La Unión Europea ha decidido hacer permanentes los aranceles al coche eléctrico importado desde China , una medida que impuso de manera provisional en julio para compensar los subsidios ilegales de Pekín a sus productores. Los expertos de los Estados miembro estaban convocados a las 10:00 horas hoy en Bruselas para someter a votación la propuesta de la Comisión Europea de alargar los aranceles durante cinco años; aunque Bruselas no cierra la puerta al diálogo con Pekín e insiste en que aún con la luz verde para la sanción pueden continuar las negociaciones en paralelo y revertir la medida si se corrige la competencia desleal. La decisión se ha tomado a pesar de la división de opiniones entre los estados. Alemania, que era la gran incógnita, confirmó hace unas horas que se posicionaría en contra y así lo ha hecho. Después de una prolongada disputa en el seno de la coalición de gobierno, formada por socialdemócratas, liberales y verdes, el canciller germano Olaf Scholz ha hecho uso de su poder político y ha resuelto que Alemania vote en ese sentido. Después de haberse abstenido en una votación anterior, el ministro de Finanzas y líder del Partido Liberal (FDP), Christian Lindner, había recomendado a sus socios verdes en el gabinete, la ministra de Exteriores Annalena Baerbock y el ministro de Economía Robert Habeck, que los dos podrían ir juntos a una reunión de trabajo de BMW para ver qué tan bien se reciben allí las políticas de Los Verdes. Scholz, por su parte, ha valorado el hecho de que Alemania está aislada en Bruselas como un duro oponente a los aranceles compensatorios. También ha influido, sin duda, el hecho de que el FDP esté amenazando con abandonar la coalición de gobierno, lo que pondría fin de forma adelantada a la legislatura. El canciller germano pidió en un discurso en Berlín el miércoles que continúen las negociaciones con China sobre los vehículos eléctricos y que la Comisión Europea "tome finalmente medidas allí donde las importaciones chinas baratas realmente están dañando nuestra economía, por ejemplo con el acero". Anteriormente, también hizo valer su autoridad cuando la compañía naviera estatal china Cosco se unió a una de las cuatro compañías operativas del puerto de Hamburgo, ignorando las objeciones de los socios de la coalición. España, por su parte, y a pesar de haber apoyado la medida provisional en junio, ha sorprendido con su abstención ya que los recientes cambios de opinión en este asunto hacían prever un voto en contra. En declaraciones esta mañana en el Foro La Toja, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha defendido el voto abstencionista diciendo que es « coherente» con la posición del Gobierno, que no es otra que «intentar reforzar la negociación hacia adelante» entre Europa y el Gigante Asiático para sacar adelante una solución «negociada y acordada entre las partes». «Más allá de la imposición de aranceles tenemos que seguir avanzando en esta negociación puesto que es importante proteger a un sector tan estratégico como el automóvil, y hacerlo evitando una escalada de medidas comerciales que puedan ser perjudiciales para todos», ha enfatizado el ministro, a la vez que ha recordado que la industria automotriz española es la segunda de Europa. Precisamente, y como ya se ha dicho, el presidente Sánchez estuvo a favor de la medida cuando era provisional, pero durante su viaje a China el pasado mes de septiembre dijo estar « reconsiderando » su posición y llamó a otros estados miembros a hacer lo mismo para evitar una guerra comercial «que no beneficiaría a nadie». Hay que recordar que los aranceles extras se sumarán a los del 10% que ya se aplican a la entrada de estos productos en el Viejo Continente. Se traducen, en lo que se refiere a los principales fabricantes, en un 17,4% por la compra de la marca BYD, del 19,9% para Geely y del 37,6% para SAIC.