Antonio Soler nos entrega una obra artística de gran calado. La mejor suya, sin duda, cuando un escritor laureado, reconocido, publica una obra que sabe decisiva, porque no podía hacerlo mal, le importaba mucho salvar el recuerdo familiar que ha recibido, un sufrimiento y unas penurias que le contó su abuela cuando niñ o y que recibió como un cuento, al que rinde memoria, porque ese cuento es el del lobo fiero de la guerra, de la jauría de lobos que la Guerra Civil desató. En la novela cobra un lugar especial un hecho, relatado con pormenor: la matanza de centenares, quizá un millar, de ciudadanos republicanos, población civil de familias enteras con críos, que tomaron a comienzos de la...
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