El ballet es una disciplina física y mental extremadamente exigente. Supone una disciplina férrea y una resistencia sin fallos . Lo que se traduce en que no solo están exigiendo a tus músculos y articulaciones, sino también a una ropa que esté a la altura de esta disciplina. Por las bailarinas mejor que nadie conocen una serie de trucos para que sus medias resistan la rutina de cada día. Se necesita una ropa cómoda que se adapte al cuerpo, para darle una mayor visibilidad a los movimientos de baile. Jordán, experta en danza en Decathlon España, explica que l o más aconsejable es usar el algodón o algún tejido similar en tacto, aunque sea sintético, en ropa ancha o ajustada y también prendas 'seamless' efecto segunda piel. Por ello, la ropa debe estar compuesta de materiales transpirables, suaves, cómodos y que sequen rápidamente. Aun así, « los bailarines de danza clásica siguen prefiriendo las medias a los leggins ». Sirve incluso para el Ballet Fit que seduce a los amantes de la danza, pero también a los atletas, las modelos o las famosas como Pippa Middleton , Miranda Kerr o Doutzen Kroes ; es apto para todas las edades, sexos y condición física y no se requiere experiencia ni conocimientos previos de ballet clásico. Esta actividad coreográfica, que debe estar dirigida por un profesional, intercala, de manera continua o por intervalos el trabajo cardiovascular , la tonificación y la movilidad articular . «El bloque de cardio mejora la capacidad pulmonar y cardiovascular, favorece la coordinación, quema calorías y libera grasas acumuladas», según explica Gloria Morales, bailarina profesional e impulsora del Ballet Fit en España. Y también encuentra su mejor aliado en ropa resistente Ante semejante prueba Jukus Shoes en Instagram explica una forma infalible de evitar que en tus medias favoritas se produzca un rayón o se abra un boquete en la prenda. Para ello aplica una medida que ha aprendido en la clase de ballet de su sobrina. Consiste en sumergir las medias nuevas en agua, ponerlas en una bolsa de congelados y conservarla 24 horas en el congelador. Pasado este tiempo se vuelven a remojar en agua. El resultado es increíble. Se vuelven tres veces más fuertes y están preparadas para cualquier tipo de duro ejercicio.