La Piedad del Baratillo vive su primer día de gloria antes de la coronación

El Arenal se ha anticipado al próximo Miércoles Santo y ha vivido este sábado un día para la gloria. Bajo un cielo plomizo más propio ya del otoño, el barrio se ha engalanado para la salida procesional de la Virgen de la Piedad del Baratillo , que será coronada en la Catedral el próximo 14 de septiembre. Una media hora antes de que se abrieran las puertas de la capilla, la alegre música de la Banda del Sol ha inundado las calles aledañas con la complicidad de unos vecinos que sabían que esta iba a ser una jornada muy especial. Más tarde, el sonido de la espadaña preludiaba lo inevitable, es decir, el reencuentro de Nuestra Señora de la Piedad y del Santísimo Cristo de la Misericordia con Sevilla tras una Semana Santa como la pasada que fue quebrada por la lluvia. En la calle Adriano, cientos de fieles han esperado con devoción hasta que el paso de misterio ofreciera señales de movimiento en el interior de la iglesia . En esos instantes, el tiempo se ha ralentizado segundo a segundo a la espera de que la Madre volviera a mostrar a su Hijo muerto y desnudo en su regazo. Tras la cruz de guía, las distintas insignias de la hermandad han ido desfilando mientras el paso se mostraba estático y majestuoso hasta que por fin ha salido hacia las 20.35 horas, ya bajo un cielo con tonos dorados totalmente despejado y con los acordes de la marcha 'Bendición'. Sin solución de continuidad, la hermandad ha avanzado con parsimonia. Los músicos del Sol han ido interpretando un repertorio clásico de marchas , sin estridencias, algo que se está perdiendo en los últimos tiempos. El misterio ha continuado su camino hasta uno de los puntos clave de la noche, el arco del Postigo. Ante un público numeroso que hacía difícil que la procesión siguiera su trayecto, el capataz de la Piedad del Baratillo, José Manuel Valenzuela , ha anunciado que iban a realizar una chicotá al estilo antiguo acompañada sólo a toque de tambor y ha pedido por las personas enfermas de la corporación. Otro de los momentos más vistosos en el Postigo ha sido cuando la Banda del Sol ha tocado 'Las lágrimas de San Pedro' junto a la casa de Rogelio Gómez 'Trifón' , que fue quien ha recuperado la tradición de interpretar esta música todos los años desde el campanario de la Giralda. Un ciego que vive encima de la administración de loterías del Arenal estaba en su casa con la balconera de su Virgen. Tras esa parte del recorrido llena de estrecheces, el misterio ha transitado por espacios más holgados, como la calle Tomás de Ibarra, en donde se halla el monumento que hace un año y medio se inauguró en homenaje a Francisco Palacios 'El Pali' , un baratillero de pro que en una noche tan mágica como esta sin duda le hubiera manifestado su profunda fe a la Virgen de la Piedad y al Cristo de la Misericordia. El paso de misterio, que en esta ocasión ha optado por usar cirios de color blanco en vez del tradicional tono azul, ha llegado hasta los aledaños del Archivo de Indias y del Real Alcázar. En esas zonas más amplias numerosos turistas han podido disfrutar de la que es la primera gran procesión de la temporada cofrade sevillana. Así ha continuado la comitiva avanzando sin prisa pero sin pausa mientras los músicos no han dejado de regalar a los sevillanos un vistoso repertorio de marchas. Antes de llegar a la Puerta de los Palos, los costaleros han dado la vuelta al misterio para que los fieles pudieran ver de frente a la Virgen de la Piedad y al Cristo de la Misericordia en la que ha sido otra de las grandes estampas de la jornada. Acto seguido, el paso ha ido acercándose con parsimonia hasta el dintel de la puerta con la marcha 'Reina del Baratillo' . Tras bajarse la cruz, la entrada en la Catedral ha sido un poco antes de las 23 horas, es decir, una media hora más tarde de lo previsto. Ahora quedan por delante cinco días llenos de cultos hasta que el próximo 14 de septiembre se organice la misa de la coronación y la posterior procesión triunfal que llevará a la Virgen de la Piedad hasta el barrio de Triana antes de regresar a su templo.