Volvió el Sevilla de Barcelona goleado, con tres jugadores lesionados y la certeza de que su nivel competitivo se divide en tres escenarios: el imposible (plantarle cara a la élite), el a pelear (sumar lo que se pueda con similares) y el obligatorio (ganar a los parias para evitar convertirse en uno de ellos). Todo lo que no sea asumir que los buenos tiempos pasaron y tardarán mucho en regresar se convierte en utópico, atípico, esópico, ciclópico, psicotrópico y si me apuran hasta quiméricamente edípico, si incursionamos en lo accionarial. Ejuke, con la lesión de moda, los isquiotibiales, tardará en reaparecer; no se sabe muy bien si más o menos que Fabrice Pastor, convertido en los últimos tiempos en un...
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