España inició a lo grande la fase de grupos de la Copa Davis, con dos victorias redentoras ante la República Checa que dejan a la vista las Finales del próximo mes de noviembre en Málaga. Venció Roberto Bautista , en su mejor versión de esta temporada, y lo hizo Carlos Alcaraz , beneficiado por la lesión de su rival, que le ganó el primer set antes de desplomarse físicamente. El murciano, que apenas dejó unos destellos en el regreso, al menos ha cambiado el gesto torcido que le acompañó en la gira americana. Ese nubarrón que descargó sobre él ira y frustración nunca vistas en su joven carrera. Pero para recuperar la mejor versión de Alcaraz aún falta. Se impuso al número uno checo, Thomas Machac, en el segundo duelo de la eliminatoria, ya con España mandando en el marcador, pero dejó dudas sobre su capacidad para solventar situaciones de crisis. En el duelo coincidían dos medallistas olímpicos en París. Alcaraz, plata en individuales. Machac, oro en dobles mixtos junto a su compatriota Katerina Siniakova. Más allá de eso, las carreras de ambos transitan de momento por derroteros distintos. El español suma cuatro títulos de Grand Slam y llegó al número uno mundial antes de alcanzar la veintena. El checo, 23 años, aún persigue su primer éxito en el circuito. Este año lo tuvo cerca. Eliminó a Novak Djokovic en las semifinales de Ginebra, pero cayó en el partido decisivo ante Casper Ruud. En ello está. El arranque de Alcaraz fue errático, a tono con su rival. Inconsistentes ambos al servicio y con demasiados errores y prudencias en sus golpes. Al murciano se le notaban demasiado las ganas por brillar en casa y cometía excesos. Tras penar en Cincinnati y Nueva York, desde que llegó a Valencia no le ha abandonado la sonrisa, esa es la verdad. Se le ha visto disfrutar de los entrenamientos y bromear con sus compañeros tanto como celebrar esta competición tan cerca de casa. «Estos días han sido muy positivos. Hay un gran equipo, nos llevamos muy bien y eso ayuda», dijo después de su triunfo, ya sueltos los nervios y la tensión. Ante Machac tardó en carburar. No fue hasta el sexto juego cuando se le vio levantar el puño a gusto, justo después de un globo y una dejada de las suyas. Pero esos detalles de calidad no bastaban ante un Machac que encontró en su saque el modo de hacer daño al número tres del mundo. Su martillazo, esquinado y con efecto, resultaba indescifrable para el de El Palmar, y permitió llevar esa primera manga al alargue del tie-break. Allí se corroboraron las dudas que aún pululan por la mente de Alcaraz, incapaz de resolver a su favor tras verse con tres bolas de set en contra. Pero Alcaraz aún no había dicho la última palabra, ni mucho menos. En el segundo set elevó el nivel y trabajó cada punto para mantenerse en la pelea. En el cuarto juego se ganó el primer break con una dejada inverosímil que Machac recibió como un puñetazo al mentón. Fue el momento en el que la balanza se decantó a favor del español. Machac, además, se quejó de molestias en el gemelo en el juego siguiente, y se dejó ir hasta el 6-1 final. No hubo oportunidad de más, porque el dolor en las piernas de Machac fue a más, y el checo tiró la toalla antes de acabar el primer juego de la manga definitiva. Alcaraz fue el primero en aplaudir a su rival por el esfuerzo. «No es la manera que quiero ganar -reconoció después ante las cámaras de televisión-. El partido de hoy era especial, quería hacerlo bien. Sentí la presión de ser el número uno del equipo en el primer set, pero sabía que tenía que estar ahí, darlo todo. En el segundo set he estado fuerte mentalmente, y ponérselo difícil al inicio creo que a él le ha pasado factura». La eliminatoria le tocó abrirla a Roberto Bautista. El castellonense, el más veterano del equipo español, fue el héroe de la última Davis conquistada por España, en 2019. Compañero entonces en individuales de Rafa Nadal , se impuso en el primer partido de la final a Felix Auger-Aliassime y allanó el camino para que la selección levantará la sexta Ensaladera. Hoy, el número dos español (62 del ranking mundial) no pasa su mejor momento. Como mejores resultados de la temporada solo puede presumir de unos cuartos de final en Mallorca y Hong Kong, dos ATP 250, al margen de la sorprendente cuarta ronda que alcanzó en Wimbledon. Con 36 años está en el tramo final de su carrera, y sin embargo ante Jiri Lehecka pareció el mismo que llegó al 'top ten' hace ahora cinco años. Tuvo un inicio dubitativo, sí. Con un primer break en contra del checo a las primeras de cambio que hizo temer lo peor. Pero fue un espejismo. Bautista metió la directa para sumar doce de los siguientes trece puntos y dar la vuelta al marcador (3-2). Ya nunca más jugaría con el marcador en contra. En el siguiente juego, eso sí, desperdició dos bolas de break que hubiesen acelerado el desenlace, pero siguió dominando con otro juego en blanco con su servicio. Lehecka, 22 años y semifinalista en abril en el Mutua Madrid Open , resistía a base de aces (sumó seis en ese primer asalto) hasta conseguir llevar el set al tie-break. Allí volvió a emerger el Bautista arrollador, encadenando un punto tras otro hasta disponer de seis bolas de set. Solo necesitó dos. Hizo falta ese primer tie-break a favor para que el público se volcase completamente con su selección, para que en La Fonteta se empezase a respirar el ambiente de la auténtica Copa Davis. En ese ambiente, tan pleno ya después con Alcaraz, se disputó un segundo set en el que se evidenció que en este tipo de partidos importan más las emociones que el ranking. Lehecka adoleció de dureza mental cometiendo a cada poco errores groseros que le costaban puntos y le minaban la moral. Del otro lado, Bautista demostraba una fortaleza propia de quien ya ha vivido decenas de batallas como esa. Sólido desde el fondo de la pista y efectivo en sus golpes ganadores. Dos dobles faltas del checo en el tercer juego dieron la primera ventaja en el set al español y sacaron del partido a Lehecka, que ya no supo recuperarse y se acabó rindiendo en una hora y 48 minutos. Esta primera eliminatoria le tocará cerrarla al dobles, en el que estaba previsto inicialmente que participase Alcaraz junto a Marcel Granollers. El 2-0 en los individuales podría hacer cambiar de idea a David Ferrer, capitán del equipo español.