El curso actual no está siendo particularmente positivo para las ventas del coche eléctrico. Alemania, el mayor mercado de la Unión Europea, finalizó abruptamente su programa de incentivos y, con él, se resintieron las cifras de todo el continente. El efecto dominó ha sido palpable y, en el acumulado hasta septiembre, los modelos cero emisiones han registrado una caída del 5,8%, lastrado principalmente por las ventas del país teutón, que han bajado un 28,6%. Las fábricas españolas –y todas las de automoción– son un reflejo de la demanda de los mercados, dado que las marcas intentan encontrar el equilibrio entre los pedidos y los costes de inventario. Y, dado que el 89,1% de los vehículos que salen de nuestras cadenas de montaje van a parar fuera de nuestras fronteras –1,1 puntos porcentuales menos que hace un año–, el apetito por el coche eléctrico determina el volumen productivo. En lo que va de año, se han ensamblado 1.794.685 vehículos en España, un 1,6% menos que hace un año. Esto se debe principalmente a la caída del 13,6% que han visto los vehículos comerciales. En lo que respecta al coche eléctrico, es la de Stellantis en Vigo y la de Mercedes-Benz en Vitoria las que más presencia tienen de modelos comerciales y cuentan con variantes cero emisiones de sus Citroën Berlingo, Peugeot Partner, Fiat Doblò y Mercedes-Benz Vito. En septiembre, las ventas de los vehículos comerciales, que también engloban las versiones térmicas cayeron un 18,2% hasta las 41.106 unidades. Los turismos, en cambio, mostraron una tendencia positiva, aunque tímida: en el acumulado del año se fabricaron 1.450.001 unidades, un 1,7% más, mientras que en septiembre, el auge fue del 2,5%, hasta los 164.314 coches. Aunque la industria del automóvil está dando un paso decidido hacia la electrificación, son los motores de combustión los que siguen acaparando la mayor parte de las líneas de las fábricas nacionales. La gasolina representó el 53,1% del total, seguida del diésel (22%), los híbridos convencionales (14,4%), los eléctricos puros (5,4%), los híbridos enchufables (3,6%) y, finalmente, los motores de gas (1,5%). Esto, para la asociación nacional de fabricantes de vehículos, Anfac, supone un indicador preocupante de cara al futuro, pues en palabras de su director general, José López-Tafall: «Es difícil liderar la carrera de la electrificación si en nuestro país se producen cada vez menos vehículos eléctricos e híbridos». En 2023, la cuota del eléctrico era del 6,7% sobre el total y la del híbrido enchufable, del 5,1%. En 2024, estos indicadores bajaron al 5,4% y al 3,6%, respectivamente. «Es fundamental revertir esta tendencia», afirma Tafall. «Tenemos las mimbres para que el mercado despegue, con planes de ayudas como el Moves III y una red de recarga pública suficiente para el volumen actual. Es necesario que todos rememos en esta dirección». Las matriculaciones en Europa a cierre de septiembre se han mantenido prácticamente estables –solo muestran un crecimiento del 0,6%– y rozan las ocho millones de unidades. De los cuatro grandes mercados de la UE, solo España e Italia muestran datos positivos, con auges del 4,7% y 2,1%, respectivamente. Francia y Alemania caen, con 1,8% y 1% ante 2023. Esto es a pesar de la caída del 6,1% que vio septiembre y que va frenando el acumulado anual. Tanto Francia como Italia y Alemania mostraron retrocesos del 11,1%, 10,7% y 7%, respectivamente. La cuota de coches eléctricos se retrajo hasta el 13,1% del total del mercado comunitario.