Meteorólogos han coincidido en señalar, en declaraciones a Europa Press, que el cambio climático está intensificando los huracanes al incrementar la temperatura del Atlántico. Si bien han reconocido que es improbable que a España llegue alguno, sí que han apuntado que borrascas postropicales como Kirk , que azotó el país la semana pasada, podrían llegar a ser más frecuentes. El portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Rubén del Campo, ha explicado que se ya preveía que esta temporada de huracanes fuese activa, sobre todo debido a las altas temperaturas del Atlántico y a un dinámico «monzón africano» que, según palabras del experto, sirve de germen para los futuros ciclones tropicales una vez que las perturbaciones salen del continente y penetran en el océano. Asimismo, Del Campo ha detallado a Europa Press que se esperaba el surgimiento del fenómeno de La Niña , que produce un enfriamiento a gran escala de las aguas superficiales de las partes central y oriental del Pacífico ecuatorial, además de otros cambios en la circulación atmosférica tropical. Este proceso favorece un régimen de vientos con escasa cizalladura, es decir, con poca variación en intensidad y dirección con la altitud, y eso favorece la organización de los huracanes. Sin embargo, ha indicado que aunque La Niña se está retrasando y prevalecen condiciones neutras, en las últimas semanas la cizalladura es débil. En lo que respecta a España, ha avisado de que «ahora mismo» no está previsto que otro ciclón tropical pueda evolucionar a borrasca y alcanzar latitudes españolas tras Kirk. Aún así, ha puntualizado que esto es algo relativamente frecuente y que sucede muchos otoños. El paso de la borrasca Kirk por España ha causado múltiples incidencias, muchas en el norte del país. Por ejemplo, en Galicia ha provocado un total de 1.322 incidencias, la mitad de ellas concentradas en la provincia de Pontevedra, fundamentalmente por carreteras cortadas, desprendimientos e inundaciones provocadas por los vientos de hasta 150 kilómetros por hora y las lluvias que, en algunos puntos, superaron los 90 litros por metro cuadrado. Por su parte, la meteoróloga de Eltiempo.es, Mar Gómez, ha recalcado en declaraciones a Europa Press que «está ocurriendo lo que llevamos viendo desde hace un tiempo» pues, «en un mundo que se está calentando», hay aguas «cada vez más cálidas que alimentan el combustible de los huracanes». «Podemos decir que el cambio climático está manifestándose ya y la tendencia es que veamos no más número de huracanes, sino huracanes de mayor categoría, más devastadores y más poderosos, como por ejemplo ha sido Milton», ha advertido. En lo que respecta a España, ha admitido que no se espera que lleguen huracanes como tal y, aunque pudiese ocurrir, serían de categoría menor, ya que estos sistemas «normalmente pierden las características tropicales al ascender de latitudes porque no se encuentran con esas aguas tan cálidas que tienen en el trópico». En cualquier caso, ha vaticinado que será «más frecuente en el futuro» la llegada de restos de huracanes a Europa convertidos en depresiones postropicales o extratropicales. Mientras, el experto en cambio climático y portavoz de Greenpeace, Pedro Zorrilla Miras, ha recordado en declaraciones a Europa Press la relación entre el cambio climático, el aumento de la temperatura del mar y la intensificación de los huracanes. Por su parte, desde la ONG vinculan este recrudecimiento con los responsables de «la principal causa del cambio climático, que es la concentración de CO2 por la quema de combustibles fósiles». De cara a las próximas cumbres internacionales, Zorrilla ha señalado que tienen «esperanzas» de que se tome alguna medida sobre el aumento de impuestos a las petroleras y que, de hecho, están trabajando «intensamente» para conseguirlo en la COP29 de Azerbaiyán de noviembre. En lo que concierne a España, la ONG espera que el país aumente los impuestos verdes. Además, Zorrilla ha propuesto como demanda concreta que se mantengan los impuestos extraordinarios que se impusieron durante la crisis por la guerra de Ucrania, que se alarguen y transformen en permanentes y que se vinculen a esta financiación climática.