«El mundo necesita un Tratado sobre el Plástico», advierten los expertos. Una necesidad bien conocida por todos los dirigentes mundiales, pero que no les vale para lograr un acuerdo. El objetivo es alcanzar un pacto jurídicamente vinculante a finales de este año o, al menos, conseguir cerrar las negociaciones. A la espera de cerrar este pacto, cada año se siguen produciendo 400 millones de toneladas de plásticos, «muchos de ellos de un solo uso y que no se pueden reciclar» -aseguran fuentes ecologistas-. En los últimos años, se han encontrado trazas de este contaminante en todos los lugares del planeta. Desde el más alto, en la cima del Everest, hasta en el más profundo, la Fosa de las Marianas. Y hasta en lugares inhóspitos para la vida humana como son algunas zonas de la Antártida. «Este es un problema urgente de salud mundial, una crisis en curso», señala el doctor Costas Velis, académico de Sistemas de Eficiencia de Recursos en la Universidad de Leeds. Una investigación liderada por este profesor griego ha revelado que los residuos plásticos abandonados y la quema de este material son los principales causantes de este tipo de contaminación. La indagación, realizada por científicos de la Universidad de Leeds y publicada en la revista Nature, revela que solo en 2020 se contaminó el planeta con 52 millones de toneladas de plásticos. «Los riesgos para la salud derivados de la contaminación por plásticos afectan a algunas de las comunidades más pobres del mundo, que no pueden hacer nada al respecto», denuncia Josh Cottom, investigador en contaminación plástica en Leeds y coautor del texto. Los resultados, basados en datos de más de 50.000 municipios de todo el planeta, revelan que dos tercios de la contaminación por plásticos es debido a que estos residuos se quedan sin recoger. «Más de 1.200 millones de personas, el 15% de la población mundial, no dispone de servicio de recogida de estas basuras», señala la investigación. «Estas poblaciones se ven obligadas a 'autogestionar' los desechos, a menudo tirándolos a la tierra, a los ríos o quemándolos en fuegos abiertos», denuncia Cottom. Un grave problema que se focaliza en el Sur Global. Según este inventario de la Universidad de Leeds, los países de ingresos medios y bajos generan menos desechos, pero la mayoría no se recogen o acaban en los vertederos. «India es el mayor contribuyente y gran parte no se recogen», advierten los autores del estudio. Según estos datos,India acumula una quinta parte del total de contaminantes plásticos con 9,3 millones de toneladas; le sigue Nigeria con 3,5 millones de toneladas; e Indonesia cierra el podio con 3,4 millones de toneladas. China, que anteriormente se consideraba el peor país, ahora ocupa el cuarto puesto, con 2,8 millones de toneladas, como resultado de las mejoras en la recolección y el procesamiento de residuos en los últimos años. A pesar de estar lejos de estos datos, España posee una tasa muy alta de envío de este tipo de residuos a vertederos , muy por encima de la media europea. Una asignatura pendiente que se suma a la incineración de estos residuos y «es la otra gran fuente de contaminación», revelan los investigadores de la Universidad de Leeds. Los resultados muestran que en 2020 se quemaron aproximadamente 30 millones de toneladas de plásticos (el 57% de toda la contaminación por plásticos) sin ningún tipo de control ambiental. «Esta solución conlleva amenazas «sustanciales» para la salud humana, incluidos defectos de desarrollo neurológico, reproductivos y congénitos», advierte la investigación. «Necesitamos comenzar a enfocarnos mucho, mucho más en abordar la quema a cielo abierto y los desechos no recogidos antes de que más vidas se vean innecesariamente afectadas por la contaminación plástica. No puede ser ojos que no ven, corazón que no siente», comenta el doctor Velis. Identificadas las fuentes principales de emisión y los estados más contaminantes, estos académicos esperan que este inventario sirva como referencia para medir la contaminación plástica. «Hemos encontrado mucha falta de datos y calidad del mismo durante la investigación», explican en el cuerpo de su trabajo. «Esperamos que esto sirva para que los responsables políticos puedan elaborar planes de gestión de residuos y recuperación de recursos», añaden. Además, advierten que el África subsahariana podría convertirse en la mayor fuente de contaminación plástica del mundo en las próximas décadas, porque muchos de sus países tienen una mala gestión de los residuos y se prevé que la población crezca rápidamente. «Si mejoramos la gestión básica de los residuos sólidos, podemos reducir enormemente la contaminación por plásticos y mejorar la vida de miles de millones de personas», aclara Cottom.