Cuanto más lejos mejor. Las políticas que limitan la apertura de nuevos restaurantes de comida rápida pueden ser una herramienta efectiva para reducir la obesidad infantil, especialmente en comunidades desfavorecidas. Diversos estudios sugieren que estas restricciones ayudan a disminuir el acceso a alimentos poco saludables, lo que reduce la prevalencia de sobrepeso y obesidad entre los niños. Ahora lo subraya un estudio de la Universidad de Lancaster (Reino Unido) que ha visto que las políticas de planificación que restringen la apertura de nuevos establecimientos de comida rápida podrían reducir los índices de obesidad infantil. El estudio, publicado en la revista ' Obesity ', se llevó a cabo en el noreste de Inglaterra, específicamente en el distrito de Gateshead , donde el Ayuntamiento implementó una política para impedir que cualquier propiedad comercial existente se convirtiera en un establecimiento de comida rápida para llevar. Los investigadores utilizaron datos del Gobierno Británico, incluyendo el peso de los niños del Programa Nacional de Medición Infantil , calificaciones de higiene alimentaria de la Agencia de Normas Alimentarias , y medidas de privación y población de la Oficina de Estadísticas Nacionales . El estudio comparó los diferentes barrios de Gateshead con otras áreas del noreste, observando que no hubo cambios significativos en la obesidad infantil en términos generales. Sin embargo, en los barrios más desfavorecidos, donde había una mayor concentración de locales de comida rápida, se encontró una reducción estadísticamente significativa en la prevalencia de sobrepeso y obesidad infantil. La investigadora Heather Brown, profesora de la Facultad de Salud y Medicina y autora del trabajo, considera que «si las políticas de planificación son estrictas, como las de Gateshead, podrían contribuir significativamente a la reducción de la obesidad infantil, especialmente en comunidades desfavorecidas, lo que ayudaría también a reducir las desigualdades en salud ». La restricción de la apertura de restaurantes de comida rápida puede influir en la reducción de la obesidad infantil por varias razones clave, escriben los investigadores. Así, añaden, al haber un menor acceso a alimentos poco saludables, se reduce el acceso fácil y frecuente a este tipo de alimentos, lo que disminuye el consumo de opciones menos saludables en la dieta de los niños. Además, se aleja la influencia en las decisiones alimenticias poco saludables, ya que la comida rápida es atractiva por su conveniencia, bajo coste y campañas de marketing dirigidas a niños y familias. Los barrios más desfavorecidos suelen tener una mayor densidad de locales de comida rápida y, a su vez, mayores tasas de obesidad infantil. Las restricciones reducen esta oferta desproporcionada y ayudan a equilibrar el acceso a alimentos más nutritivos, lo que puede mitigar las desigualdades de salud relacionadas con la obesidad. Por último, al crear barreras a la expansión de la comida rápida , se promueve un entorno que apoya el acceso a alimentos más saludables, lo que incentiva la educación nutricional y hábitos alimenticios más sostenibles en las familias. Alice Wiseman , directora de Salud Pública de los ayuntamientos de Gateshead y Newcastle, señala: «Crear entornos que promuevan el acceso a alimentos saludables es una de las mayores misiones de salud pública de nuestra generación. Es alentador ver cómo políticas de planificación sólidas pueden contribuir a comunidades más saludables».