La policía ha frustrado un tercer intento de asesinato contra Donald Trump en esta campaña electoral, esta vez en el Valle de Coachella, California, según informó este domingo el Departamento del Sheriff del Condado de Riverside. A diferencia de los incidentes anteriores, el sospechoso no llegó a apuntar hacia el candidato , ya que fue interceptado mientras intentaba ingresar al mitin con armas y un pase VIP falso. El detenido, identificado como Vem Miller, un residente de Las Vegas de 49 años , fue sorprendido en posesión ilegal de una escopeta, una pistola cargada y un cargador de alta capacidad. Fue arrestado en un todoterreno negro sin incidentes y trasladado a un centro de detención, acusado de posesión ilegal de armas. Ha pasado a disposición judicial. Este arresto no afectó la seguridad de Trump ni la de los asistentes. El expresidente intervino en el mitin del sábado sin contratiempos, protegido por una mampara antibalas, una medida que ha sido habitual desde el intento de asesinato en julio, cuando una bala le rozó la oreja, salvando su vida por apenas unos milímetros. En el mitin, Trump afirmó ser víctima de incitación a la violencia por parte de los demócratas . «Dos veces han intentado matarme», dijo en su discurso. Este intento se suma a dos ataques anteriores: en julio, en Butler, Pensilvania, y en septiembre, en Palm Beach, Florida. En el primer incidente, un francotirador disparó contra Trump desde un edificio cercano, rozándole la oreja antes de ser abatido por los agentes del Servicio Secreto. En ese ataque, un asistente al mitin, el bombero Corey Comperatore, murió protegiendo a su familia . El agresor, Thomas Crooks, murió por disparos del Servicio Secreto. En el segundo caso, Ryan Routh fue arrestado mientras intentaba disparar a Trump con un rifle desde un matorral que rodeaba un campo de golf en West Palm Beach, cerca de donde reside el candidato en su mansión de Mar-a-Lago. Crooks, en el primer ataque, era un votante republicano y no han trascendido sus motivaciones en la investigación. En cambio, Routh, detenido en el segundo ataque, era un demócrata que había viajado a Ucrania para apoyar al país en su guerra contra Rusia, aunque no llegó a tomar armas. En redes sociales, Routh acusaba a Trump de proteger y apoyar a Rusia en ese conflicto. La campaña de Trump ha solicitado un aumento en las medidas de seguridad debido a las crecientes amenazas, incluyendo las de Irán, que lo ha marcado como objetivo tras el asesinato del general Qassem Soleimani en 2020. Entre las solicitudes hechas la pasada semana se incluyen el uso de aeronaves militares y mayor protección por parte del Servicio Secreto, una demanda que la Casa Blanca aceptó rápidamente. El presidente Joe Biden aseguró el sábado, durante un viaje a Florida, que el Departamento de Seguridad Nacional tiene la orden de proporcionar todo lo necesario para la protección de Trump. Los intentos de asesinato de presidentes no son nuevos en la historia de Estados Unidos. El asesinato de John F. Kennedy en 1963 y el intento contra Ronald Reagan en 1981 son algunos de los casos más conocidos, y ambos obligaron al Servicio Secreto a realizar investigaciones internas. Estos incidentes han llevado a reforzar las medidas de seguridad en torno a los presidentes en activo y retirados, especialmente en tiempos de profunda división política. En el mitin de julio, Trump estaba expuesto, sin protección ante edificios circundantes. Tan poco preparada estaba la seguridad que el Servicio Secreto no reaccionó ante las quejas de los asistentes, quienes señalaron que había un hombre armado en un tejado. Este grave fallo ha llevado al Capitolio a investigar el incidente , y la directora del Servicio Secreto, Kimberly Chester, dimitió 10 días después de lo ocurrido. Trump endureció las sanciones a Irán y retiró a Estados Unidos del acuerdo nuclear con ese país. En enero de 2020, ordenó un ataque con un misil que mató al general Qassem Soleimani durante una visita a Bagdad. Soleimani era el responsable de las brigadas iraníes que operaban en el exterior, y que participaron en ataques contra soldados estadounidenses en Irak. Recientemente, la inteligencia de EE.UU. descubrió que Irán tenía planes de atentar contra Trump para impedirle volver a la Casa Blanca. Hasta el momento, no se han encontrado conexiones entre la República Islámica y los intentos frustrados de asesinato durante esta campaña. Trump ha estado haciendo mítines en bastiones demócratas, como California. En el mitin del sábado, la prensa y los portadores de entradas VIP fueron dirigidos a través de varios puntos de control, supervisados por agentes de la policía estatal y local. Al llegar a una amplia zona abierta, se les pidió que abrieran los capós y maleteros de sus vehículos, los cuales fueron registrados por oficiales con perros K-9 , según informó un reportero de la agencia AP presente en el lugar. Los asistentes con entradas generales fueron llevados a un punto a unos 5 kilómetros del mitin, donde abordaron autobuses que los transportaron hasta el lugar del evento. Este despliegue de seguridad subraya la creciente tensión y los riesgos que enfrenta Donald Trump mientras continúa su campaña en medio de un clima de fuerte polarización política en el país.