Granada es conocida no sólo en España sino mundialmente por sus vistas, algo que remite de forma evidente a la existencia de miradores porque esos sitios, como todo el mundo sabe, reciben tal nombre debido a que desde allí se divisan fantásticos panoramas. Ponerse a enumerar los miradores de Granada o tratar de establecer una clasificación en función de la excelencia del excelente paisaje que se puede contemplar es una tarea difícil y que tampoco lleva a ningún lado , porque a fin de cuentas todo va por gustos. En esto, como en todo, la objetividad no existe. El de San Nicolás es el más conocido, eso seguro, pero es probable que muchos prefieran otro sitio más recogido y en el que se puedan solazar un rato sin recibir los codazos de otros miles de visitantes que quieren arrebatarles el sitio. El del Carmen de la Victoria no le va a la zaga, pero no es del todo público y el acceso está limitado. Y así sucesivamente. Pero es que tampoco hay que ir específicamente a un mirador para contemplar maravillas en Granada. Para suerte de sus muchos visitantes, están por todas partes, si bien es verdad que hay puntos calientes, por así llamarlos; lugares donde se encuentran por todas partes. Y en ese terreno es bastante posible que el barrio del Albaicín se lleve la palma. En la Plaza de la Victoria , junto a la calle de San Juan de los Reyes –paralela, justo por encima, de la Carrera del Darro , también llamado Paseo de los Tristes - el visitante tiene un sitio para explayarse. En el Aljibe de Trillo , donde hay un restaurante llamado Carmen del Agua, también. «Tú vas andando por la calle y te vas encontrando unas vistas tremendas», resume un usuario de la red social Tik-tok que no sale de su asombro mientras pasea por el barrio, en concreto por la mencionada Plaza de la Victoria. Igual no sabe que muy cerca está la Plaza de Los Carvajales , que no es exactamente un mirador pero cumple idéntica función. Tampoco le pilla nada lejos la Placeta Nevot , donde hay señalizado un (falso) helicóptero también digno de ver. O que si se planta en la otra punta del barrio dará con el Carril de la Lona, que no tiene vistas a la Alhambra pero sí ofrece los atardeceres más largos y cautivadores. Fue a ese sitio al que se refería el expresidente estadounidense Bill Clinton cuando habló de lo impresionado que quedó cuando vio Granada por primera vez. Aunque luego igual no se supo explicar bien, o no lo entendieron, y cuando volvió ya como mandatario lo llevaron a San Nicolás. Él no tuvo que estar tan rodeado como el turista medio, eso también es verdad. Y camino del Sacromonte, en la Carretera de Murcia, también hay casas privilegiadas desde la que se divisa no ya la Alhambra sino toda la ciudad y hasta la Vega que la circunda. Es conocida como el Mirador de Rolando , aunque tampoco sea un mirador, y data del siglo XVII. Sus dueños son afortunados, no cabe duda, pero quienes no quieran tenerles envidia, que piensen que salir allí a tomarse un refresco y sentirse tan observado igual no es el paraíso.
