Su presencia destacaba sobre el resto de sus compañeras. Tanto que cuando pisaba las pasarelas se hacía el silencio. Los allí presentes quedaban atónitos. Pronto, se convirtió en la primera modelo con raíces africanas en protagonizar portadas de revistas de renombre a nivel mundial como 'Vogue' o 'Time'. Sin embargo, la vida de Naomi Campbell no ha estado exenta de escándalos que han mermado, considerablemente, la percepción de sus acérrimos sobre su persona. Hace unos días, la Charity Commission del Reino Unido prohibió a la conocida como 'diosa del Ébano' ser fideicomisaria de una organización benéfica durante los próximos cinco años. Una decisión que llega después de que en una investigación se descubriera que 'Fashion For Relief' -organización benéfica que fundó la maniquí en 2005- había donado una parte ínfima de los fondos recaudados, que se cuentan en millones, para causas humanitarias y medioambientales. Corría el 2005 cuando, tras el paso del huracán Katrina, Campbell creó 'Fashion for Relief', organización sin ánimo de lucro cuyo objetivo era que la industria del modelaje se uniera en actividades solidarias. No obstante, lo que empezó como una aclamada iniciativa se ha convertido en su peor pesadilla. Y es que, los expertos en auditorías financieras para ONGs emitieron, el pasado 26 de septiembre, un escrito que ha hecho correr ríos de tinta. Tras tres años de investigación, determinaron que sólo el 8,5% del dinero recaudado fue destinado a subvenciones benéficas. El restante se utilizó para gastos personales de la modelo y de otros fideicomisarios. Así, según explican en el comunicado, los años que comprenden entre el 2016 y el 2022 se gastaron hasta dos millones de euros en hoteles de lujo, tratamientos de spa, vuelos privados y cigarrillos. «Como resultado de sus hallazgos, que incluyeron múltiples casos de mala conducta y/o mala administración, la Comisión tomó medidas para descalificar a tres personas de la tutela - Bianka Hellmich por nueve años, Naomi Campbell por cinco años y Veronica Chou por cuatro años-», reza parte del documento. Ante el revuelo mediático, la modelo dio un paso al frente y aseguró que no era conocedora de las irregularidades financieras de 'Fashion for Relief'. También se mostró «profundamente preocupada» por las deducciones de Charity Commission y aseguró que había delegado el control de la organización benéfica en otra persona: «Lo puse en manos de un empleado». Además, aseveró que iba a encargar una investigación particular para «averiguar qué y cómo pasó, y demostrar que todo lo que hago y cada céntimo que he recaudado va a la caridad». Aún así, la indignación pública no cesó. Parte de sus seguidores mostraron, vía redes sociales, su decepción y descontento. «Robando el dinero que va para las fundaciones es lo más bajo que uno puede hacer», «esta señora, ¿no debería estar funada?» y «siempre involucrada en problemas», son algunos de los comentarios que pueden leerse su muro de Instagram. Esto se traduce en que en una semana haya perdido miles de seguidores en esta red social. Esta episodio en la vida de Campbell ha dejado una profunda huella en su legado después de haber conseguido dejar atrás un pasado complicado. Y es que, hubo una época en el que el nombre de la maniquí copaba titulares en la prensa internacional por sus conductas. Incluso, en más de una ocasión, tuvo que disculparse públicamente por sus actos violentos. La primera vez fue en el 2000 cuando se declaró culpable de haber agredido, dos años antes, a su asistente Georgina Galanis . Así, tuvo que acudir a sesiones de terapia para moderar su violencia. Aunque de poco sirvió ya que después acumulo otras acusaciones de agresión. En 2005, fue demandada por su entonces asistente, Amanda Brack , por propinarle una bofetada y tirarle un móvil en la cabeza. Después, la actriz Yvonne Sciò denunció que la maniquí le había pegado un puñetazo. «Parecía Mike Tyson », deslizó. Señalar que décadas antes, el boxeador y la modelo fueron novios. También agredió a su ama de llaves, Ana Scolavino , con un teléfono móvil. Respecto al último escándalo, se declaró culpable de la agresión y fue castigada con cinco días de servicio comunitario, a abonar las facturas médicas y obligada a acudir a otro curso para controlar su furia. Aunque, como antaño, volvió a las andadas. En abril de 2008, agredió a dos policías en el aeropuerto de Heathrow, Londres, y la condenaron a 200 horas de servicio comunitario. «Soy humana. Cometo errores. No los niego. Me siento avergonzada por muchos de ellos. No estoy orgullosa de las cosas que he hecho», llegaría a confesar unos años después. Ahora, son muchos los que se preguntan si Naomi Campbell logrará recuperarse de este golpe en su carrera y reputación.