Un nuevo escándalo vinculado al narcotráfico salpica a la presidenta de Honduras

Llueve sobre mojado para el Gobierno de Honduras, presidido por Xiomara Castro . Dos de los funcionarios clave del Ejecutivo izquierdista y que, además, están emparentados con la presidenta -cuyo mandato se ha caracterizado por llenar las oficinas estatales de parientes y amigos- han presentado su denuncia en medio de un escándalo que los vincula con el narcotráfico. Se trata de Carlos Zelaya , secretario del Parlamento y diputado del partido oficialista Libertad y Refundación (Libre), y José Manuel Zelaya, ministro de Defensa. Ambos comparten apellido y parentesco. Carlos es hermano y José Manuel sobrino del expresidente hondureño Manuel Zelaya , derrocado en 2009, quien a su vez es esposo de la presidenta Castro. Las renuncias ocurren después de que Carlos Zelaya admitiera que se reunió con dos narcotraficantes que le ofrecieron dinero para su campaña. El escándalo se destapó el pasado sábado 31 agosto, después de que el ahora exdiputado Zelaya compareciera ante la Fiscalía y reconociera que en 2013 participó en una reunión con Juan Ramón Matta Waldurraga, hijo del narcotraficante Juan Ramón Matta Ballesteros, que desde 1990 cumple cadena perpetua en una cárcel de EE.UU. y funge como uno de los líderes de la banda narcotraficante Los Cachiros. El exdiputado dijo a la Fiscalía que la banda de narcotraficantes le ofreció dinero en la época electoral, pero aseguró que nunca lo recibió. Sin embargo, la joya de la corona ha sido un vídeo publicado por 'InSight Crime', un medio que investiga el narcotráfico en la región. El vídeo revela el momento en que aparece Zelaya, junto a los narcotraficantes de Los Cachiros, tratando sobre presuntos pagos al expresidente Manuel Zelaya Rosales para financiar la campaña electoral en 2005. El codirector y cofundador de 'InSight Crime', Steven Dudley, ha dicho a medios locales de Honduras que «la organización logró obtener el vídeo de forma legal, a través de una fuente que solicitó mantenerse en el anonimato». El vídeo fue grabado en el 2013, y hasta esta semana únicamente había circulado en el entorno judicial que ha estado involucrado en los procesos relacionados con narcotráfico en EE.UU. Dudley ha dicho al diario 'El Heraldo' que 'Insight Crime' «tiene la teoría de que personas cercanas a la misma presidencia alertaron al Gobierno, por lo que se adelantaron a denunciar el tratado de extradición con EE.UU., y también a hacer pública la renuncia de Carlos Zelaya y José Zelaya como funcionarios de Gobierno desde el pasado sábado 31 de agosto». La renuncia de los Zelaya se da en medio de otro escándalo relacionado con la eliminación del tratado de extradición con EE.UU. y supone un duro golpe para el Gobierno izquierdista. Es más, el escándalo que atraviesa ahora la Administración Castro podría arrojar nuevas aristas a la repentina decisión de la presidenta de anular el tratado de extradición que mantenía con la potencia americana, según analistas consultados. El pasado 28 de agosto, Castro ordenó la cancelación del tratado de extradición entre ambos países, por desavenencias entre ambas naciones, que llegaron al clímax tras la crítica que emitió la embajadora estadounidense en Honduras, Laura Dogu, quien calificó de «preocupante» un encuentro entre funcionarios hondureños y venezolanos. El ahora exministro Zelaya y Roosevelt Hernández, jefe de las Fuerzas Armadas hondureñas, se reunieron en Venezuela con Vladímir Padrino, ministro de Defensa venezolano y acusado por EE.UU de sostener estrechos vínculos con el narcotráfico sudamericano. Pero la ruptura de este tratado de extradición en el marco de las declaraciones del exdiputado que lo vincularían con una banda de narcotraficantes es vista ahora como un mecanismo de protección para la familia de la presidenta, puesto que, de ser procesado y hallado culpable Carlos Zelaya de vínculos con el narcotráfico, no podría ser extraditado a EE.UU. De hecho, dado que Castro controla las fiscalías y tiene mucho poder dentro del sistema de Justicia, es posible que su cuñado ni siquiera sea investigado.