repelentes sobre la ropa y revisar el cuerpo después. En caso de hallar una garrapata, lo mejor es acudir a un centro médico para su retirada y estudio».