La decisión anunciada este miércoles por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de culminar la conexión ferroviaria de alta velocidad Madrid-Lisboa en 2030 , dos años antes de que, previsiblemente, esté operativo el enlace entre Vigo y Oporto, ha resultado en reticencias por parte de todos los grupos parlamentarios gallegos. Un rechazo que manifestaron ayer el PP, el BNG, e incluso desde el propio ayuntamiento de Vigo , liderado por el socialista Abel Caballero. El regidor de la ciudad olívica afirmó que solicitará tanto al presidente del Gobierno como al ministro de Transportes, Óscar Puente, «acortar los plazos» en la consecución del AVE entre Vigo y Oporto para que pueda estar lista en 2030, frente a la fecha de 2032 que señaló Sánchez. «Mi prioridad es Vigo y voy a seguir defendiendo a Vigo contra quien haga falta y lo voy a hacer acompañado de toda la ciudad», aseveró el alcalde, que añadió que mantiene un «diálogo permanente» con el Ejecutivo central para que esta línea se complete «lo antes posible», una medida «irrenunciable». Una posición que también defendió el gobierno portugués durante la XXXV cumbre Hispano-Lusa, que propició el encuentro entre Sánchez y el Primer ministro de Portugal, Luís Montenegro. A pesar de la postura del Gobierno español, Montenegro insistió en que la línea ferroviaria que conecte Lisboa, Oporto y Vigo es «prioridad» para su Ejecutivo, dejando en segundo lugar el enlace con Madrid, lo que podría demorar la conexión entre ambas capitales hasta 2032 aunque el tramo español se complete antes. Unas declaraciones que celebró ayer el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, agradeciendo al mandatorio luso su compromiso con la conexión ferroviaria entre Galicia y Portugal, con el avance del proyecto en territorio portugués, para posteriormente calificar el proyecto como «absolutamente fundamental» para la comunidad gallega. Rueda recordó que la consecución de esta conexión fue una de las prioridades en su reunión con Sánchez a finales de septiembre, ante la que no respondió hasta ayer, « hablando en contra de Galicia ». «No tenemos absolutamente nada en contra de que se haga la conexión con otras comunidades autónomas, pero lo que no queremos es que sea en detrimento de Galicia», indicó el presidente de la Xunta. Además, añadió que Sánchez « no está contando la verdad », alegando que el Ejecutivo gallego ya advirtió hace meses que si se dotase presupuestariamente como en el caso luso y empezasen lo antes posible no estaría operativa antes de 2034. «Es muy difícil de entender que los portugueses estén diciendo que sí y que nuestro gobierno esté diciendo todo lo contrario», concluyó Rueda. Por su parte, tanto el grupo popular como el BNG en el ayuntamiento de Vigo anunciaron que registrarán sendas mociones de urgencia para que el Gobierno central rectifique y de prioridad a la conexión con Portugal a través de la ciudad olívica. «¿Y ahora qué va a hacer Caballero? ¿Va a desautorizar a Sánchez o va a seguir rindiéndole pleitesía y mintiendo cuando dice que el 'número 1' le da a Vigo todo lo que pide?», afirmó el portavoz municipal del PP, Miguel Martín. Por su parte, el grupo nacionalista demandará que se cumpla el acuerdo de investidura que pactaron con los socialistas de Vigo, donde se especifica que la conexión ferroviaria entre Galicia y el norte de Portugal estaría lista para 2030. «Priorizar Madrid-Lisboa sobre Vigo-Oporto solo puede responder a una visión ultracentrista que coloca a nuestra ciudad y a Galicia en un papel periférico y subordinado, que la ciudad no puede ni va a tolerar y que el BNG no va a permitir», criticó en un comunicado su portavoz, Xabier Pérez Igrexas. Desde la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG) también se mostraron contrarios a las prioridades del Gobierno central, ya que «la falta de compromiso del Estado español con Galicia puede relegar una vez más nuestro desarrollo económico y social, limitando el crecimiento, la competitividad regional y las oportunidades de movilidad eficiente», en palabras de su presidente, Juan Manuel Vieites.