Cuenta Miguel Hernández en un bellísimo soneto, que a su amada, que se le moría de casta y de sencilla, él le libó la flor de la mejilla. Eso es poesía de la delicadeza amorosa. Íñigo Errejón , un político tosco y vulgar, acometió a una pretendida actriz con impulso de macho cabrío y maneras de patán, según relata la pretendida actriz. Eso es pornografía. Y podría ser delito, si un juez llegara a apreciarlo así. Al parecer, la pretendida actriz quedó tan impresionada por la acometida, que ha tardado tres años en reaccionar y denunciarlo. Todo parece indicar que Miguel Hernández no encontraría motivos para dedicarle a ella un poema. Dicen que el joven Errejón –mucho menos apuesto que...
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