Mucho ha cambiado el consumo audiovisual desde que todos los miembros del hogar, desde el más joven al más mayor, se sentaban frente a la TV para ver series o concursos. Es un hecho que ahora el formato de ' compartir ocio en familia ' ha pasado a convertirse en un ejercicio de soledad con muchas particularidades, y más si hablamos del público adolescente. Esta es la piedra angular del estudio 'Los adolescentes y los jóvenes en el cine y las series de TV en 2023', presentado hoy y realizado por The Family Watch (TFW), en colaboración con la Fundación Methos Media . En ese sentido, advierte María José Olesti, directora general de TFW, «es importante analizar que el formato de visualización suele ser de manera individual, lo que cambia el concepto de 'ver en familia', para convertirse en un ejercicio de individualismo ». De hecho, cabe destacar que la gran mayoría de los jóvenes reconocen que consumen las series y películas a través del smartphone (7 de cada 10 así lo dicen), a continuación lo hacen en Smart TV. Se trata, corrobora Carmen Llovet, investigadora de Innomedia en la Universidad Nebrija, y una de las autoras del estudio, «de la denominada 'generación de la impaciencia', que quiere consumir de la manera más cómoda posible y con la mayor brevedad, de ahí que quieran ver series y películas de una menor duración, con capítulos que apenas llegan a los cuarenta minutos». El estudio ha analizado cómo son representados los jóvenes (de la denominada Generación Z), en las series y películas más vistas en el año 2023 en plataformas como Netflix, Movistar +, o Amazon Prime. Así, a pesar de que estamos analizando las series y películas que más han visto los jóvenes, sólo el 10% de ellos forma parte de dichos productos televisivos. Esto refleja que ellos no necesariamente buscan identificarse en los personajes. De los cincuenta personajes analizados el 38% no se conoce cómo es su relación con sus familias, mientras que la familia biparental con hijos es la más representada 18%, seguida de la Familia reconstruida 10% y la Familia numerosa 10%. De hecho en el análisis realizado, prosiguen desde TFW, «resulta sorprendente que las referencias a las familias sean apenas inexistentes en los productos más consumidos por los jóvenes, y en el caso de que aparezcan relaciones familiares, sea de forma negativa, para justificar traumas en la actualidad. Sin embargo -matiza Llovet.-, en las series se promueve el respeto y las relaciones familiares como vía para compartir problemas. La amistad y el amor están por encima de las relaciones familiares». En ese sentido, prosigue Olesti, «tiene aún más importancia que la calificación de las series y películas sea acorde con las edades reales, ya que en muchas ocasiones dicha calificación no se corresponde con la realidad, y esto es algo que preocupa a los padres. Para Gema López, profesora en la Universidad Europea y una de las autoras del informe, hay que tener en cuenta que «la adolescencia es una edad muy delicada en la que los jóvenes construyen su autoestima y autoimagen. Si los adolescentes que aparecen en las series están interpretados por actores adultos ya desarrollados, los jóvenes espectadores pueden tener una imagen distorsionada de lo que es un cuerpo adolescente. Eso puede fomentar la aparición de complejos». Esto, remarca Carmen LLovet, «debería llevar a reflexión que los jóvenes en España elijan ver series que no les representan ni en edad, ni en situación socioeconómica, como si las series fueran la nueva estrategia aspiracional». También resulta curioso, señala Rafael Carrasco, profesor e investigador en redes en la Universidad Complutense de Madrid: «llama la atención que en la red social X los comentarios sobre series y películas españolas se refieren a los intérpretes, mientras en las americanas se usa el nombre de los personajes. Es decir, las personas que ven series anglosajonas mencionan a los personajes, mientras que cuando hablan de series españolas se refieren a los intérpretes por su nombre real. Eso nos lleva a entender que las acciones que realizan estos actores en su vida pública trascienden más allá». Por esto mismo, señala la directora general de The Family Watch, «el papel de la familia como principales educadores de sus hijos, adquiere aún más importancia, puesto que deben tratar de fomentar el que los productos audiovisuales se sigan visualizando en conjunto, ya que esto servirá para mejorar la comunicación en la familia y escuchar a los adolescentes y jóvenes de la casa». En ese sentido, esta experta recomienda «mantener el diálogo con los hijos ante los hechos de ficción que se le representan y hacer preguntas del tipo: '¿a ti qué te ha parecido?', que suele ser la mejor forma de iniciar un diálogo con ellos. Con los adolescentes es recomendable ayudarles a cuestionarse todo, enfatizando no solo lo que es mejor para ellos, sino en la importancia de llegar a la verdad, siempre desde la libertad».
